Me llamo Susan, tengo 6 años, vivo en Riverside California.Vivo en una casa grande, con mi Papá y mi Mamá. Mi Papá es un abogado, mi Mamá una Psiquiatra.Tengo una amiga que se llama Rosario, pero yo le digo Rossy. Ella vive en la casa de enfrente, con su Papá que es Chef y su Mamá que es Maestra.Rossy es mexicana, mis papás y sus papás también son amigos, pero mis papás dicen que su familia es extraña.Un día Rossy y su familia iban a ir de vacaciones a México a visitar a la mamá de su mamá, eso me puso triste porque no la iba a ver en dos semanas.Fui a su casa a despedirme de ella, su Mamá me abrió y me dijo que la esperara en la sala.Su casa es muy colorida, con muchos cuadros de México y de su familia. En su sala había algo que me llamó la atención, aunque también me dio miedo.En medio de la sala había un esqueleto, muy pequeño y estaba pintado con flores y formas extrañas.—Ah, Susana, ¿ya conociste a la tía Pancha?— pregunto el Papá de Rossy entrando a la sala con las maletas.—Va a cuidar la casa mientras no estamos, la mamá de Rosa le está arreglando su ropa—Yo no entendía cómo un esqueleto podría cuidar una casa. Rossy llego corriendo y nos fuimos a su cuarto, estuvimos jugando y empacando su maleta.En la noche Rossy me acompaño a mi casa, me despedí de ella y le deseé buen viaje.En la cena mis papás me preguntaron que hice en el día, les conté que Rossy y su familia se iban de viaje, y que tenían un esqueleto para cuidar la casa.—Serán mis amigos, pero a veces son muy raros— dijo mi Papá riendo.Al día siguiente me levanto mi Mamá temprano. —Hoy la niñera no va a poder venir, te vas a quedar sola, así que quiero que te comportes— pidió mi Mamá sirviéndonos el desayuno.Después de limpiar la mesa, mi Mamá me dio un beso y se fue a su trabajo. Me senté en la acera afuera de mi casa, estaba aburrida.Entonces recordé el esqueleto en casa de Rossy, me dio curiosidad ver cómo cuidaba la casa, así que con cuidado cruce la calle.Me asomé por la ventana, pero no vi nada, me asomé al patio trasero, pero no vi nada. Ya me iba a ir cuando la puerta de la entrada se abrió.Salió una niña de 10 o 12 años, llevaba un vestido bonito con sandalias raras y una sudadera. Por su apariencia creo que también era mexicana como mi amiga.—¿Sí, diga?— hablo con una sonrisa, su voz sonaba rara por alguna razón.—Esto, quería ver quién cuidaba la casa de Rossy— le conteste algo asustada.
—¡A ya!, mi nombre es Francisca— dijo saliendo al porche.
—¿Eres amiga de Rosario, verdad?Le conté cómo conocí a Rossy en la escuela, hablamos y hablamos tanto que me invito a pasar, en la sala ya no estaba el esqueleto, pero no le di importancia.En la tarde me despedí de Franny, me dejo llamarla así. Iba llegando a mi casa cuando mi Mamá estaba estacionando su carro, —Hola cariño, ¿dónde estabas?— pregunto mientras abría la puerta de su auto.—Estaba con Franny, Mamá— le contesté mientras le ayudaba a meter sus cosas.—¿Es una nueva amiga imaginaria?—Franny no es imaginaria MamáEn la noche, cuando llego mi Papá corrí a recibirlo, me cargo y nos fuimos a sentar en su sillón en la sala.Le conté sobre Franny y de todo lo que platicamos. —Valla, así que contrataron a una chica para cuidar la casa— dijo Papá asomándose a la ventana para ver la casa de frente.Cuando vi por la ventana la casa estaba a oscuras, —Posiblemente solo trabaje durante el día— menciono Papá cerrando la cortina.Durante la cena mi Papá saco el tema de Franny, —A sí, la nueva amiga imaginaria de Susan— dijo Mamá sirviendo los platos.—¡Ah, eso era!— dijo Papá.—Franny es real— dije enojada.Los siguientes días visitaba a Franny todas las mañanas, siempre platicábamos de todo y de nada.A veces ayudaba a Franny a limpiar la casa o a cuidar el jardín y las flores. Franny me platicaba de México, de la comida y las leyendas que le contaba su abuela.Una vez le pregunte sobre su familia, ella dijo que solo los visitaba una vez al año.Durante la cena les contaba a Papá y Mamá lo que hacía durante el día con Franny, pero ellos seguían creyendo que ella era imaginaria.Un día estaba hablando con Franny en el porche de la casa cuando llegaron mis papás en el auto.Ambos cruzaron la calle hacia donde estábamos, note que ninguno había visto a Franny. —Susan, tu Papá tiene la tarde libre, así que iremos al cine—Cuando mis papás notaron a Franny estaban sorprendidos. —Hola, tú debes ser Franny— se presentó mi Papá.—Un placer, me llamo Francisca—¿Quieres ir con nosotros al cine Franny?— ofreció mi Mamá.—Muchas gracias, señora, pero no me puedo ir de la casa porque la estoy cuidando— se disculpó Franny.Mis papás insistieron un poco, pero Franny dijo que debía quedarse, nos despedimos de ella y subimos al auto.—Tu amiga es un poco rara, será cosa del país— menciono Papá en el camino.—Ella no es rara, solo es diferente—Cuando regresamos del cine vimos que las luces de la casa de Rossy estaban apagadas, cenamos y nos preparamos para ir a dormir, cuando de repente escuchamos un ruido.Mi Papá se asomó por la ventana cubriéndose con la cortina, yo también quería ver que había hecho ese ruido, pero Mamá me detuvo.—Susan ve a tu cuarto, cariño llama al 911— dijo Papá.Mi Mamá fue a la sala a llamar a la policía, Papá se quedó al lado de la ventana. Me acerqué para poder ver también, al asomarme vi a dos hombres entrando a la casa de mi amiga.—Susan, te dije que fueras a tu cuarto— me dijo Papá enojado.—Pero Franny puede estar en problemas— le respondí triste.Papá dejo que me quedara, pero nos alejamos de la ventana para ir con Mamá.Pasaron unos minutos cuando oímos que las patrullas llegaron. Nos asomamos nuevamente a la ventana, los policías estaban por entrar a la casa cuando los ladrones salieron corriendo de ella.La policía atrapó a los hombres encapuchados, vimos a varios vecinos salir a ver lo que había ocurrido.Papá salió para hablar con la policía, yo me quede con mi Mamá en la entrada de nuestra casa.De repente los ladrones empezaron a gritar y a tratar de alejarse de la casa, en la puerta estaba Franny mirándolos muy seria.Cruce la calle corriendo, mi Mamá fue detrás de mí. —¿Estás bien Franny?— pregunté a mi amiga cuando estuve cerca, —Sí, no iba a dejar que se llevaran nada de la casa— dijo mi amiga sin dejar de ver a los ladrones.Por alguna razón, parecía que solo los ladrones y yo podíamos ver a Franny.—¿Estás bien Franny?Mis papás llegaron con nosotras.Franny nos contó que escucho a los ladrones entrar a la casa, pero les dio un buen susto. Cuando los policías se fueron y los vecinos regresaron a sus casas, nosotros nos despedimos de Franny, mi Mamá insistió en dejarle su número en caso de emergencia.Un día Franny me dijo que debía irse en cuanto Rossy y su familia llegaran. También me contó que estaba algo triste porque ese día era como su cumpleaños, pero su familia hacía tiempo que lo había olvidado.En la tarde, cuando Mamá regreso del trabajo, le conté lo que Franny me había dicho, así que entre las dos nos pusimos a hornear un pastel. Cuando llego mi Papá nos enseñó unas velas de cumpleaños, mi Mamá le había pedido que las trajera cuando regresara del trabajo.Los tres fuimos a la casa de enfrente, tocamos el timbre, pero nadie respondió, cuando íbamos a regresar a nuestra casa, Franny abrió la puerta. —Una disculpa, me estaba quedando dormida—Le mostramos el pastel y ella se puso muy contenta, tratamos de cantarle las mañanitas y ella sopló a las velas. Comimos pastel y estuvimos platicando.Cuando nos despedimos, Franny nos dijo que ese había sido el mejor "cumpleaños" en mucho tiempo.Al día siguiente Rossy y su familia regresaron, en cuanto vi el auto estacionado corrí a saludarla. Le dije que la había extrañado, pero que había conocido a Franny.