Chereads / Que se jodan los arcoíris © / Chapter 14 - Capítulo 08: Que se jodan los laberintos.

Chapter 14 - Capítulo 08: Que se jodan los laberintos.

No, no, no, no, no. No pienso entrar ahí ni loca, está demasiado oscuro y me da miedo. Ahg, lo confieso, incluso ya grande me daba miedo pararme de mi habitación para ir al baño… por favor díganme que a ustedes también. Peeeeero, no voy a conseguir nada si me quedo parada aquí, literalmente ya no tengo nada que hacer y el show debe continuar.

Bien, antes de entrar a una posible muerte segura voy a darme un momento para revisar si hay alguna habilidad que me permita iluminar esos feos pasillos recubiertos por las tinieblas. De pálido no tiene nada, eso puedo asegurarlo. Despliego mi lista de opciones disponibles y busco alguna que sea llamativa.

Uh, creo que di en el clavo. Hay una llamada "Luz guía", y por su descripción se oye perfecta para esta ecuación.

<Luz guía: Invoca un orbe de luz que sigue al usuario para iluminar su camino.>

Je, je, je, je, tengo al autor de mi lado. Ni siquiera necesitan preguntar si la quiero, la respuesta es un rotundo YES.

<Luz guía Nv. 01 ha sido adquirida>.

¡Yupi! Tengo ahora una linterna portátil en un mundo de fantasía. Coman tierra humanos, la superioridad animal triunfa por primera vez. Uff, listo, estoy preparada para lo que venga. Mi orgullo sufrió un duro golpe al ser derrotada por Howard, pero estoy segura de que todavía estoy a tiempo de subir de nivel lo suficiente para darle una paliza la próxima vez.

Activo "Luz guía" y de mi cuerno emerge un orbe de luz algo pequeño. Ja, olvidé fortalecerlo con SP. Subir, subir, subir, subir, listo, ahora es nivel 10 y la visibilidad ha aumentado de forma considerable. Uno, dos, tres. Oficialmente inicia mi viaje para adentrarme en el Laberinto Pálido. En cuanto doy un paso dentro, la puerta se cierra haciéndome sobresaltar. Uaaah, creo que ya me arrepentí, paren todo, me quiero bajar…

No, necesito seguir, mi instinto me trajo hasta aquí y voy a superar este obstáculo. El sonido de mis cascos rebota en cada pequeño lugar oscuro, aquellos rincones en los que el orbe de luz no alcanza a iluminar de forma correcta. Avanzo a trote lento y calmado, intentando no entrar en una crisis de ansiedad.

La cálida luz de mi habilidad es mi único consuelo entre todo esto… Uh, esta sensación me recuerda a cierta persona que conocí hace mucho tiempo. Puede que piensen que soy una mocosa irresponsable que no piensa en su familia luego de morir, pero si me permiten ser un poco melancólica, mis padres no eran los mejores. Pero esa mujer que conocí cuando era niña fue muy diferente. Era como si, a pesar de ser gótica y algo malhablada, tuviera un montón de bondad y compasión en su interior.

Bah, que se jodan los recuerdos, anota eso, autor, es un buen título. Y ustedes vienen a reírse con mis payasadas, no a llorar como nenas.

¡Catapum! Uy, quieta. Un sonido extraño resuena haciendo eco en todo el pasillo. Espero de verdad que no haya monstruos aquí. De hecho, es una posibilidad que ni siquiera consideré cuando entré, digo, es un sitio que ha estado aislado durante quien sabe cuánto tiempo, es estadísticamente difícil que haya bestias rondando por aquí.

Peeeeero, como si no existiera el canibalismo, tal vez sí haya algo dentro, en la oscuridad, esperando con paciencia para comerse un unicornio asado, o al vapor… uy ya me dio hambre de carne. Si tuviera cuerpo humano, tal vez estaría babeando en este momento. En cuanto tenga mi torso voy a cazar algo y cocinarlo. Aunque también convendría calcular las calorías que me voy a comer si es que llego a hacerlo. Tal vez podría seguir mi dieta de frutas y pasto cuando evolucione.

Continúo caminando, rezando por no encontrarme con lo que sea que haya hecho ese ruido extraño. Es entonces cuando "Presentimiento" me avisa sobre algo que está detrás de mí. Me doy la vuelta con rapidez y me encuentro con otro unicornio, de un tamaño similar al mío, pero sus ojos brillan con un destello rojo y un aura de oscuridad lo envuelve.

¡Woooooo! ¡Se ve increíble! En serio, luce oscuro y genial, es eso a lo que me refería con un unicornio gótico, no como mi caso donde fácilmente podrían llamarme "Señorita arcoíris". Puaj, que asco los mechones de colores, en serio.

