Laurence miraba la muralla de la ciudad de Vayllencity. Los magos del ducado estaban atacando la puerta de la ciudad, distribuidos en 3 grupos que se turnaban a medida que su mana se agotaba. Llevaban 2 días atacando sin descanso para evitar que los magos del conde Denisse se recuperaran. A pesar de estar fortalecida con magia defensiva, la muralla no era indestructible y pronto comenzó a ceder. Una vez que cayera, los caballeros avanzarían y la lucha cuerpo a cuerpo comenzaría.La ciudad contaba con 3 hechizos de área que fortalecían a los defensores y debilitaban a los atacantes. Gracias a la información proporcionada por los espías infiltrados en la ciudad, Laurence conoció la ubicación de estos hechizos. Su objetivo inmediato era invadir la ciudad y enviar a sus mejores tropas para destruir esos hechizos, facilitando así que su ejército cumpliera con su misión.Una de las fortalezas del ejército Douglas era su equipo de combate: armas, armaduras y artefactos mágicos de alta calidad. Como una familia con un gran legado, superaban con creces a la mayoría de las familias del reino. En cambio, el ejército de los Denisse contaba con equipamiento de menor calidad. Por eso, era absolutamente necesario deshacerse de esos hechizos de área para que la disparidad de fuerzas quedara clara de inmediato.Laurence preguntó: "¿Están preparados los soldados?"El general del ejército, Aleph, respondió: "Sí, señor. Esperamos que la muralla caiga y se dará la orden de avanzar a la ciudad de inmediato".Laurence ordenó: "Informa a los soldados que avanzarán conmigo y diles que se preparen".Sin embargo, Aleph intentó persuadirlo: "Mi señor, le pido que reconsidere. Permanezca en el comando del ejército y no se ponga en peligro. Los soldados harán un buen trabajo".Laurence respondió decidido: "Ya te lo dije, Sofía permanecerá en el comando. No voy a quedarme de brazos cruzados cuando tengo al enemigo de frente".Aleph ofreció escoltar a Laurence, pero este rechazó la idea: "No quiero que me sigas. Además, si llegara a faltar, no cumplirías tu sueño de ver a Lusian convertido en el nuevo duque. ¿No era eso lo que tanto me insistías? ".Aleph aclaró: "Mi señor, en el pasado solo le dijo eso para que entrara en razón, para que nombrara a su hijo más capaz como heredero. Nunca fue mi intención reemplazarlo".Laurence reconoció: "Lo sé, lo sé. Solo ordena a las tropas en la retaguardia y soluciona cualquier problema que surja".Aleph regresó a la carpa de comando, donde se encontraba Sofía.Sofía notó la expresión en el rostro de Aleph y le preguntó: "Por la cara que traes, ¿no te escuchó, verdad?"Aleph respondió: "No, mi señora. El duque insiste en ir a la vanguardia y ponerse en peligro".Sofía le tranquilizó: "No te preocupes por él. Es lo suficientemente fuerte como para cuidarse solo. Además, asignaste a las mejores tropas para que lo protejan. Ahora centrémonos en terminar esta guerra lo más rápido posible".Dentro de la ciudad, el conde Tomás Denisse se encontraba organizando frenéticamente a sus tropas. Era evidente que las murallas de la ciudad no resistirían el asentamiento en curso. Los magos del ejército de los Douglas superaban en número a los magos del conde Denisse, lo que dificultaba enormemente la tarea de proteger la muralla de los continuos ataques enemigos. La llegada de los refuerzos de la familia Armett solo empeoró la situación, ya que aumentaba la presión sobre las fuerzas defensoras del conde.La desesperación comenzaba a apoderarse de la situación, ya que la superioridad numérica y mágica del enemigo se hacía cada vez más evidente. El conde Denisse sabía que, a menos que tomaran medidas drásticas, la ciudad caería en manos de los invasores.La situación era desesperada, y la única opción que les quedaba era esperar que los hechizos de área hicieran efecto y aguantar hasta que los demonios regresaran. A pesar de las insistencias del conde Tomás, los demonios habían salido de la ciudad, manifestando que buscarían reunir suficientes monstruos para aniquilar al