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Chapter 8 - Capítulo 8 :"La expiación roja"

Ser invitado en casa ajena tiene sus beneficios, como disfrutar de comida gratuita y agradable compañía. Sin embargo, la falsa Milennia no ha probado bocado desde su llegada. Tampoco logra disfrutar de la presencia del anfitrión; la relación de ambos comenzó con el pie izquierdo.

La mujer hace una reverencia al emperador, toma su falda y le dedica una sonrisa. «Primer paso: sonreír y ser amable. Si no funciona, alegamos demencia y colapso mental. ¡Oh, gracias mamá, esos dos meses de clases de actuación hoy darán sus frutos!» Tan grácil como un ave, despliega toda su elegancia:

—Señor, ¿cómo está?

Darius levanta una ceja y la mira con desdén. «¿Puede esta persona fingir que es normal? ¡Aaaaaaah!», quiere darse la vuelta y marcharse.

Ante el silencio y la expresión de disgusto del hombre, la mujer reflexiona. «Bueno, esto no va a funcionar. En tres, empiezo a fingir el ataque psicótico: uno, dos...»

—Señora, necesito comentarle la situación en la que nos encontramos —dice el emperador, cruzándose de brazos.

El cerebro de la mujer se nubla por un momento. Se reinicia y vuelve a funcionar en cuestión de segundos. Parpadea dos veces y Milennia vuelve al hilo de la conversación:

—Por favor, tome asiento.

El nuevo cuarto se presenta espacioso, con un baño privado y una sala de estar. Mientras se dirigen hacia la mesa de té, ella aprovecha la oportunidad para consultar:

—Antes de empezar, ¿podría aclararme por qué se me asignó este lugar en particular?

—Esta habitación está contigua a la mía. En caso de cualquier eventualidad, seré el primero en enterarme.

Ella lo observa fijamente. «Está bien, maldito resentido, esto no será sencillo».

—Comprendo. Por favor, descríbame la situación.

Ambos toman asiento, colocándose frente a frente. La mujer está cruzada de piernas, mostrando una actitud relajada, mientras él permanece con los brazos cruzados, atento a cada gesto de ella.

El emperador se siente desconcertado. ¿Dónde se habrá ocultado la mujer loca y altanera?, frunce el ceño y con seriedad explica:

—Los oráculos no han emitido ningún pronóstico. Sin embargo, anoche, la región del Este fue intervenida para evaluar las consecuencias de una epidemia. La situación es grave.

—¿Qué tipo de epidemia es?

—Es la Expiación Roja.

Las pupilas de Milennia se estrechan y su semblante palidece, no lo puede creer.

—¿Cómo puede ser esto posible?

La inquietud llena el pecho de la santa; esto es terrible. En la historia original, esta plaga diezmó a miles de personas hace unos doce años. Era un hecho que volvería a surgir, pero en los capítulos finales, previo al enfrentamiento con el jefe final. Aprovechando las batallas y las ausencias de Darius, las fronteras se descontrolarían, convirtiéndose en zonas peligrosas. El virus prefabricado habría sido insertado en el cuerpo de un niño, que a su desgracia servía a varios comerciantes de poca monta.

Los síntomas eran bien conocidos: la piel comenzaba a picar y brotaban pequeñas llagas, las cuales supuraban en cuestión de horas. La fiebre alcanzaba temperaturas superiores a cuarenta y dos grados, y las convulsiones retorcían los cuerpos hasta que al final perecían. Se le conoce como "La Expiación Roja" debido a que los genitales eran los primeros en pudrirse.

«Cuando vuelva a casa voy a ir a terapia, ¿por qué tenía que matar a todos?, ¡estás loca mujer! Obra social, ¡acá les va esta mente perdida!»

Después de un breve momento, el hombre prosigue.

—Nos encontramos en plena fase de investigación. Linxz llegó anoche; estamos a la espera de su informe.

