Habiendo perdido su objetivo, no sabía dónde mirar en una escuela tan grande.
Eve Thompson regresó a casa decepcionada, sin nada que hacer en la tarde.
Pronto, fue de noche.
Tumbada en la cama, recibió una llamada de Freya Morrison:
—¡Iris, revisa nuestro grupo de chat de clase! .
Eve abrió WhatsApp, solo para descubrir que su grupo de chat de clase se había vuelto una locura, con más de 999 mensajes.
Al hacer clic en los mensajes, subió pacientemente hasta encontrar finalmente la causa del caos.
Resulta que, hace media hora, Doris Armstrong de repente envió un largo mensaje en el grupo:
