Hacía un poco de frío hoy. Anthony Charlie vestía una camisa blanca con bordes hilados en oro asomándose por los puños, exudando elegancia y discreción. Un chaleco gris estaba sobre la camisa, haciéndolo ver más caballeroso que de costumbre.
Sus rasgos seguían siendo impecablemente refinados, y aunque Eve Thompson no lo había visto durante solo tres días, todavía se sorprendía por su impresionante presencia, lamentando la injusticia del Creador.
Por el momento, la atmósfera dentro del coche era increíblemente incómoda.
Eve nunca esperó que Anthony fuera a recogerla él mismo. Aunque normalmente tenía la piel gruesa, no podía evitar que sus mejillas ardieran como fuego.
Anoche, le dijo: "Cuidaré de ti", y hoy, había causado una escena. ¿Qué estaba pasando? Era como si estuviera deseando con ansias esta noche, y si no hacía algo, ¡decepcionaría al público!
Eve tosió incómodamente, temiendo que Anthony pudiera malinterpretar sus intenciones y enfadarse. Se apresuró a hablar: