Bueno, qué puedo decir que ya no se ha dicho de las personas gordas, que no nos cuidamos por ser flojas, si, pero en mí ya era depresión, hola soy Matías y tengo 30 años y hoy les voy a contar mi historia, empecemos.
Tengo un trabajo poco agradable y mis compañeros se burlan mucho de mí, peso 110 kilos y mido 1.70, siiii como mucho, pero la verdad no tengo intenciones ni ánimos de hacer ejercicios, vivo solo en la capital, mis padres son de pueblo, Yo vine a vivir aquí pensando que sería lo mejor, al menos tengo una casa propia con mucho esfuerzo, pero no lo sé, siento que me falta algo, yo soy una persona muy amable nunca me gusto confrontar a alguien o agredir a alguien y aquí estoy subido sobre una silla a punto de colgarme frente a las ventanas de mi sala con las cortinas abiertas para que me puedan ver rápido y mi cuerpo no esté en ese estado mucho tiempo, menos mal que no vive nadie en la casa del costado, ya hace mucho tiempo que nadie habita ahí, pero eso era lo que yo creí, justo cuando estaba poniéndome la soga al cuello apareció una familia pasando por mi ventana cuando estaba ya subido en la silla, era una familia muy numerosa una mujer soltera con 3 niños. y una niña, se acercaron a mi casa a presentarse y ha saludar, de inmediato me bajé quizás por el temor de no querer que los niños pasen por un trauma, abrí la puerta temerosamente rezando que no me hayan visto, pero gracias al cielo no , solo me dieron una tarta de manzana y me dieron las buenas nuevas de que iban a vivir al lado, son personas muy amigables y sus hijos son educados me saludaron y todo y me cayeron muy bien.
Luego fue pasando el tiempo y lo intent de nuevo, pero los niños tocaban a mi puerta a querer jugar porque la primera vez les había caído bien, yo no quería, pero como les dije, no soy una mala persona, pasaba mucho tiempo con esos chicos, su mamá por alguna razón confiaba en mí es difícil de creer estando en una sociedad muy peligrosa, pero ella no tenía nada de qué preocuparse, ya que estaba en lo cierto, yo no tenía ninguna mala intención, esos chicos me distraían de mi miseria.
Pasaba el tiempo y ya tenemos como 2 años de vecinos, me llevo bien con los niños y ha la mujer le tengo cariño, pero no tengo la suficiente confianza para decirle nada, aguante mucho tiempo gracias a ellos, me hacían sentir feliz, las ganas de colgarme poco a poco desaparecía con la ayuda de esos chicos, luego paso lo peor y mi vida dio un giro de 180 grados; un día la mujer me visito con sus hijos como de costumbre y hablamos muchos y jugamos cuando paso lo peor, me dirigia a la cocina a sacar un refresco para invitar y paso, creo que por mi sobrepeso diría yo, me dio un paro cardíaco, es irónico irme de este mundo así, queria morir y ahora me estoy muriendo, pero siento que no queria irme ahora, caí como piedra al suelo, antes de desmayarme veía como los niños y la mujer me veían asustados y como la mujer agarraba un teléfono llamando a emergencia cuando ya estaba cerrando los ojos.
Me desperté ya en la camilla medio desorientado, al abrir mis ojos lo primero que vi fue a la mujer estaba triste, me miro y lloro, me abraso, yo no sabia que decir se aserco y me dijo que estaba muy feliz de que despertara, la mire y le dije, que por favor no me mintiera porque nunca nadie me miro con cariño, que yo no era lo suficientemente hombre para nadie, pero ella me miro y me abrazo y me dijo que yo no tenía la culpa de nada, no puede aguantar más, llore como un niño abrasándola y diciéndole gracias por estar a mi lado.
Pasando un tiempo salí del hospital, llegando a mi casa fui recibido por los niños y me abrasaron, en verdad los había extrañado mucho, luego pasó a decirle una noticia que los alegre mucho, que yo iba a hacer su nuevo papá, me miraron y sonrieron y me abrazaron, ese día lo celebramos mucho, los deje en mi sala y subí a mi cuarto a recoger unas cosas y ahí estaba la soga colgando de mi techo, me había olvidado que lo había dejado ahí, lo mire seriamente y lo agarra , salí cuidadosamente a mi patio trasero la puse en mi parrilla y le prendí fuego, cuando de repente salió mi nueva novia y me abraso y me pregunto ¿que si íbamos a hacer una parrillada? y que recuerde mi condición, la mire y la abrase y le dije que no solo tenía frío, yo estaba enterrando mi pasado, y cosechando mi nuevo futuro.
Ahora tengo 37 años, he bajado de peso y tengo una nueva vida, no sabia que esto llegaría a mi vida y soy muy feliz, ahora estoy casado mi esposa se llama Ana y la amo mucho, ella me saco de esta vida miserable que tenía y mucho más lo hicieron los niños que me hicieron ver que tengo algo más porque vivir, la vida siempre te da sorpresas como dice esa canción, a veces mala a veces buena, bueno algún día estás arriba otras abajo, solo no te rindas recuérdalo porque a veces lo que esperas está a la vuelta de la esquina, Esto ha sido mi vida, gracias por escucharme sobreviviente y mucha suerte.