ejército invasor. Sin embargo, el conde sentía que estaría muerto para cuando los demonios regresaran. Maldecía su suerte y se arrepentía de su ambición desmedida. Aunque era un noble respetado en el reino, eso no era suficiente para él. Cuando sintió que ya no podía crecer más en el reino y que nunca podría igualar o superar a los ducados, experimentó una profunda frustración. Esta frustración lo llevó a ceder ante la tentación y aliarse con el imperio, en un intento de obtener más poder y estatus.El conde Tomás Denisse se lamentaba de sus decisiones y reconocía que si hubiera mantenido el estatus quo, no se enfrentaría a esta situación desesperada. Sin embargo, era consciente de que ya era demasiado tarde para lamentarse. En lugar de eso, se concentró en encontrar una forma de resistir. El conde sabía que llegar a un acuerdo sería difícil, considerando el amor que Laurence sentía por su hijo Caleb. Parecía improbable que pudiera encontrar un terreno común para negociar. Aun así, el conde Denisse estaba dispuesto a intentarlo, consciente de que cada opción era valiosa en una situación como esta.Soldado: Mi señor, la muralla ha caído. Las tropas de los Douglas han comenzado a invadir la ciudad. Lo mejor será huir.Conde Tomás: ¿Huir? ¿Y a dónde iría? ¿Arrodillarme ante el rey? Ese maldito me mataría y entregaría mi cabeza a Laurence. No, lucharemos hasta la final. ¡Salgan todos a luchar e intercepten a los invasores! No permitas que lleguen al castillo de la familia.(Los soldados se retiran y el conde Tomás ingresa a una habitación contigua a su oficina. Allí se encuentra un ser sentado que lo mira con una sonrisa escalofriante)Gargranelt: Te ves terrible, humano. Ya te he dicho que no te preocupes tanto. Esos insectos caerán y no podrán ponerte un dedo encima.Conde Tomás: Su confianza me tranquiliza, mi señor. Con un duque demoníaco a mi lado, no tengo nada que temer. Pero me gustaría que esta ciudad permaneciera sin tantos daños.Gargranelt: Mis hermanos no tardarán en llegar, tranquilízate.Laurence avanzaba decidido por las calles de la ciudad hacia su destino: una casa en el lado suroriental donde se encontraba el hechizo de área. Varios guerreros intentaron enfrentarlo, pero la diferencia de fuerza era abrumadora. Con un solo movimiento de su espada, Laurence los partía por la mitad. Sus oponentes quedaron tendidos en el suelo, con sus cuerpos amputados y dejando un rastro de sangre mientras gritaban desesperados.El comandante del pelotón de defensa de la ciudad, Víctor Denise, se plantó frente a Laurence. No estaba dispuesto a permitir que este maldito continuara asesinando sin piedad a sus hombres. Estaba decidido a detenerlo, incluso si eso le costaba la vida. Víctor envolvió su cuerpo en maná, utilizando un hechizo básico de rango 7. Su espada, envuelta en maná de viento, lanzó un poderoso corte que, al ser esquivado por Laurence, partió por la mitad a un caballero que estaba detrás de él.Laurence se enfureció al presenciar la muerte de su soldado. Se abalanzó sobre Víctor y el choque de sus espadas obligó a los soldados que luchaban a su alrededor a mantenerse alejados para evitar resultar heridos por los poderosos golpes de estos guerreros de clase Magister. La batalla parecía pareja, pero Laurence, con un corte de espada envuelto en mana oscuro, logró partir la espada de su contrincante. El golpe fue tan fuerte que el brazo de Víctor salió volando por los aires.Cuando Víctor intentó reaccionar, la espada de Laurence ya estaba en su cuello, cortándole la cabeza.A pesar de estar debilitado por el hechizo de área, Laurence avanzaba sin mayor dificultad. En todo el reino, solo tres personas podían enfrentarlo, pero dos de ellas no estaban presentes. La única persona que podría matarlo se encontraba sentada en su campamento, probablemente tomando té. Al llegar a su destino, Laurence no mostró preocupación por la destrucción que causaba a su paso. Liberó un poderoso ataque dirigido a una casa, destruyéndola por completo.Los caballeros que debían servir de escolta llegaron después de él, sintiéndose avergonzados por no poder seguir el ritmo de su señor. En el suelo, observen un círculo mágico grabado, alimentado por varias piedras mágicas. Laurence destruyó el soporte donde se encontraban las piedras, deshaciendo así el hechizo de área. Los caballeros de los Douglas y Armett que se encontraban luchando dentro de la ciudad recuperaron repentinamente todo su poder.En este punto de la batalla, la carnicería por parte del ejército invasor dio inicio. Grandes grupos de caballeros invadían la ciudad, siendo avistados desde el aire por un halcón que llevaba a sus espaldas a una mujer de ojos claros. Esta mujer, después de observar la situación desde las alturas, se dirigió al campamento de los Douglas. Al descender con su halcón, Maite ingresó a la carpa de comando y se arrodilló ante la mujer que bebía té. Sofía la miró y preguntó:Sofía: ¿Cómo avanza la batalla?Maite: Mi señora, los tres sitios con hechizos de área han sido destruidos. La batalla ya está a nuestro favor.Sofía: Excelente. Sigue monitoreando la situación y avísame si ocurre algo importante.Maite: Sí, mi señora. Cumpliré sus órdenes.(Maite se retira y Sofía se pone de pie de repente. La conexión que tiene con sus bestias mágicas la alerta, sintiendo peligro)Sofía: Aleph, alerta a todas las tropas de reserva. Que se preparen para la batalla inminente.Maite: Mi señora, ¿sucede algo?Sofía: Viene una estampida de monstruos. Nuestras fuerzas deben estar preparadas para enfrentar esta nueva amenaza. Avisa a los comandantes y asegúrate de que nuestras defensas estén fortalecidas.Sofía salió de la carpa de comando junto con Aleph, quien se puso en marcha para organizar a las tropas. Pronto, se percataron de que varios tipos de monstruos se acercaban. Lo peculiar era que estos monstruos pertenecían a diferentes especies, tanto carnívoros como herbívoros, marchando juntos en una inusual muestra de unidad. Era algo que nunca había presenciado antes.Esta extraña amalgama de monstruos recordaba a los antiguos escritos de reinos caídos, en los que se mencionaba este tipo de fenómeno. En aquellos relatos, los demonios dirigieron una gran cantidad de monstruos con el objetivo de conquistar ciudades y esclavizar a la humanidad. La mera idea de enfrentarse a una fuerza tan coordinada y poderosa despertaba temor en el corazón de Sofía y sus aliados.Sofía: (estupefacta por lo que veía) ¿Qué han hecho esos malditos Denisse?Aleph: Mi señora, los magos tardarán un poco en recuperarse. Solo contamos con cinco mil soldados y mil magos. ¿Cuáles son sus órdenes?Sofía: Si los demonios son los que controlan a estos monstruos, no deben estar lejos. Saldré en busca de ellos con mis jinetes. Mientras tanto, tú te encargarás de organizar la defensa y asegurarte de que no avancen. Además, informa al Conde Noah para que no sea tomado por sorpresa.Aleph: Como ordene, Duquesa. Tomaré las medidas necesarias para organizar la defensa y transmitiré la información al Conde Noah. Estaremos preparados para enfrentar cualquier avance enemigo.Sofía movilizó a sus jinetes, 470 valientes caballeros montando una variedad de bestias mágicas. Con determinación, comenzaron a rodear la estampida de monstruos. Apenas los monstruos los vieron, trataron de atacar, pero fueron repelidos fácilmente por la fuerza combinada de todas estas bestias mágicas coordinadas por Sofía.En el frente, Sofía se encontraba junto a sus dos poderosas bestias mágicas. A su lado derecho, había bestias con afinidad de fuego, mientras que a su lado izquierdo había bestias con afinidad de electricidad. En el centro, estaban las bestias de agua y viento, y en la parte trasera se encontraron las bestias con afinidad de tierra y fuerza física.Los monstruos que estaban atacando por el lado izquierdo de la formación de los jinetes fueron repelidos por rayos eléctricos que estaban apoyados con magia de agua. Los monstruos, instintivamente, comenzaron a huir. Sin embargo, los demonios que los dirigieron desde la distancia los organizaron nuevamente gracias a su hechizo.Sofía, siguiendo los agudos instintos de Larryet, logró encontrar la ubicación de los 26 demonios que estaban protegidos por varios monstruos. En ese momento, cinco monstruos gigantescos con cuernos corrieron en dirección a Sofía y su grupo. Los demonios esperaban que sus atacantes se asustaran y cambiaran de dirección, para luego enviar a los demás monstruos y acabar con ese grupo de "idiotas" que se atrevieron a atacarlos.Pero en este mundo, existe una verdad absoluta: el poder puede romper cualquier obstáculo. Sofía, montando a Thunder, se dirigió directamente hacia monstruos esos que se asemejaban a los búfalos. Derribó a uno con un impacto directo de la descarga eléctrica de Thunder. El monstruo más cercano intentó atacar con sus cuernos, pero Larryet se abalanzó sobre su cuello, derribándolo al suelo. Los otros monstruos recibieron un trato aún peor, ya que cayeron tras recibir múltiples ataques de diferentes elementos."¡Humanos insolentes, les enseñaremos su lugar!" gritó un conde demoníaco, su voz llena de desprecio y arrogancia resonando en el aire.Los demonios, conscientes del inminente enfrentamiento, canalizaron el mana demoníaco que los rodeaba. En un acto coordinado, invocaron una lluvia de meteoritos que comenzó a caer sobre los jinetes, rompiendo su formación y sembrando el caos entre ellos. Cuatro condes demoníacos conjuraron un hechizo poderoso, pero antes de que pudieran terminar de recitar las palabras, Sofía, galopando a toda velocidad en su fiel compañero Thunder, sacó una lanza de su brazalete y atravesó a uno de los condes demoníacos con precisión letal.A pesar de estar empalado en la lanza de Sofía, el conde demoníaco seguía con vida. Con una sonrisa burlona, se dirigió a ella con desdén: "Humana, ¿crees que es tan fácil matar a un demonio? Nosotros somos inmor..."Antes de que pudiera terminar su frase, Sofía, con una mirada fría y determinada, ordenó a Thunder que acumulara electricidad en su lanza. La energía eléctrica se expandió a través del arma y envolvió al demonio empalado, electrocutándolo por completo. Su cuerpo se desvaneció en un estallido de oscuridad.Con una expresión desafiante, Sofía proclamó con voz firme: "Bien, ¿cuál de ustedes sigue, asquerosos demonios?"La batalla alrededor de los demonios se intensificó debido a la feroz lucha entre los monstruos y los jinetes. Varios jinetes, al caer de sus bestias mágicas, fueron devorados por los monstruos. Sofía, desafortunadamente, no tuvo la oportunidad de ayudar a sus soldados, ya que fue abordada por dos condes demoníacos que, con un hechizo, lograron golpear a Thunder, causando la caída de Sofía.Cuando Sofía se encontró indefensa, dos condes demoníacos se abalanzaron para atacarla. Sin embargo, Larryet llegó a un tiempo y alcanzó a uno de los condes demoníacos, arrancándole la cabeza y masticándola. El otro conde demoníaco se asustó al presenciar esto y, al intentar continuar el ataque, sintió un golpe en su pecho. Sofía había arrojado un talismán que activó un hechizo de agua de bajo rango que lo humedeció. Posteriormente, fue alcanzado por un rayo lanzado por Thunder. Una vez recuperado, Thunder corrió al lado de Sofía, dispuesto a protegerla.Una vez que los demonios especializados en el combate fueron derrotados, los tres condes demoníacos restantes intentaron huir. Sin embargo, los jinetes que ya habían asesinado a los demonios inferiores se abalanzaron sobre ellos, impidiéndoles escapar. A pesar de los diferentes ataques de los jinetes, los condes demoníacos sufrían poco daño. Tuvieron tiempo suficiente para combinarse y conjurar un hechizo demoníaco, creando un ser inmundo con alas que comenzó a lanzar mana demoníaco, asesinando a varios jinetes.Ante esta amenaza, los diez jinetes más poderosos de Sofía se abalanzaron sobre los condes demoníacos, dando múltiples estocadas con sus lanzas imbuidas en mana. Sus ataques lograron romper la invocación y poner fin a la criatura inmunda.Sofía, sintiendo la