Chereads / Guía para despertar en otro mundo / Chapter 2 - Paso 2 - Despertar

Chapter 2 - Paso 2 - Despertar

El corazón comenzó a latirme tan fuerte que solamente era capaz de escuchar su sonido ¿Peligro? ¿Hay enemigos cerca?

Empecé a mirar a todas partes, tratando de buscar con los ojos cualquier señal de movimiento. De un lado tenía el río, del otro una infinidad de árboles.

– ¡Ding!

[Estado(s): Asustado - Grave]

Al escuchar la campana empecé a correr sin leer el mensaje. Corrí entre los árboles sin mirar atrás, sin preocuparme del enemigo, únicamente pensando en huir.

Tras correr una distancia prudencial, me subí al primer árbol accesible para esconderme entre las ramas, y poder ver qué era aquello que me perseguía.

Los segundos pasaban como si fuesen horas mientras miraba a todas partes. ¿Dónde demonios estaba esa cosa?

– ¡Ding!

[Alerta: Peligro]

¿Me estaba persiguiendo?

El crujido de las ramas comenzó a escucharse a lo lejos. Se movía rápidamente. ¿Un lobo? ¿Un goblin? ¿Gnolls?

Un relámpago blanco salió de detrás de un árbol para ocultarse detrás de otro, acercándose rápidamente a donde yo estaba. Zigzagueaba hacia mi posición, ocultándose de mí a toda velocidad.

Intenté respirar hondo varias veces, aguzar la vista y seguirle con la mirada, pero era demasiado tarde, estaba casi delante de mi árbol.

– ¡Ding!

[Enemigo detectado: ¿¿¿??? – Amenaza Leve]

Un fuerte golpe sacudió el tronco del árbol. Al asomarme entre las ramas, finalmente pude verlo.

Era una especie de conejo, pero mucho más grande. Tenía dos grandes colmillos y un pequeño cuerno en la frente. Tras golpear el tronco del árbol, miraba fijamente a mi posición, mientras colocaba sus patas traseras

– ¡MIERDA!

El animal pegó un enorme salto y golpeó la rama que estaba frente a mí. Me agarré desesperadamente a lo primero que pude.

El sonido de su caída sonó fuertemente contra el suelo.

Tenía que atacarle cuando saltase, de lo contrario la rama acabaría rompiéndose. Me agarré fuertemente con una mano y preparé la lanza con la otra, buscando al animal frenéticamente. Vi como volvía a prepararse para saltar. Solo tenía una oportunidad.

Grité tan fuerte como me lo permitieron mis pulmones mientras apuntaba la lanza hacia la bestia. Instintivamente cerré los ojos tan fuerte como pude.

Un potente golpe movió el brazo con el que sujetaba la lanza, seguido de un golpe de seco contra el suelo.

– ¡Ding!

[Enemigo derrotado]

[Recompensa: 20 exp]

[¡Enhorabuena! ¡Has subido al nivel 1!]

[Nuevo título: Cazador novato (Fuerza+1) (Agilidad+1)]

El sonido de la campana me hizo abrir los ojos. Delante de mí había un montón de pantallas azules. Me temblaban las manos.

Miré al suelo, y vi la cabeza del conejo cubierta de sangre y su cuerpo inerte en el suelo. Dejé caer la lanza y me senté en la rama aún temblando.

¿Qué demonios acababa de pasar?

Tardé unos minutos en recuperarme y bajar del árbol. Recogí la lanza cubierta de sangre y me acerqué con cuidado al cuerpo de la bestia. Al parecer la lanza le había atravesado el ojo, probablemente también el cráneo. La suerte estuvo de mi parte.

El olor a sangre me hizo volver de golpe a la realidad. Tenía que irme de ahí cuanto antes, el cuerpo podría atraer a otros enemigos, y no esperaba tener la misma suerte dos veces.

Corrí al río y metí la lanza en la corriente, esperando limpiar la sangre y poder conservar mi arma. Cuando pareció lo suficiente limpia, seguí corriendo.

Necesitaba encontrar un pueblo cuanto antes, o de lo contrario sería mi fin.

Estuve corriendo durante horas, parando apenas unos minutos para beber agua y recuperar el aliento de vez en cuando. Seguí hasta que comenzó a hacerse de noche. Necesitaba un sitio para esconderme, estaba completamente agotado de correr y no me creía capaz de seguir durante la noche.