Un sabor acre y desagradable se esparce por la garganta de la mujer al escuchar ese nombre, pero aún mantiene un rostro decente.

—Entiendo.

El silencio se instala, denso y pesado entre ellos. Sus ojos se encuentran con los del emperador, y en medio de una pausa incómoda, ella comprende que al hombre mucho ella no le agrada. Si quiere que la situación avance, necesita romper el hielo.

Con una actitud fresca y desenfadada, su sonrisa fluye, tratando de teñir sus palabras con autenticidad:

—Señor, deseo disculparme por mi comportamiento anterior. A partir de este momento, no causaré ningún inconveniente.

Ante esto, cualquier otra persona podría sentirse tranquila, o al menos relajada. Sin embargo, Darius detesta que lo traten como idiota. La farsa es tan evidente que hasta un niño habría notado la artimaña. Entrecierra los ojos, como si pudiera penetrar la máscara con la mirada.

—Eso es positivo —dice entre dientes. Se pone de pie, pero antes de retirarse, añade—: Pronto llegará la escolta que le he asignado. Si necesito informarle algo, me comunicaré con usted en mi estudio.

Aunque el tono le parece arrogante, la propuesta no es desacertada. Aceptar la compañía de una escolta, manteniendo el contacto al mínimo con el emperador, es un buen acuerdo.

—Le agradezco.

Él la mira a través de su hombro y se retira.

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Hay una razón para no querer enviar a Linxz a resolver los problemas. Maurice irrumpe en el despacho a toda prisa, con un semblante aturdido. Trae consigo el primer informe y su voz suena temblorosa:

—Mi señor...

El simple hecho de ver a ese hombre inquieto deja claro que la situación es grave. Darius puede imaginar lo que está sucediendo.

—Por favor, infórmame.

—Lo lamento, mi señor... cinco pueblos han sido reducidos a cenizas por completo.

El emperador se levanta y golpea la mesa.

—¡Maldita sea! ¿Qué demonios estás diciendo?

—El dueño de la Torre ha llegado a la conclusión de que no tiene otra opción.

El rostro del emperador se oscurece; necesita una justificación sólida para calmar la furia que arde en su interior. Con los ojos inyectados en cólera, grita:

—¡Entrégamelo de inmediato! ¡Ese bastardo!

Lee en silencio para sí mismo. Sus ojos escudriñan cada línea mientras la mandíbula se tensa.

"Después de rigurosas pruebas, se confirmó que el virus ha experimentado una mutación. Los sacerdotes curativos han aplicado los tratamientos correspondientes, sin embargo, la respuesta ha sido nula. La pócima elaborada hace doce años resulta inoperante en este contexto.

Se han recopilado muestras y se están llevando a cabo estudios detallados para comprender mejor la situación. Además, se observa una modificación en el avance de los síntomas, reduciendo el tiempo de incubación.

Se ha identificado una nueva variante del virus, la cual presenta una tasa de contagio tres veces mayor. Debido a la incertidumbre y la falta de control, se ha tomado la decisión de eliminar los cinco pueblos afectados que rodeaban el cordón montañoso de La Esperanza, siguiendo el mismo procedimiento que se usó en la ocasión anterior: el fuego se ha convertido en la única arma eficaz para erradicar el virus.

En este momento, la situación está bajo control. Se mantendrá una vigilancia constante para evitar cualquier resurgimiento.

Saludos cordiales,

El Dueño de la Torre de Magos.

Linxz Settleres".

El emperador baja la mirada, cerrando el documento. Un suspiro profundo escapa de sus labios.

—Maurice, ¿cuántas... cuántas personas fueron?

—La cifra será corroborada en unos días. Pero estamos hablando de miles de personas.

Darius se deja caer en su silla, luchando por contener las lágrimas de la frustración; hombres, mujeres, niños, bebés... todo ha sido borrado.

Presiona su frente y cierra los ojos.

Si esto es un exceso, se jura a sí mismo que le arrancará las piernas a su hermano.

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