—En esa época, la familia Thompson no le daba mucho dinero cada año —recordó ella—, así que su vida en el extranjero era difícil. Asumió varios trabajos para ahorrar suficiente dinero para estudiar sola en otra ciudad, ocultando su identidad y su edad.
—Recordando, el nombre que ella eligió para sí misma en aquel tiempo era bastante ridículo. Debido al carácter de "regresar" en su nombre, sus amigos de la infancia la llamaban "tortuga—se rió—, así que directamente les dijo a los demás que su nombre era Pequeña Tortuga.
—Fue bajo esas circunstancias que lo encontró.
—Él yacía en un basurero en ese momento, cubierto de suciedad. Su rostro tenía heridas graves, como quemaduras, cortes e incluso heridas causadas por explosiones. Esas heridas se habían inflamado, haciendo que su piel estuviera hinchada e irreconocible. Yacía allí inmóvil, sin saber si estaba muerto o vivo.