Hai Xiaotang la miró fijamente, y de repente soltó una risa fría—Qué buena actuación. ¿Intentas ganarte la simpatía de todos para que mi salvajismo se destaque más?
Lin Xinxin estaba tan enfadada que su rostro se puso rojo—Tú, tú... realmente te has pasado...
¡No sólo me golpeó sin razón y me incriminó, sino que ahora vuelve a acusarme falsamente! ¿Qué tanta humillación y abuso más tengo que aguantar de Hai Xiaotang?
Sin embargo, Hai Xiaotang todavía puede continuar rompiendo sus percepciones.
Resopló suavemente y con frialdad—Sí, me he pasado, ¿y sabes qué? ¡Créeme que me atrevo a abofetearte otra vez!
Al decir eso, levantó la mano para abofetearla nuevamente.
—Hai Xiaotang—Dongfang Yu la agarró de la muñeca enfurecido, su mirada era penetrante—¿Qué diablos te pasa hoy? Pensé que habías cambiado. ¿Es que acaso tu naturaleza no puede cambiar?