intensidad del mana demoníaco que aún persistía en el aire, comprendió la magnitud de la batalla y la pérdida de 64 de sus valientes hombres. Era una pérdida significativa después de años de preparación para este momento. Sin embargo, Sofía se encontraba en una encrucijada, obligada a tomar una decisión crucial: ¿debería enfrentarse directamente a los demonios y terminar con ellos, o debería dirigirse al suroeste para apoyar a Laurence?Con determinación y rapidez, Sofía dio órdenes a sus jinetes para que se reagruparan y se prepararan para el siguiente asalto. La situación era crítica y no había tiempo que perder. Dejando de lado el dolor por la pérdida de sus hombres, Sofía se enfocó en la tarea que tenía por delante.Reuniendo a sus jinetes, les transmitió la urgencia de la situación y la importancia de la próxima fase de la batalla. Les recordaron la valentía y el propósito por los que habían sido entrenados, instándolos a mantenerse unidos y luchar con todo su poder para proteger el reino y acabar con los demonios que amenazaban su seguridad.Sofía sabía que tomar la decisión correcta era crucial. Evaluó la información disponible y sopesó los riesgos y beneficios de ambas opciones. Finalmente, considerando la necesidad de cazar a los demonios, Sofía tomó la decisión de dirigirse hacia el suroeste donde se encontraba otro grupo de esos seres.Sofía, con una determinación inquebrantable, lideró a sus jinetes hacia el sur, donde más escoria demoníaca les aguardaba. Su voz resonó con autoridad mientras instaba a sus jinetes a seguir adelante sin temor.Mirando al cielo, Sofía realizó una señal a los jinetes que sobrevolaban la zona, indicándoles que la seguirían en su avance. Los jinetes, como una unidad cohesionada, respondieron al unísono, mostrando su lealtad y compromiso hacia su gran duquesa.El gran ejército, liderado por Steve Erkham, el segundo general de los ejércitos de la familia real, llegó a la ciudad de Vayllencity. Sin embargo, lo que presenció allí lo dejó confundido y sorprendido: una gran cantidad de monstruos estaban atacando al ejército de los Douglas. A pesar de la confusión, Steve Erkham decidió seguir adelante y ordenó el avance de sus tropas. Había recibido la orden directa del rey de cooperar en este conflicto con los Douglas, capturar a los Denisse y acabar con los miembros del culto demoníaco.A pesar de la abrumadora presencia de monstruos, Steve Erkham y sus tropas avanzaron con determinación. Con su experiencia y liderazgo, guiaron al ejército real hacia la batalla, enfrentándose a los monstruos y luchando en coordinación con los soldados de los Douglas. El objetivo era claro: capturar a los Denisse, una familia involucrada en el culto demoníaco, y poner fin a su maligna influencia.El mago de luz se acercó a Steven y le informó sobre la presencia de mana demoníaco cercano. Con esta información, Steven y su ejército estaban preparados para enfrentarse a los demonios si se encontraban con ellos en el campo de batalla. Actuando rápidamente, el ejército se movió con agilidad y determinación.Los demonios que controlaban a los monstruos desde una distancia prudente reaccionaron tarde ante el ataque inesperado. No lograron convocar suficientes monstruos para frenar el avance de los ejércitos aliados y ganar tiempo para escapar. El grupo de caballeros liderado por Steven se enfrentó a los demonios, acabando con ellos rápidamente y eliminando su influencia en la batalla.Con los demonios derrotados, el grupo de caballeros avanzó hacia los monstruos que se encontraban en el campo de batalla. Su objetivo era liberar a los soldados Douglas que se encontraban bajo la presión constante de los monstruos. El ataque sorpresa por la retaguardia lanzada por Steven y sus tropas atrapó a los monstruos, impidiéndoles escapar de la embestida combinada de los dos ejércitos.Sofía tomó una decisión audaz al dividir a los jinetes en dos grupos y realizar una carga en forma de pinza contra los demonios. Esta formación requerirá una coordinación impecable