El unicornio oscuro se acerca a mí, pero no con intenciones pacíficas. ¡Aaaah, aléjate de mí, yo no tengo épocas de celo! Creo que mejor uso mi "Hiperconciencia" para averiguar si no estoy lidiando con algo malo.

<Ilusión del laberinto Nv. ¿?

HP: ¿?/¿?

MP: ¿?/¿?

SP: ¿?

Habilidades:>

Ok, eso no parece nada bueno. Hiperconciencia no detecta nada que no sean signos de interrogación. Además, no parece ser un unicornio real, el propio nombre lo dice todo, es una simple y llana ilusión. Nada que una Descarga de magia no solucione.

Mi cuerno lanza mi genial rayo y acaba sin problema con la aparición. Ja, no son más que pobres imitaciones de fantasmas débiles, pero pueden ser molestos. Lo mejor será no subestimarlos y continuar mi camino.

La luz sigue alumbrando, y estoy empezando a comprender como controlarla para moverla sin que tenga que estar orbitando a mí alrededor. De esta forma puedo alumbrar varios metros más allá de mis pasos y prever algún ataque enemigo o una trampa.

—Hiii, hiiii—el relincho de otro caballo suena más adelante.

Frente a mí aparecen otras dos ilusiones del laberinto. Comienzan a parecerme más molestas que tenebrosas, así que voy a ahorrarme mis MP y lanzaré Magia de tierra, que gasta menos que el Disparo de magia. Las estacas de roca deshacen a los unicornios sombríos y puedo continuar.

—Hiiii, hiiii—nuevos relinchidos se hacen presente.

Cuando guio mi mirada hacia mis costados traseros puedo notar una cantidad de ilusiones más grande. Es como si se estuvieran multiplicando como conejos. ¿De dónde salieron tantos? Aaaaah, cruz, cruz, cruz, que se vaya el diablo y venga Jesús.

Si continúo lanzando magia, pese a que poseo "Regeneración de MP" quiero ahorrar mi magia lo mejor posible para un combate mortal que pueda llegar a tener en este lugar. Decido ignorarlos por completo y salir corriendo para alejarme de las ilusiones. Lo siento amiguitos, yo me piro vampiro…

Me detengo en seco cuando observo una bifurcación del camino. En el lado izquierdo, la oscuridad no luce tan intensa como en el resto del laberinto. En una situación normal tomaría ese camino sin dudarlo, pero en lado derecho tiene algo que llama mi atención pese a que las penumbras son muy fuertes. Una caja de galletas con chispas de chocolate yace tirada ahí, en la entrada a ese costado.

Ok, ok, tengo que discernir la situación para hacer una elección correcta. Un paquete de galletas en este sitio desentona por completo la atmosfera, pero no solo del laberinto, sino del mundo entero. No hay razón para que esa cosa esté ahí bajo ninguna circunstancia.

Todo empeora cuando decido acercarme a las mismas, no por hambre o glotonería, dejé de comer esa basura hace mucho, sino porque despiertan memorias en mí, recuerdos lejanos y distantes, pero que ahora parecen muy vividos y cercanos. Oh, no, no, yo quiero seguir diciendo cosas chistosas, no ponerme seria y sentimental…

Los unicornios oscuros me alcanzan pronto, pero ya no se acercan ni intentan atacarme. Es en este momento que comprendo que las cosas van a comenzar a ser diferentes a partir de ahora, y esta bifurcación y galletas solo vienen a confirmarlo. Todo, desde el postre hasta los unicornios, es mera ilusión de este laberinto.

Respiro fuertemente y cierro mis ojos para comenzar a adentrarme en el pasillo de la derecha. Las galletas desaparecen del suelo y la oscuridad me consume. Como si esto fuera más potente que mi magia, la luz que invoqué es tragada casi en su totalidad, dejándome casi a ciegas y confiando en mis pasos para avanzar. Por qué elegí ese camino es un misterio que todavía no consigo resolver.

 

•┈••✦ ۵ ✦••┈•

 

Snif, snif.

Lloro mientras me hago bolita en el pasillo del hospital. Varios doctores pasan a mi lado, al igual que muchas personas, pero todas tienen la misma reacción de indiferencia.

«Mocosa, deja de estorbar», es la mayor reacción que consigo de parte de una mujer.

Snif, snif. Kendra tiene razón, solo soy una bola que estorba a las demás personas… me siento muy mal, no quiero estar más aquí. El sonido de los pitidos de las maquinas, la gente tosiendo o llorando, las ruedas de las camillas rodando por los pasillos… ¡no los soporto más!

