Oliver Charles estaba atónito.
Miraba fijamente al robot, todas las células de su cuerpo furiosas y rugientes.
¡Este robot, aunque estuviera aquí para la competencia, era el fruto de su amor!
Pasaron más de un mes preparando este robot, cada centímetro de él tenía su esfuerzo y sudor derramados en él.
¿Pero ahora estaba destruido?
Mientras estaba allí parado, alguien gritó —¡Oliver Charles ha vuelto!
Inmediatamente, todos se apresuraron a entrar en la habitación.
Michael Hyde y Quentin Gibbs tenían los ojos rojos, apretando los puños; al ver a Oliver Charles, Michael gritó —¿Dónde has estado?
Las lágrimas de Quentin de repente cayeron como las de un niño —¡Hemos estado buscándote por siglos!
Freya Morrison también tenía los ojos rojos pero no dijo nada.
Sus miradas de dolor le cortaron la garganta a Oliver Charles; quería decir algo, pero de repente no pudo encontrar las palabras.