Al levantar la mirada, se encontró con un par de ojos tan profundos y misteriosos como el universo mismo.
Asustada, Faith se sentó recta al instante, deseando poder desaparecer completamente en el aire...
Anthony se sentaba en silencio en el auto, reflexionando sobre las recientes palabras de la chica.
Sintiéndose agitado, se aflojó la corbata.
No había pensado en nada durante los ocupados últimos tres días. Sin embargo, no podía negar que estar con ella le hacía sentir feliz, a diferencia de su actual estado de molestia.
Incluso más, había rechazado una importante cita para cenar esa tarde para recogerla con Faith, deseando pasar la velada con ella.
A lo largo de los años, había sido resistente a las mujeres, pero sus sentimientos por ella eran diferentes.
Mientras Anthony pensaba en esto, bajó la cabeza de nuevo.
Sonrió amargamente. Tal vez estaba siendo frívolo.
Con la mirada baja, finalmente salió del auto y entró al salón con zancadas largas.