Y es entonces cuando escucho unos pasos detrás de mí. No, no quiero que vea mis lágrimas, verá que soy débil y patética… 

—Oye, ¿estás bien? Saliste de tu habitación, te arrancaste el suero y estás aquí llorando—dice su voz.

Intento secarme desesperadamente las lágrimas, pero tan pronto lo hago unas nuevas las reemplazan. Sus manos en mis hombros me tranquilizan momentáneamente, pero pronto vuelvo a sollozar.

—Toma mi mano, te llevaré de regreso.

Con mucho esfuerzo me armo de fuerzas para hacerlo, temblando y sin poder controlarme. Agacho la mirada y evito mirar a las personas que pasan por el pasillo del hospital. Seguro que piensan que soy patética y que estoy "grandecita" para llorar.

—Oh, querida, limpia esas lágrimas, detesto ver una cara linda arruinada por el llanto—la doctora Shannon gira en dirección al área infantil.

Una vez dentro de mi habitación, ella me carga y coloca en la cama nuevamente. Luego toma una toalla de papel y la pasa por toda mi cara, secando todo rastro de mi tristeza.

—Dame tu brazo, voy a ponerte de nuevo el suero, solo dolerá un instante—ella inyecta el catéter otra vez.

Acto seguido vuelve a arroparme. Estando así me siento segura, pero no mejor. Mis labios tiemblan sin que pueda hacer algo para controlarlos y me veo obligada a cubrir mi rostro con vergüenza. La doctora Shannon suspira y se sienta a mi lado.

—Sabes, todos tocamos fondo alguna vez, y yo también lo he hecho. —su voz luce diferente a como habla por lo regular—pero me duele ver que alguien tan joven y linda como tú lo haya hecho tan pronto.

—Yo no soy linda… ¡nunca lo seré!—mi voz se quiebra en llanto de nuevo.

—¿Quién fue el imbécil que te hizo creer eso? Vamos, no tengas miedo de decírmelo, yo misma le romperé la cara—da un vistazo hacia la ventana.

Niego con la cabeza. No, ¡no! Kendrá me pegará otra vez si se entera que lo he contado…

—Bueno, estás en tu derecho de guardártelo. —Shannon se para en seco y camina por la habitación—¿Por qué? ¿Por qué alguien tan maravillosa como tú puede hacer caso de comentarios basura y estúpidos como esos?

Finalmente termino por romperme.

—¡No son basura, son la verdad! ¡Siempre seré este monstruo y nunca podré dejar de serlo! ¡Mi existencia es un sin sentido, no tengo ningún propósito! No sé qué hacer…—mi voz se quiebra como nunca antes lo había hecho.

Shannon se acerca a la ventana nuevamente, esta vez para abrirla. La lluvia que había hace rato se ha detenido, y ahora el sol comienza a salir.

—Se está formando un arcoíris, un grande y colorido arcoíris—dice ignorando mis palabras.

Con mis ojos llorosos guío mi mirada hacia el exterior.

—Incluso después de esa grisácea y fea lluvia, el sol brilla y nos regala este paisaje—continúa.

No, esto no me hace sentir mejor, no es más que un discurso de superación quemado…

—¡Ja! ¡Que se jodan los arcoíris! No hay mejor manera de solucionar tus problemas que resolviéndolos uno mismo. Nunca he sido de creer cuentos de hadas y colores chillantes que salvan el día. Y tú, Joyner, tienes mucho carácter para lidiar con eso y mucho más. Aunque a veces requieras ser un poquito oscura para lograrlo—acaricia mi cabeza.

Gimoteo un poco más antes de hacer fuerza para dejar de hacerlo. Shannon sonríe y le hace una seña obsena con el dedo al arcoirís. Poco a poco los días pasan, como los pajaros que vuelan afuera de mi habitación. Mi relación con la doctora aumentó en gran medida, al punto de conocer más sobre su vida privada. Cuando no trabaja, ella ama vestirse con colores oscuros, ponerse rímel y palidecer su piel. Ella lo llama ser gótica. Pero a pesar de eso, no logro comprender por qué lo hace. ¿Quién elimina los colores de su vida de pronto? No era algo que pudiera entender todavía.

Y entonces llega el momento de mí alta del hospital. Mi anemia grave ha mejorado, así que es tiempo de irme de aquí. Lloro, lo hago porque perderé a la única amiga que he hecho en toda mi vida. No quiero irme, quiero quedarme para siempre con ella, no con mamá, quien siempre me llama "estorbo". Ni con papá, que solo toma esas botellas raras todo el día y golpea a mamá. Ambos me dejan sin comer mucho tiempo, así que tengo que arreglármelas para sobrevivir con lo que pueda.