Busqué un árbol cuyo tronco tuviese el suficiente espacio para poder esconderme, y me subí. Era un árbol grueso, y en su cima las ramas formaban un pequeño hueco redondo, casi como si fuese un nido. Me senté en el medio y traté de asegurarme para no caer.

Era una noche cálida, casi veraniega.

Abrir mapa

– ¡Ding!

El mapa se desplegó delante de mí. Había recorrido varios kilómetros, probablemente más de diez. Notaba el cansancio en las piernas y los pies, poco acostumbrados a hacer ejercicio. Me arrepentí enormemente de no tomarme en serio la idea de ir al gimnasio.

– ¡Ding!

[Estado(s): Agotado, Cansancio – Alto]

Ignoré la alerta.

El sistema solamente me avisa de las cosas evidentes.

Tras pensarlo unos momentos, me di cuenta de que me avisó del peligro antes de haber notado al conejo. Quizás no fuese tan inútil después de todo.

Inmediatamente recordé las pantallas que salieron al derrotar a aquel monstruo.

–… ¿Abrir… Mensajes?

– ¡Ding!

[¡Enhorabuena! ¡Has subido al nivel 1!]

[Nuevo título: Cazador novato (Fuerza+1) (Agilidad+1)]

¿Había subido al nivel 1? ¿Acaso antes mi nivel era cero?

No me notaba más fuerte, y desde luego no me notaba mucho más ágil. El cansancio comenzó a pesarme en el cuerpo. Notaba como se me cerraban los ojos.

La brisa cálida me recorría el cuerpo, haciendo que las ganas de dormir fuesen cada vez más intensas.

Sin darme cuenta me dormí.

 

*****

 

– ¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP! ¡BEEP!

Me incorporé sobre la cama a punto de gritar.

Estaba en mi cuarto, con la estridente alarma del despertador sonando fuertemente.

 ¿Había sido solo uno sueño?

Apagué el despertador. Eran las ocho menos cuarto, la tercera alarma. Si no comenzaba a prepararme llegaría tarde al trabajo.

Salté de la cama y fui al baño. Mi reflejo seguía siendo igual. Más o menos alto, delgaducho y con el pelo moreno. Hoy tenía incluso más ojeras que ayer.

Me duché rápidamente, me puse el uniforme y salí de casa disparado hacia el metro.

Sentado en el vagón, comencé a pensar en todo lo que había pasado anoche. Era imposible que hubiese sido un sueño, mi cuerpo aún notaba el cansancio y se quejaba del dolor en las piernas.

– Abrir… mapa

Susurré tan bajo como pude, intentando que la gente a mí alrededor no me escuchase. No pasó nada.

¿Realmente había sido todo un sueño?

Llegué a la puerta de la oficina, donde me esperaban ocho horas de clientes insufribles con problemas que me hacían pensar que vivo rodeado de tontos.

Mi trabajo está en una oficina de atención al cliente, donde resolvemos las quejas y los problemas de una compañía que ofrece todo tipo de servicios.

Generalmente consistía en explicarle a la gente cómo gestionar una reclamación, pero de vez en cuando también tenía que explicarles como contratar lo que ofrece nuestra empresa.

Aparentemente es un trabajo sencillo, pero una vez te sientas en el mostrador la mayor parte del día consiste en pedirle disculpas a un montón de personas enfadadas, y señalarle el recuadro para escribir su nombre a un montón de tontos incapaces de leer un papel.

Aún faltaban cinco minutos para comenzar mi turno, así que fui a la máquina de café.

No estaba bueno, era como beber agua sucia, pero era lo único que había.

– Buenos días, Ren.

Al girarme vi a una chica alta, de pelo negro y largo, con la mirada perdida.

– Buenos días, Erin.

Era una de mis compañeras de trabajo.

Pese a su personalidad distraída, casi ausente, era una chica extremadamente guapa. Siempre parecía estar perdida en su propio mundo, lo cual le daba un extraño encanto.

Hablar con ella es un poco frustrante ya que siempre da la sensación de estar ignorándote, sin embargo es una persona extremadamente atenta en su trabajo, y siempre conseguía calmar a los tontos más maleducados. Quizás porque nadie quiere gritarle a una chica con una cara como la suya.

No dijo ni una sola palabra más. Ella siempre era así.

Cogió un café de la máquina y se fue. Suspiré con fuerza y me bebí el café de un trago.

Tenía un sabor horrible.

Me fui a mi mesa y me senté. Hoy Erin se sentaba en la mesa de al lado.

En apenas un minuto comenzarían a llegar clientes. Desee volver a estar enfrentándome a aquel enorme conejo con dientes afilados. Quizás morir en otro mundo a manos de una bestia no fuese tan malo, después de todo.

*****

 

– Y si hace usted click aquí, puede ver la aplicación de la cámara.

La señora hizo click en la cámara y vio su rostro envejecido por la edad.

– ¡Uy! ¡Pero qué vieja estoy!

Comenzó a reírse y yo fingí una pequeña risa por cordialidad.

– Como puede ver su teléfono funciona correctamente, por lo que no podemos admitir su reclamación.

La señora llegó a unos minutos de terminar mi turno, y estuvo haciéndome preguntas absurdas sobre su teléfono durante más de media hora. Se quejaba de que no funcionaba, que no podía hablar con sus hijos ni hacer fotos, y quería que le devolviesen el dinero o le diesen un dispositivo que funcionase.

– Ay hijo, ¡muchas gracias! Yo estoy ya mayor y no entiendo de estas cosas. Realmente pensaba que estaba estropeado.

Volví a fingir una leve risa.

– No se preocupe, estamos para ayudarle. Tenga un buen día y no dude en volver si tiene alguna otra pregunta.

Me despedí de la señora y me fui en cuanto pude a la sala de empleados. Al entrar vi a Erin sentada en una silla. Estaba mirando el móvil distraída, así que no dije nada. Abrí mi taquilla para coger la chaqueta e irme a mi casa, pero al girarme Erin me estaba mirando fijamente.

– Hola

Parecía que miraba hacia mí, pero en realidad estaba mirando un punto fijo encima de cabeza, quizás perdida en sus propios pensamientos.

Susurró algo que no logré escuchar bien. Asumí que un saludo.

– Yo me voy ya. Nos vemos mañana.

Sin pensármelo dos veces salí de allí. La verdad es que me ponía un poco nervioso hablar con ella.

Evidentemente me llamaba la atención una chica tan guapa como ella, pero no me sentía capaz de dirigirle la palabra sin comenzar a decir estupideces o quedar como un imbécil.

 

Volví a subirme al metro para irme a casa. Tenía aún un par de horas hasta la noche.

¿Realmente había sido un sueño?

Durante el trabajo no pude parar de pensar en lo que había sucedido una y otra vez.

¿Y si era todo real? ¿Volvería a aparecer en aquel sitio esta noche?

Me posé en el centro de la ciudad.

Esta vez no pensaba aparecer allí completamente desarmado.

Entré en una tienda de deportes y compré una mochila grande, una cantimplora para agua y una cuerda resistente. Compré también un cuchillo de caza y un yesquero.

No sabía muy bien si sería capaz de usar el cuchillo, pero al menos me serviría para fabricar una lanza mejor.

Volví a subirme al tren y me fui a casa. Al llegar aún tenía algo de tiempo, así que me puse a valorar mis opciones.

La última vez mi cama se había transportado conmigo, por lo que quizás si dejo la mochila en la cama esta vez también aparezca. Además tenía preparada agua potable y algo de comida, por lo que no tendría que volver a jugármela.

Me puse ropa de deporte y me fui a la cama. Aún eran las nueve.

Me negaba a creer que todo hubiese sido un sueño. Aún sentía el dolor en las piernas y el miedo en todo el cuerpo, pero a pesar de ello algo dentro de mí se moría de ganas de volver a estar en ese mundo. Necesitaba volver a despertarme en ese lugar.

Mientras fantaseaba sobre las posibles aventuras que me esperaban en aquel mágico bosque, en algún punto de la noche, me dormí.

 

****

 

– ¡Ding!

[Bienvenido]

[Nuevo título: El viajero entre los mundos (El nivel demasiado bajo para consultar información)]

 Al abrir los ojos estaba en medio del bosque. Volvía a estar en mi cama y aún llevaba la ropa que me puse antes de ir a dormir. Al mirar a mis pies, vi que la mochila estaba en el mismo sitio donde la había dejado.

Un suspiro de alivio se escapó entre mis labios.

Cogí la mochila y salí de la cama. Había dejado unas botas a los pies de la cama en lugar de mis zapatillas, y parece ser que se habían transportado conmigo.

Todo esto era real, no estaba loco.

– Abrir mapa

Delante de mí se desplegó un recuadro mostrando mi ubicación. Estaba justo al lado del árbol donde me subí la noche anterior.

Al trepar me encontré la lanza que había salvado mi vida la noche anterior.

Definitivamente no me estaba volviendo loco.

Dediqué unos minutos a afilarla mejor con el cuchillo que había empaquetado en la mochila.

– ¡Ding!

[Fabricado: Lanza de madera Zäar (poco afilada – Frágil) → Lanza de madera Zäar (afilada – Frágil)]

Leer que mis esfuerzos habían servido para algo me arrancó una sonrisa de oreja a oreja.

Bajé del árbol y seguí caminando al lado del río como la noche anterior. Definitivamente al final de este bosque tendría que encontrar al menos un pueblo, es imposible que no haya un asentamiento al lado de un río con agua potable.

Tras varias horas caminando, me senté en la orilla para comer algo.

– Abrir mapa

Había recorrido una distancia considerable desde el punto donde me desperté. Curiosamente un círculo azul señalaba el lugar donde se encontraba mi cama. Parece ser que el mapa había mejorado un poco con el nuevo nivel. Ahora el paisaje que mostraba era un poco menos vago, y me permití amplia las zonas que ya había visitado para verlas con un poco más de detalle. Una mejora no especialmente útil, pero quizás más adelante alguna recompensa me serviría para algo.

Comí algo de fruta y tiré junto a un árbol los restos. Me quedé sentado pensando durante un rato en mi siguiente movimiento, hasta que un ruido me hizo aterrizar en la realidad.

Me giré hacia el árbol donde había tirado la fruta. Desde mi posición podía ver una especie de criatura viscosa.

Los ojos se me iluminaron durante unos segundos. Eran slimes igualitos a los que salen en los videojuegos: Una bola de moco transparente con un ligero tono azulado.

Por un momento un escalofrío me recorrió la espalda, ya que el sistema no me había avisado del peligro, sin embargo al mirar a las criaturas más detenidamente vi que estaban comiéndose los restos de la fruta.

– ¡Ding!

[Alerta: Slime (3) – Neutral]

Me reí en alto al leer la tardía alarma del sistema.

Miré fijamente a las criaturas y vi que eran tres, tal como indicaba la ventana. Los tres tenían una especie de esfera transparente dentro de su cuerpo, donde ahora se descomponían los restos de fruta.

Quizás si lo derroto pueda subir de nivel.

Me acerqué con cuidado a los Slimes, y sin pensarlo dos veces ensarté con la lanza el núcleo de uno de ellos.

Fue como romper un cristal.

Inmediatamente la criatura viscosa perdió su forma y dejó un charco en el suelo.

– ¡Ding!

[Enemigo derrotado]

[Recompensa: 10 exp]

[Alerta: Slime (2) – Hostil]

Sin pensarlo dos veces ensarté mi lanza en los dos monstruos restantes antes de que pudiesen atacarme. Por suerte parecían bastante inofensivos.

– ¡Ding!

[Enemigo derrotado]

[Recompensa: 10 exp]

[Recompensa: 10 exp]

[¡Enhorabuena! ¡Has subido al nivel 2!]

[Recompensa: Inventario (Pequeño)]

 Al leer los mensajes no pude evitar gritar de la emoción.

– ¡ABRIR INVENTARIO!

Un pequeño panel cuadrado se abrió ante mí.

Me quité la mochila y traté de meterla dentro del panel que flotaba en el aire. Inmediatamente la mochila fue absorbida y un dibujo del paquete apareció dentro del panel.

[Inventario – Lleno]

– ¡Funciona!

Extendí la mano hacia el panel y toqué el dibujo de la mochila, y esta empezó a materializarse en el aire. Apenas tardó un segundo en aparecer de nuevo frente.

¡Por fin algo útil!

Volví a meter la mochila dentro.

Los slimes no habían dejado caer ninguna recompensa como un núcleo o algo de valor, tal como suele pasar en los videojuegos. No obstante el inventario era un premio más que suficiente.

Por fin las cosas comenzaban a salirme bien, quizás podría seguir buscando slimes en esta zona para subir algún que otro nivel más y desbloquear nuevas funciones.

Esta era mi oportunidad de empezar mi aventura.