—¿Franny?— dijeron Rossy y sus papás.Les platiqué de mi nueva amiga, de los días que pasamos hablando y cuidando la casa, de la vez que se metieron los ladrones y del pastel de cumpleaños.Cuando termine de contarles se quedaron callados, y de repente empezaron a reír. —La tía Pancha si vino a cuidar la casa— dijo Rossy feliz, —Pues claro, la tía Pancha siempre nos ha cuidado, y ahora tiene una amiga— dijo el Papá de Rossy.Por la tarde mis papás llegaron a saludar a sus amigos, nos invitaron a cenar. Durante la comida nos platicaron de su viaje a México y nos dieron unos regalos que nos habían traído.Nos despedimos y agradecimos la comida y los regalos. Cuando llegamos a nuestra casa vimos a Franny sentada en la acera, al lado del carro de mi Papá.—¡Franny!, creí que ya te habías ido— grite dándole un abrazo.—Quise despedirme antes, y agradecerles todo lo que hicieron por mí— nos dijo a los tres.—¿Quieres que te acerquemos a alguna estación?— pregunto Papá.—Gracias, pero a donde voy no se puede acceder por ningún vehículo— dijo Franny antes de irse caminando.La última vez que vi a Franny, ella iba caminando en medio de la calle, antes de desaparecer se giró a nosotros y grito:—¡Si alguna vez quieren que cuide su casa, solo pidan prestados mis huesos!Mamá y Papá se miraron, —En verdad, una chica rara— dijeron cuando entramos a la casa.—Ella no es rara— dije antes de ir a dormir.Una semana después los Papás de Rossy nos invitaron al cumpleaños de la Mamá del Papá de Rossy, vino toda su familia.Hicieron una fiesta en el patio trasero, la familia de Rossy es muy alegre, pero también muy ruidosa.Me dieron ganas de ir al baño, así que pedí permiso y entre a la casa. Ya iba de regreso cuando volví a ver al mismo esqueleto en la sala, pro ahora estaba vestido.Ya me había tardado, así que mis papás entraron a buscarme, creo que se espantaron al ver el esqueleto.—Mira Mamá, es Franny— dije señalando al esqueleto.—No cariño, solo es una extraña decoración— trato de explicarme.—Que no Mamá, mira, trae la misma ropa.Como nos estábamos tardando un poco en volver, Rossy junto con su Papá y la Mamá de su Papá entraron a ver si todo estaba bien. Mis papás preguntaron por el esqueleto un poco incómodo.—Es la tía Pancha, le decimos así por qué se llama Francisca— nos explicó el papá de Rossy.Mis papás parecían de leche. La Mamá del Papá de Rossy nos contó que ella tenía una hermana llamada Francisca, pero murió cuando era una niña por una enfermedad.Su hermana les pidió a sus papás que conservaran sus huesos, para que pudiera cuidar de sus hermanos y familiares.Mis papás se tuvieron que sentar, nunca los había visto así. La Mamá del Papá de Rossy salió un momento, cuando regreso nos enseñó una vieja fotografía de ella y su hermana.—Sí, ella es Franny— dije viendo la fotografía de mi amiga.Días después mis papás cambiaron un poco, ya no convivían tanto con la familia de Rossy, pero tampoco volvieron a decir que eran raros o extraños.Yo seguí jugando con Rossy, no veo porque las cosas deberían cambiar.Ya no he vuelto a ver a Franny, pero sé que aún somos amigas, y también sé que algún día nos volveremos a ver.FIN.