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La mesa de tocador de Hai Xiaotang estaba vacía, y en el armario, su ropa también había desaparecido.
Todo lo que le pertenecía se había ido...
Dongfang Yu entendió sus intenciones, ella quería dormir en habitaciones separadas.
No estaba seguro de qué truco estaba tratando de hacer esta vez.
Pero sería mejor si se mudaba, realmente no quería verla más.
Sería mejor si ella durmiera en una habitación separada de él hasta que se divorciaran.
El pensamiento de tener que soportarla un poco más hizo que la impaciencia centelleara en los ojos de Dongfang Yu.
Nadie sabía cuánto deseaba deshacerse de Hai Xiaotang. No le gustaba en absoluto, simplemente la odiaba.
Y ahora Hai Xiaotang también estaba ansiosa por divorciarse de él.
Ella pensaba que podría soportarlo un poco más, pero Dongfang Yu la miraba todos los días como si estuviera mirando a una mosca. Ahora tenía dignidad y no quería seguir soportando su aversión.
Así que debían divorciarse y poner fin a este matrimonio incorrecto lo antes posible, para que tanto él como ella pudieran ser libres.
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De la noche a la mañana, imprimió el acuerdo de divorcio y se levantó antes del amanecer al día siguiente.
Dongfang Yu era un adicto al trabajo que se levantaba temprano para ir a la oficina casi todos los días.
Quería entregarle el acuerdo de divorcio lo antes posible, por lo que necesitaba levantarse temprano; de lo contrario, para cuando se despertara, Dongfang Yu seguramente ya se habría ido.
Y no sabía cuándo tendría otra oportunidad de verlo.
Como resultado, se despertó demasiado temprano; cuando bajó las escaleras, Dongfang Yu todavía no se había levantado.
Hai Xiaotang se recostó en el sofá y cerró los ojos para descansar.
Estaba acostumbrada a dormir hasta tarde, no estaba acostumbrada a despertarse temprano. Al cerrar los ojos, sin darse cuenta se quedó dormida.
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Cuando Dongfang Yu bajó las escaleras con su traje puesto, se sorprendió mucho al verla acurrucada durmiendo en el sofá.
Hai Xiaotang no era muy alta, medía alrededor de 165 cm, y su cuerpo era delgado y frágil.
Además, ahora tenía solo 19 años. Aunque era bonita, todavía tenía un aire juvenil.
Vestida con su camisón blanco y holgado, parecía pacífica mientras dormía, como una niña... incluso emanaba un poco de Vibra inocente y naif.
Una actitud que no poseía cuando estaba despierta.
Cuando estaba despierta, no mostraba ninguna de la compostura y gentileza que se supone debe poseer una chica; era solo una señorita despreciable, también sufriendo de un grave síndrome de princesa.
Si tan solo fuera un poco más comprensiva, gentil o obediente, no la detestaría tanto.
Pero ya era demasiado tarde para que cambiara su imagen ahora, era inútil.
Su odio hacia ella nunca cambiaría.
Cuando a uno no le gusta alguien, ve todo acerca de esa persona de manera negativa y presta muy poca atención hacia ella.
Dongfang Yu simplemente la miró con indiferencia y salió directamente.
Justo en ese momento, su ama de llaves Mamá Zhang salió de la cocina. Al ver que él estaba a punto de irse, le preguntó rápidamente —¿Joven Maestro, no va a desayunar antes de partir?
—No hace falta —respondió Dongfang Yu sin girar la cabeza.
Sus voces despertaron a Hai Xiaotang de su sueño. Inmediatamente se enderezó, pero Dongfang Yu ya estaba fuera de vista.
—¿Dongfang Yu ya se fue? —preguntó Hai Xiaotang sorprendida a Mamá Zhang.
—Sí, justo se acaba de ir. ¿No tenía la señorita algo que discutir con él? —Mamá Zhang había tratado de despertarla hablando con Dongfang Yu anteriormente.
Hai Xiaotang agarró la bolsa de documentos de la mesa de café y salió corriendo.
Una vez afuera, vio la amplia puerta abierta, al chófer esperando en el costoso Lincoln y a una mujer de pie al lado del coche —¡era Lin Xinxin!
Vestía un traje bien entallado que delineaba perfectamente su exquisita figura.
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