Dongfang Yu acababa de entrar en la sala cuando escuchó sus resueltas palabras.
Sus ojos instantáneamente destellaron un atisbo de melancolía.
He Meilian no sabía cómo reaccionar cuando lo vio —Yuyu está en casa.
Hai Xiaotang giró bruscamente la cabeza para encontrarse con su mirada fría y oscura.
Dongfang Yu preguntó con indiferencia —¿Por qué me pediste que volviera?
He Meilian se levantó y rió —Sin razón particular...
—Si no hay nada, ¡me iré primero! Dongfang Yu se dio la vuelta como si encontrara la presencia de Hai Xiaotang repugnante.
He Meilian dio un paso adelante apresuradamente para detenerlo —Ya que estás aquí, cenemos juntos. Después de la cena, puedes irte. Es raro que nuestra familia tenga la oportunidad de reunirse.
El tono de Dongfang Yu seguía siendo indiferente —Ya he comido, continúen ustedes.
—Deberías comer un poco más. Vamos, vamos a cenar —Meilian se volvió hacia Xiaotang con una sonrisa—. Xiaotang, vamos, vamos a cenar.
