Hola, me llamo Björn y escribo esta carta para dejarles mi historia de viaje. Ya que esto solo pasó para mí, quizás me conozcas; trataré de hacer mi mayor esfuerzo para que lo hagas en el futuro donde estés y porque alguien como yo está hablando del futuro bien, déjame contarte mi viaje.
Todo comenzó después de conquistar un pueblo pegado a la costa de Francia. Me dirigía a otro lado en mi drakkar con mis compañeros. Este es un barco ligero y veloz que nos trasportaba muy eficientemente. Pasé varios minutos en el barco navegando para llegar a mi tierra natal. Después de una gran conquista, lo único que quería era descansar, pero parase que ese día los dioses no querían que descansara. Una tormenta apareció de la nada formando una espesa niebla. En mis pensamientos pensaba que Loki nos estaba jugando una travesura cuando una fuerte ola nos empezó a tambalearnos. Yo caí del barco y me empecé a hundir en las aguas frías donde navegábamos, y mi conciencia poco a poco desaparecía.
No sé cuánto tiempo habría pasado, pero cuando abrí los ojos estaba en un lugar raro; no era el mar; estaba en un bosque. Pensé que esto era el valhalla; me puse triste porque pensé que había muerto, pero me alivie pensando que los dioses me habían recompensado con tremendo honor. Luego de deambular por este lugar me di cuenta que estaba en un error: esto no era el valhalla, ya que cuando logré salir del bosque vi a lo lejos enormes montañas hechas de un material muy brillante (luego me enteré de que eran llamados rascacielos). Yo había llegado a un lugar muy raro; intrigado me dirigí a ese lugar. Caminé por varias horas para llegar y cuando por fin llegué era un lugar inmenso. Había varias de esas montañas y montañas más chiquitas que parecían casas y también una especie de bestia metálica (más tarde los conocería como autos). Rápidamente llamé la atención de las personas que vivían en ese lugar, ya que yo era más alto que ellos y mis ropas eran raras para ellos, ya que ellos vestían unas ropas muy raras para mí.
Una persona con un traje raro de color azul se me acercó (más tarde supe que era un policía) a preguntarme algo, pero yo no entendía nada, hablaba un idioma distinto al mío; confundido no supe qué responder, solo eran balbuceos los que yo entendía. Ya furioso le di un manotazo y lo saqué volando un par de metros. Las personas del lugar se asustaron y empezaron a correr. Algunos tenían unos objetos raros que los sujetaban cerca de sus oídos. El tipo que lastime sacó un objeto metálico de su cinturón que tenía y me apuntó. Luego escuché un fuerte sonido y sin darme cuenta me dolía el costado de mi brazo izquierdo. Esa cosa me había lastimado a mí. Un guerrero conocido por nunca recibir un rasguño en las batallas. Me quedé perplejo y sin más solo fui corriendo rápidamente a ese sujeto, logrando esquivar lo que me estaba lanzando. Pensé que era magia; logré impactarme una vez más, pero al final solo bastó un puño mío para dejarlo fuera de combate. Agarré el objeto y me puse a analizarlo para saber cómo tan poderosa arma habría logrado herirme. Luego de un rato aparecieron muchos de esos monstruos metálicos con luces en su cabeza y de ellos salieron más personas como el sujeto que había logrado vencer y sacaron sus objetos metálicos apuntándome. En ese momento mi instinto me gritó que huyera. Yo, un poderoso guerrero, tenía que huir de ese lugar; era algo vergonzoso para mí, pero no tenía otra opción. Sin poder comunicarme, no sabía qué más hacer, así que me retiré rápidamente, soltando el objeto metálico que estaba viendo.
Ellos empezaron a dispararme con lo que fuera que era esa cosa, pero gracias a mis habilidades logré salir de ese lugar. Me di cuenta que con mi vestimenta actual llamaría mucho la atención, así que corrí y salté por algunas de esas construcciones medias raras para lograr evitar a los otros sujetos azules. Llegué a desplazarme una gran distancia y así llegué más al centro del lugar donde me encontraba. Todo era raro; monstruos metálicos corriendo por estos lugares y personas con ropas extrañas y objetos en sus manos no paraban de mirar esos objetos, hasta se chocaban conmigo por estar mirando esas cosas (más rato lo conocería como celulares). Yo no sabía qué hacer en un lugar como este. De repente pasó un pájaro de metal en los cielos y me dije a mí mismo donde demonios había llegado. Rápidamente di un gran salto y llegué arriba de una de esas construcciones que no estaban tan altas. Me di cuenta que mi fuerza había sufrido un cambio. Tenía más fuerza de la que recordaba antes de que me callara al mar. Me senté en un rincón del techo donde me encontraba para analizar bien las cosas. No sabía dónde estaba ni sabía qué debería hacer, y hundido en mis pensamientos me agarró la noche. En la oscuridad de la noche, todos los lugares se encendieron con un brillo maravilloso. Yo quedé sorprendido, ¿Cómo era posible que en plena oscuridad podía ver como si fuera de día? Me quedé impactado; de repente me di cuenta de una estructura algo conocida para mí; era como un coliseo donde se hacían luchas en Roma. Intrigado salí corriendo a ese lugar, esquivando los monstruos metálicos. Cuando llegué a ese lugar escalé por las paredes para ver adentro y me sorprendí, ya que no era lo que esperaba.
Dentro de ese lugar había monstruos metálicos corriendo a una velocidad tan grande que parecían que eran criaturas de los dioses. Para este punto, yo estaba empezando a perder la esperanza de encontrar algo que me ayude a volver a casa. Bajé de donde estaba y me agrupé con las personas que estaban en ese lugar; ellos miraban correr a esas bestias, luego todos me quedaron viendo y susurraban cosas que yo no entendía y me apuntaban con esas cosas cuadradas que tenían en la mano. Me sentía triste pensando que nunca regresaría a mi lugar. Ya sin más que perder, decidí saltar al lugar donde estaban esas bestias para terminar con mi vida. No sabía qué más hacer; quizás si muero en batalla con esas cosas, esta vez sí me dejarían ir al valhalla; en mí sabía que era un suicidio enfrentar a esas bestias, pero no sabía qué más hacer.
Antes de lanzarme a ese lugar, todos me estaban viendo y apuntando con sus cosas cuadradas. Solo pronuncié unas palabras en mi idioma que fueron "gloria y honor" y procedí a lanzarme al sitio de esas bestias. En el momento en el que saltaba unas palabras en mi idioma fue lanzada a mis oídos, recuerdo esa palabra decir, "quién eres tú". Rápidamente en el aire, volteé a ver a quien las pronunció y era un señor de traje negro… Quería hablar con él, pero ya era tarde. Había saltado, y caí duramente al lugar donde estaban esas bestias metálicas. Los monstruos esos me golpearon, empujándome a un lado y caí de rodillas. Al momento en que alcé la cabeza, uno de ellos estaba dirigiéndose a mí, pero antes de chocarme se empezó a detener. Logró detenerse a unos metros de mi cara. De un momento a otro empezaron a sonar unas palabras que no entendía y todos los monstruos metálicos empezaron a detenerse. La verdad, en ese punto ya estaba muy cansado, no había comido nada y mentalmente estaba muy aturdido. Sin más caí al piso desmayado y antes de cerrar los ojos vi como la persona de negro se me estaba acercando y me susurró en mi oído unas palabras en mi idioma que decían "todo va a estar bien" y luego me desmaye.
Desperté en una especie de cama, pero esta era más cómoda que las tantas camas en que había dormido. Rápidamente me di cuenta que estaba atado a una cama con unas cosas de metal. Pensé en voz alta que eran estas cosas y la respuesta me fue dada por el mismo personaje que tiempo atrás me había hablado en mi idioma. Él me dijo que se llamaban esposas y eran un instrumento para retener a las personas como los grilletes. Todo esto, claro, me lo dijo en mi idioma. Sorprendido le hice una mueca de sonrisa burlona y de un tirón rompí esas cosas, y él se quedó sorprendido y aplaudió. Desconcertado le pregunté quién era y básicamente me dijo que él era un encargado de preparar luchas para que la gente las disfrutara. Me preguntó por mí y le conté toda mi historia de donde era y quién era.
Luego de escuchar mi historia, la persona esta me dio a elegir si quería participar en las peleas como peleador y me iba a dar mucho conocimiento de esta época o morir a manos de los hombres de azul. Sin más escogí lo primero, ya que yo era un guerrero después de todo. Me tuvo encerrado en una de esas montañas que yo desconocía y me explicó todo lo que tenía que aprender de esta época. Me dijo el concepto de cada palabra y me dijo que este era el futuro que yo había viajado en el tiempo. No sabía cómo había llegado a esta época y también no sabía cómo regresar. Este sujeto que se llama NORD también tiene sangre nórdica por sus venas, por eso sabe mi idioma. Me dijo que estábamos en un país llamado Estados Unidos y que el idioma de aquí era el inglés. Pasó el tiempo y con mucho esfuerzo aprendí el idioma y algunas cosas más. Ya había pasado alrededor de 2 años en este lugar y mi vida se empezaba a ajustarse más a mi actual realidad, pero en el fondo extrañaba mi antigua realidad.
Sin más, después de entrenar todo lo básico, este hombre se volvió un gran compañero y me ayudó a integrarme. En esta época me dio trabajo como una especie de luchador en una arena de peleas, la cual ellos llamaban "MMA". Yo me sentía genial poder pelear con personas fuertes, pero nadie era rival para mí, y más que no tenía permitido matar a nadie, ya que eran las reglas de su mundo. No dije nada, pero me sentía frustrado. Al final yo era imparable y así mi vida fue tomando más sentido. Ya en este punto de mi vida me había vuelto alguien muy conocido gracias al cielo, mi altercado con los policías del principio no llegó a más. Mi representante que es NORD me ayudó a salir de ese problema claro ocultando mi pasado. Así pasaron los días, luego meses y años; yo era alguien muy importante en estas peleas, tanto así que me pusieron una estatua en la entrada principal del cuadrilátero, ya que en todos mis años seguía invicto. NORD me dijo que yo tenía una fuerza sobrehumana y por eso era imparable. Quizás fueron bendiciones de mis dioses o quizás… umm, quién sabe.
El tiempo pasó y yo tenía todo y podía con quien sea; no había nadie que me superara, pero en mi interior estaba triste porque mis camaradas y mi familia nunca conocerían mi actual yo. Extrañaba mucho mi antigua época. Un día, luego de terminar un enfrentamiento de 3 contra uno porque sí, solo así podían darme pelea, yo estaba en mi suite (ya en este entonces mis palabras eran más fluidas y entendía todo lo moderno) y estaba mirando las estrellas en el balcón de mi habitación con una bata solo puesta, preguntándome qué pasó con mis antiguas amistades. molesto por esta situación, decidí retar a los dioses; maldije a Odín por traerme a un lugar así, ya que nunca más vería la sangre de mis enemigos porque en este lugar estaba privado de matar. Sé que estoy cómodo aquí, pero no me sentía feliz. Yo era un guerrero, pero en este lugar no puedo morir a manos de mis enemigos por las reglas que aquí yacen.
Después de mencionar estas palabras, el cielo empezó a negrearse y unas nubes empezaron a formarse encima de mi edificio. Asustado porque quizás hice enfadar a los dioses, intenté ingresar de nuevo a mi habitación, pero un relámpago me detuvo, el cual me lanzó hacia atrás rompiendo el balcón. Rápidamente intenté pararme, pero otro rayo me calló y salí volando por los aires, cayendo a la nada. Mientras caía, una niebla comenzó a salir de la nada y solo veía cómo me empezaba a acercar al suelo mientras todas las cosas a mi alrededor desaparecían. Justo cuando mi rostro iba a chocar contra el suelo, sentí algo helado atravesando todo mi cuerpo. Era agua fría. Abrí mis ojos y estaba sin ropa; estaba en un inmenso océano; rápidamente una mano salió de la nada y me jaló a la superficie y me di cuenta que eran mis camaradas de ese día cuando me caí del barco. Ellos impactado me preguntó por mi ropa porque estaba desnudo; yo sin más solo encogí los hombros en respuesta. Luego de un par de segundos un compañero me trajo unas ropas de repuesto. confundido, pregunté cuánto tiempo estuve en ese mar y me dijeron que habrá sido un par de minutos, yo estaba confundido porque no tenía pruebas del inmenso viejo que realicé me quedé callado, pero en mí sabía que todo había sido real, ya que el idioma aprendido seguía ahí. Ya luego de llegar a mi destino, hablé con mi padre y le conté mi historia. Casi me dan por loco; luego de esto aprendí a quedarme callado por mi bien. Mi historia fue callada, pero permanecerá en mi corazón. Ahora escribo todo esto para que algún día alguien lo lea y se sorprenda con mis aventuras.
Al final decidí dejar esta historia y espero que algún día alguien lo lea y logre ver que incluso en la adversidad más temible siempre abra una salida. Quizás, solo quizás mi estatua siga en el futuro y yo haré muchas hazañas para que en el futuro me recuerden por siempre. Esto ha sido todo. Mucha suerte les desea, el sobreviviente del pasado.