Pero en el hospital siempre tengo comida. No es tan rica como las galletas con chispas de chocolate o las frituras, pero Shannon dice que es saludable y que tengo que aprender a comer bien si quiero mejorar mi calidad de vida.

—Ya vámonos, maldita escuincla, por tu culpa voy a llegar tarde al trabajo—mi madre me jala hacia el exterior del hospital mientras lloro.

Estamos por subir al auto cuando veo a la doctora Shannon a la distancia, mirando cómo me llevan arrastrando. Hago un esfuerzo desesperado y me zafo de las manos de mi madre para correr a las puertas. Ignoro sus gritos de ira y abrazo fuertemente a la doctora. Ella me mira con tristeza, pero mete sus manos a su bata y saca algo para dármelo. Es un pintalabios negro, oscuro como la noche y su cabello.

—Toma, un pequeño obsequio para que me recuerdes. Cuando estés perdida o asustada, encuentra consuelo en ti misma, en tu identidad y en este pintalabios—son sus últimas palabras.

Alcanzo a guardarlo antes de que mi madre me sujete del brazo con fuerza y me lleve arrastrando otra vez al auto, con otra dosis de insultos. Shannon permaneció observando todo el tiempo hasta que mi madre encendió el vehículo y desaparecimos en el horizonte.

Esa fue la última vez que vi a la doctora.

 

•┈••✦ ۵ ✦••┈•

 

Reacciono saliendo del trance una vez que he llegado al final del pasillo. Una lágrima cae de mi ojo cuando ese montón de absurdas memorias llegaron a mi mente. Por alguna razón creí que esto pasaría, pero fue más de lo que esperaba. Ja, ja, ja, ni siquiera se me ocurre un chiste tonto para decir en este momento. Solo ignoren lo patética que me veía, ¿de acuerdo?

Mejor me concentro en mi misión actual de exploración laberintosa. Oh sí, había olvidado mencionar lo que acabo de encontrar. Hay un hombre joven vestido con una túnica blanca que luce traída de tiempos muy antiguos. Parece estar rezando con devoción, y además su cabello es blanco con muchos colores arcoíris en él. Puaj, ¿es que nadie en este abismo sabe otro color de pelo? Ah sí, y tiene un cuerno en su frente, que crazy. Me acerco un poco más, con mucho cuidado. No me cabe duda, es esta figura la que me llamó y pidió que lo encontrara.

«Por favor, sálvalos.»

¿Eh? ¿Me lo dices a mí? Je, je, unicornio equivocado, amigo, yo no salvo gente, yo odio a la gente. Intento usar "Hiperconciencia" en él, pero cuando lo hago suena un pitido negativo y nada aparece, como si él bloqueara el uso de mi habilidad. Uh, por favor díganme que es amigo y no enemigo.

«Sálvalos… te lo ruego.»

Del hombre unicornio comienza a salir una luz brillante. Mi cuerno también tintinea en consonancia con la energía que me rodea. Maldita sea, si hago esto no habrá marcha atrás, eso lo presiento. Nada volverá a ser tan relajante ni cómodo. ¡Aaaaah! ¡Puta madre, odio que me dejen estas decisiones! Me armo de valor y toco con mi cuerno a la figura.

Y de pronto, una sobrecarga de información rellena mi cerebro. No tengo forma de gritar, así que solo relincho mientras caigo al suelo con una fuerte jaqueca. Mis ojos ven borroso mientras me retuerzo en sufrimiento mental difícil de asimilar… ¡Aaaaaaaah!

Veo gente corriendo… personas en llamas siendo pulverizados… fuertes sonidos aéreos y detonaciones potentes. Muerte, destrucción, aniquilación. Ahora lo entiendo. Entiendo por qué Howard está en lo correcto al querer muerto a Amcottes, más allá de sus temas del pasado y diferencias.

Debí haber venido a este lugar desde el principio, en lugar de perder mí tiempo con idioteces y con ustedes… Esta cosa me ha mostrado la realidad y destino de este mundo. Hay un nombre que me hace temblar con tan solo pensar en él… El Sol Arcoíris… alguien tiene que hacer algo.

Fue así como descubrí la terrible verdad que asola a este mundo. Una realidad angustiante que ahora debo manejar con cautela para tener una mínima posibilidad de hacer algo. No sé si desconocer esta información hasta este momento fue una bendición para mi bienestar mental o un terrible error.

Incluso hoy en día, no estoy segura.