para evitar colisiones entre los jinetes y maximizar el impacto del ataque. Afortunadamente, los jinetes de Sofía estaban bien entrenados y preparados para este tipo de maniobras.El grupo de Sofía se abalanzó hacia el lado derecho de los demonios, montados en sus poderosas bestias mágicas. Al mismo tiempo, el otro grupo de jinetes atacó desde el lado izquierdo. Esta sincronización perfecta dejó a los demonios sin ninguna oportunidad de defenderse.Sin embargo, el duque demoníaco Irgold, notando la desesperada situación, llamó a su bestia mágica y se escapó volando por los aires. Los diez jinetes voladores del grupo de Sofía intentaron perseguirlo, pero Irgold los repelió con su poderoso mana demoníaco, casi derribándolos de sus monturas.Laurence, adentrándose en el castillo de los Denisse, presenció una escena llena de violencia y caos. Varios caballeros intentaban resistirse, pero fueron brutalmente asesinados por los caballeros Douglas, aliados de Laurence. En el salón principal, Laurence se encontró con un sujeto sentado en la silla principal, junto a Tomas Denisse, quien mostraba una expresión de ira. A su alrededor, había varios seres que indudablemente eran demonios."estaba aburrido esperarte", manifestó Gargranelt, sentado en la silla principal."Maldito Laurence, mira lo que has hecho, acabaste con mi familia", exclamó Tomás mientras desenvainaba su espada y se acercaba a Laurence.Laurence, manteniendo la calma, respondió: "Solo vine a preguntar una cosa... ¿Fue tu idea asesinar a mi hijo?"."Sí, fui yo. Era para que te arrepintieras. ¿Acaso no te acuerdas cuando me hiciste humillarme frente a todos? Gente orgullosa que piensa que son los únicos que tienen valor", respondió Tomas con rabia en su voz."Jamás me acordaría de una basura como tú", replicó Laurence."Maldito, las familias primigenias siempre han sido así. Miran a los demás nobles como gente inferior. Por eso decidió traicionar al reino, por gente como tú", continuó Tomás con resentimiento."Nada de eso me importa, pero te haré pagar por lo que hiciste", afirmó Laurence con determinación.Laurence, enfrentando a Tomas y a los demonios presentes en el salón, estaba decidido a hacer justicia por la muerte de su hijo y poner fin a la traición de los Denisse.Laurence, confiado en su poder, atacó primero a Tomás con su espada imbuida de mana oscuro. Sin embargo, para su sorpresa, Tomás repelió fácilmente el golpe, mostrando una fuerza que Laurence no esperaba. Se dio cuenta de que subestimó a Tomás y que la situación se volvía cada vez más peligrosa para él.Por otro lado, Tomás, quien había hecho un pacto con un demonio, aún no había mostrado su nueva fuerza. Atacó desmedidamente a Laurence lanzando lanzas de hielo, pero Laurence las destruyó con su espada. Gracias a su amplia experiencia en combate, Laurence no dependía tanto de los hechizos y utilizaba su espada envuelta en mana para luchar, lo que le permitía mantenerse en la pelea sin agotarse.Mientras tanto, los demás demonios presentes en el salón estaban ocupados combatiendo a los caballeros que habían llegado con Laurence. Sin embargo, la situación se estaba volviendo cada vez más desfavorable para Laurence, ya que Tomás continuaba atacando con hechizos desde la distancia.Para complicar aún más las cosas, un poderoso demonio ingresó al salón. Su presencia era aterradora y ningún soldado se atrevió a interponerse en su camino. Ignorando a los que luchaban, el demonio evaporó a un caballero con un poderoso ataque mágico, envolviéndolo en llamas negras. Este evento provocó temor y desconcierto entre los presentes.Finalmente, el demonio se encontró cara a cara con el duque demoníaco Gargranelt, creando una situación tensa en el salón. Las circunstancias se volvieron cada vez más complicadas y peligrosas para Laurence, quien ahora debía enfrentar tanto a Tomás como al poderoso demonio.Deja de portarte como un idiota y acabemos con esto, la situación se complicó, la batalla está perdida tres grandes ejércitos desde muchos frentes ya están adentrándose cada vez más y tú con esa cara de imbécil.Tranquilo, estos humanos no podrán hacernos nad...(el duque demoniaco Irgold golpeo a Gargranelt) esto no es un mundo inferior, ay una lunática montada en una bestia mágica que puede hacernos frente e incluso podría enviarnos devuelta al mundo demoniaco y el señor Astarot nos castigara si fallamos en invocarlo, así que no te creas la gran cosa.(Gargranelt levantándose) maldición ¡somos duques demoniacos! Nada aquí nos hará frente.Haz lo que quieras imbécil yo me retirare con los demás demonios para cumplir la misión que nos fue encomendada.Esperen, ustedes prometieron que ayudarían a proteger mi territorio (dijo Denisse desesperado)Eso no es asunto mío, mi problema tiene un nombre se llama Astarot, así que si me disculpas (dijo Irgold mientras saltaba por la ventana)Tranquilo humano, no soy tan cobarde matemos a esta gentuza y vayámonos de aquí.Gargranelt atacó a Laurence, enviándolo a volar de un solo golpe con una explosión de mana demoníaco, haciendo que Laurence atravesara la pared y chocara lejos. Mientras el demonio se acercaba para dar el golpe final, inesperadamente sintió un dolor en su brazo derecho. Al volear, se dio cuenta de que ya no tenía brazo, ya que Sofía había cabalgado a gran velocidad persiguiendo al demonio que huía volando. Al llegar, se sorprendió al ver a Laurence siendo lanzado por los aires, por lo que cargó con su lanza imbuida en mana eléctrica hacia el demonio que se acercaba a Laurence.Ante la orden de Sofía, los 10 jinetes que la seguían se prepararon para enfrentarse a los demonios. Con determinación en sus ojos, se lanzaron al ataque, utilizando todas sus habilidades y armas para destruir a los enemigos que se encontraban en su camino.Mientras tanto, Sofía sacó un talismán en el que estaba grabado un hechizo de luz. Concentrando su energía, pronunció las palabras mágicas y canalizó el poder del talismán. Una luz brillante envolvió el salón principal, iluminando cada rincón y debilitando la oscuridad demoníaca.El duque demoníaco Gargranelt, herido y furioso por la pérdida de su brazo, lanzó amenazas a Sofía. "¡Maldita, pagarás por esto! Si supieras lo malditamente difícil que es reponer una parte de mi cuerpo". A pesar de su ira, Gargranelt estaba consciente de la fuerza de Sofía y sabía que enfrentarla sería un desafío.Sofía arrojo un talismán el hechizo se activó y un rayo de luz golpearon al demonio debilitándolo, el demonio se enfureció y trato de atacar a Sofía, pero unas garras atravesaron su pecho por la espalda y estrellándolo contra el piso para después hacerlo pedazos."Larryet, te quedaste atrás de nuevo". Sofia regaño a su bestia mágica.Laurence: (Levantándose) Gracias por la ayuda, pero no era necesaria.Sofía: (Con una mirada de desagrado) Si quieres ir a visitar a Caleb, solo dímelo y te haré el favor.Laurence: (Frunciendo el ceño) Esta mujer... Yo me encargo de todo aquí. Tú regresas al campamento.Sofía se retiro, pero no sin antes enfrentarse a varios demonios que se abalanzaron sobre ella. Con maestría, sus bestias despedazaron y electrocutaron a los demonios, dejando un rastro de destrucción a su paso.Laurence caminó hacia Tomas, quien al verlo acercarse, comenzó a lanzar hechizos uno tras otro. Sin embargo, Laurence bloqueó o desvió cada hechizo sin esfuerzo. A medida que se acercaba a Tomas, Laurence rápidamente usó su espada para contraatacar.Tomas intentó golpear a Laurence con su espada, pero la gran diferencia en sus habilidades de combate se hizo evidente. Con un rápido movimiento de su espada, Laurence cortó la pierna izquierda de Tomas. Luego, mientras Tomas caía, Laurence rápidamente le cortó la pierna derecha. Laurence bajó su espada y procedió a cortar el brazo derecho de Tomas, seguido del brazo izquierdo.Laurence se quedó allí, contemplando la visión de su enemigo desangrándose lentamente. Si bien sabía que este acto no le devolvería a su amado hijo, era una forma de rendir homenaje y castigar a quienes habían orquestado su muerte.