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Hai Xiaotang se sentía impotente.
Pero todo lo que podía hacer era quedarse.
A pesar de que las lesiones de Dongfang Yu no eran graves, el doctor todavía administró oxígeno.
También se le conectó un monitor cardíaco.
El latido del corazón de Dongfang Yu era bastante normal, nada de qué preocuparse.
Hai Xiaotang se relajó completamente en este punto, sintiéndose extremadamente cansada y soñolienta.
Había estado ocupada todo el día de ayer y hoy, y ahora ya no podía más.
Apoyada en la silla, Hai Xiaotang rápidamente empezó a quedarse dormida.
Sin embargo, no tuvo un sueño tranquilo.
Todos los eventos de hoy seguían apareciendo, atormentándola mentalmente en su mente.
Después de dormir un tiempo indeterminado, se despertó abruptamente de una pesadilla.
Al ver a Dongfang Yu en paz, con los ojos cerrados y con rasgos profundos, Hai Xiaotang suspiró aliviada.
Afortunadamente, la catástrofe había pasado y nadie había muerto.
