Mis primeros recuerdos… tengo la particularidad de tener mis primeros recuerdos dos veces. Los primeros fueron en el hospital, con las enfermeras pasando una toalla por todo mi cuerpo, mientras el sonido de los instrumentos del quirófano emitían pitidos y escuchaba voces diciendo «¡es una niña!».
Y mis segundos recuerdos, abriendo mis ojos en una enorme sala con paredes de piedra. Unos brazos que me sostienen en el regazo de una mujer que no es mi madre, pero que ella asegura serlo. Y luego los gritos de lo que parecen ser sirvientas.
—¡Está maldita!
—¡Oh por Dios, tiene los ojos!
—¡Majestad, lo sentimos mucho!
La mujer me abraza y siento su pecho contraerse, como si sollozara ligeramente. Quiero moverme, pero me siento débil. Mis ojos pasean por toda la escena, intentando disipar la confusión de mi cerebro.
—Quinella…
—Está bien, estoy intentando procesarlo, necesito tiempo para eso—interrumpe la mujer.
Su cabello es albino y largo, como una cascada de leche. Quien habló previamente es un hombre con apariencia de cuarenta años. Viste elegantemente y lleva una barba recortada.
Todo es tan confuso que necesito rememorar como llegué aquí. Yo estaba en el salón de clases, había llegado temprano y estaba bostezando en mi mesa, luchando por mantener los ojos abiertos cuando una fuerte sacudida seguida de un poderoso estruendo me hizo saltar de la impresión. Era como si algo hubiera chocado a fuertes velocidades con la infraestructura de la escuela. Definitivamente tenía el poder suficiente para pasar por todo ese montón de concreto sin detenerse, como si fuera una fuerza imparable, aunque sin su contraparte inamovible.
Yo estaba realmente aturdida por el impacto, así que me puse de pie a como pude y salí corriendo del aula lo más rápido que mis piernas me permitían. El escenario fue espantoso, suficientemente perturbador como para recordarlo, pero pude ver varias víctimas.
Lastimosamente para mí, un pedazo de escombro cayó cerca, aplastando mi brazo. El dolor definitivamente fue espantoso, pero la pesadilla apenas comenzaba. Intenté liberarme del gran trozo de suelo que destrozó mi mano, pero mi fuerza no fue suficiente para moverlo. Los demás estudiantes estaban demasiado ocupados corriendo y salvando sus vidas como para preocuparse por hacer lo mismo conmigo.
Finalmente, pude ver como un fuego que probablemente se inició en la cafetería de la escuela empezó a expandirse poco a poco. Las tuberías de gas no hicieron más que acelerar el proceso de lo inevitable. Me resigné a morir, así que solo cerré mis ojos y susurré para mis adentros una despedida para mi familia y amigos hasta el último segundo en que las llamas me consumieron.
Sin embargo, algo ocurrió. Había muerto, pero mi conciencia se mantuvo en este universo. Recuerdo que abrí los ojos y me encontraba frente a un niño de cabello dorado que emanaba un aura de paz. Él se presentó ante mí y más personas como un Dios. Ese momento fue algo borroso, pero en mi memoria permanece el instante en el que yo elegí reencarnar. Él dijo que me reubicaría en otro mundo, distinto al mío. Yo quise decir que quería quedarme, pero no tuve alternativa ni voz para decidir. Simplemente fui arrojada hacia un vacío donde una voz me dio la bienvenida a un lugar llamado SW000. También se me dio a elegir una "habilidad inicial", lo sea que quiera decir eso. Yo estaba bastante asustada y confundida, así que solo pude atinar a elegir algo llamado "Dominio".
Después, todo fue oscuridad. No sentí mi cuerpo y mi mente nublada me tuvo en un trance por mucho tiempo. Finalmente, pude sentir como era expulsada hacia algún lado que desconocía. Eso es todo. Estos son mis segundos recuerdos.
•┈••✦ ۵ ✦••┈•
—Tiene los ojos malditos… No lo entiendo, creí que la maldición se había roto, ha pasado tanto tiempo desde que nació el último príncipe maldito—dice mi nueva madre.
—Tampoco yo soy capaz de comprenderlo, no sé qué hacer—mi nuevo padre se talla los ojos, cansado.
Estoy recostada en una cuna. La habitación es elegante, las paredes están hechas de piedra y madera. Hay una chimenea en el fondo, con el fuego encendido y la leña consumiéndose. No puedo hacer más que dormir, he intentado hablar y no he consigo hacerlo. He vuelto a ser bebé. Estoy en un lugar que no conozco, con padres que no son los míos y una época que solo puedo describir como medieval.
He aprendido que mi padre es el rey de un lugar llamado Asonas. Mi madre, por su parte, es la reina. El rey Edmund Vawdrey y la reina Quinella Vawdrey. Soy la última princesa que ha nacido en este lugar.
—El rumor ya se está esparciendo rápidamente, que ha nacido otra princesa maldita—comenta mi madre.
—Tenemos que presentarla pronto al reino. Necesitamos despejar las dudas y callar falacias sobre ella—responde el rey.
Bien, necesito hacer una recapitulación. Mi nombre es Violet Higgs, yo era una estudiante en mi otra vida. Por alguna razón que en realidad si conozco bien, acabé renaciendo en otro mundo. Eso suena lógico para mi situación, aunque en la práctica es loco e imposible.
Un golpe llama a la puerta y mis padres se levantan.
—Pido permiso. —un joven con traje heroico entra a la sala—lamento la irrupción, pero he regresado de mi viaje y quería conocer a mi hermana.
En su espalda carga una funda de espada. Su cabello es castaño y sus facciones son serias.
—Oh, Arthur, me temo que no son buenas noticias—responde Quinella.
—Algo he escuchado de camino al castillo. Quiero comprobarlo por mí mismo.
El joven espadachín se acerca hasta mi cuna y me observa. Sus ojos reflejan cierta incertidumbre y lastima. Suspira y cierra sus parpados, como si pensara en algo.
—Es increíble, la maldición continúa—él me carga entre sus brazos.
No puedo hacer nada más que quedarme quieta, sin emitir el más mínimo sonido. El joven, que al parecer se llama Arthur, lo nota y me mira con mucho más detenimiento que antes.
—Me tomé la molestia de ir a los Jardines Huecos con la esperanza de encontrar alguna respuesta. Entablé combate con un unicornio Alfa, nunca había visto a uno defender su territorio con tanta fiereza, pero al final mi grupo y yo conseguimos derrotarlo. He traído su cuerno como un obsequio—de entre una bolsa de cuero adornado saca un colgante.
Es como un cono delgado de marfil, blanco como la leche. Tiene una cinta pasando por la parte de la base, dándole la forma de un collar. Arthur lo acerca a mi cuello y se cerciora de habérmelo colocado bien.
—¿Ya han usado Análisis para confirmarlo?—pregunta.
—Sí. Lamentablemente, los resultados fueron positivos. Ella tiene los ojos del dragón maldito. Eventualmente comenzará su terrible metamorfosis. Si no podemos encontrar una forma de romper esa maldición, entonces mucho me temo que tendremos que eliminarla—comenta el rey con pesar.
El miedo que tenía en mí se intensifica con esas palabras. Van a matarme, y solo por tener algo que yo no elegí al nacer en este mundo. Peor aún, no tengo manera de defenderme ni hacer algo al respecto. Por fortuna, mi hermano salta en mi defensa.
—¡No! ¡Encontraremos esa cura! Mis hermanos y yo moveremos cielo y tierra para buscar una manera de eliminar esa maldición definitivamente. No voy a permitir que la asesinen.
Su mirada es dura y determinada. Luce como los héroes de las películas que pueden hacer lo que sea con proponérselo. Espero, por el bien de mi vida, que en verdad pueda lograrlo. Arthur vuelve a colocarme en la cuna y se acerca hacia mis nuevos padres para discutir, esta vez en un tono más bajo que yo no puedo escuchar desde donde me encuentro.
Él mencionó algo sobre analizarme, y eso fue hace no mucho. Recuerdo que vino un sujeto que vestía una túnica blanca con bordados amarillos, se paró frente a mi cuna y me observó durante unos momentos. Durante ese rato, pude sentir como si alguien estuviera leyéndome el alma, es la mejor forma de describirlo. Una sensación de que alguien sabe tus pensamientos, bastante incómodo.
Gracias a eso, descubrí que en este mundo existe la magia, y que la gente puede usarla de forma simplificada si entrenan la mente lo suficiente para conseguir sentirla y de esta forma usar ciertas habilidades, activa o pasivamente. Este sistema va ligado al crecimiento de los individuos, casi de la misma forma en la que funcionan los juegos de rol en mi mundo de origen: consigues experiencia, esta se suma a tu nivel y de esta forma te haces más fuerte. Claro, no es lo único que debes hacer para fortalecerte, entrenar las habilidades de forma individual o subirlas de nivel es importante para que esto funcione correctamente.
Yo he estado intentando materializar ese sistema en mi mente desde que llegué aquí. Pude sentirlo cuando reencarné en este mundo, pero no he conseguido hacerlo.
Me quedo divagando en mis pensamientos un rato hasta que mis ojos reparan en el obsequio de Arthur. Él dijo que era un cuerno de unicornio. Se tomó la molestia de confeccionarlo como si fuera un colgante. En mi mundo natal, los unicornios no eran más que criaturas de fantasía, pero tal parece que este lugar es uno donde habitan este tipo de seres. Quien sabe que más clases de organismos fantásticos existan aquí.
Tomo el cuerno y lo observo con detalle. Es bastante grande, agradezco que la punta esté tallada y chata, así no tendré ningún tipo de accidente con él. Me pone triste pensar que le arrancaron a la fuerza esto a uno de esos caballos solo para dármelo. Lo observo un poco más hasta que noto cierta esencia emanando del mismo. Es una especie de energía que no había sentido nunca. ¿Acaso esto puede ser magia? Sí, probablemente se trate de eso, los unicornios son criaturas mágicas por naturaleza, o al menos eso tengo entendido. ¿Habrá una forma de utilizarla a mi favor?
Me concentro en la esencia que sale del cuerno y pienso en la voz que me habló y dio la bienvenida cuando llegué a este mundo. Lo intento por unos minutos hasta que mi corazón salta de alegría al escucharla.
«La habilidad <Análisis> está inactiva. ¿Deseas reactivarla?»
Oh, recuerdo que algo con ese nombre estaba entre las opciones que me dieron a escoger cuando reencarné. Por alguna razón, la misma está desactivada, lo que indica que ya la tenía. Yo había elegido "Dominio", si mal no recuerdo. ¿Esto quiere decir que las personas la poseen de forma natural? Hubiera sido un desperdicio elegirla sin saber que ya la poseía, es extraño. De todas formas, una habilidad es una habilidad, así que voy a elegir reactivarla.
«Has activado <Análisis> con éxito».
Excelente, en teoría debería poder usarla. Utilizo el mismo procedimiento que hice para escuchar al sistema, pero esta vez enfocándome en "Análisis".
<+Humano Nv. 01. Nombre: Majorie Vawdrey.
Estado Alterado: Draconificación>
Uh, esto es un avance. Sin embargo, mi mirada recae en el apartado de estado alterado. El nombre no presagia nada bueno y es probablemente la causa por la que mi nueva familia se ha angustiado tanto. Esto no me gusta. Necesito saber de qué se trata todo esto. Intento usar "Análisis" una vez más, esta vez para descubrir detalles sobre ese estado alterado, sin embargo no consigo hacerlo.
«Se requiere subir de nivel la habilidad <Análisis> para poder hacer esto».
Oh, parece que no puedo hacerlo de momento. Tendré que descubrir más sobre este mundo si es que quiero lograr algo más que un simple análisis de nivel uno. Por ahora, supongo que lo único que me queda por hacer, es crecer. Afortunadamente, tengo memorias de mi vida pasada, no comenzaré con la mente en blanco. Tengo que encontrar un nuevo propósito en este mundo de magia.