Narra Dante
El resto de la semana fue bastante tranquilo, entregamos el trabajo de Lenguaje que teníamos pendiente, el día de celo acabó de forma tranquila, al siguiente día simplemente las cosas volvieron a la normalidad, como si nada hubiera pasado, le di las gracias a Ivonne por haberme ayudado, y acordamos no contarle de esto a nadie, ya que gracias a Dios ningún profesor se dio cuenta que yo había llegado ese día, y ella no me delató, así que tenía dos favores que regresarle a ella.
Después de haber cumplido mi primer mes en el Instituto Pearson las cosas se fueron asentando un poco más, mi mamá empezó su negocio sin mayores contratiempos, le iba bastante bien y poco a poco iba ganando su clientela, ella se veía bastante feliz y entusiasmada, y eso me alegra muchísimo.
Las cosas con Anya iban bastante bien, nos hicimos aún más unidos que antes, tuvimos tiempo para conocernos mejor, entre tantas tareas, trabajos y exámenes logramos tener alguna que otra salida.
La que me ayudaba a tener esas salidas con ella era más que todo su madre, que desde el principio siempre nos apoyó y se puso de nuestro lado al ver como su marido adoptaba una postura tan infantil con respecto a lo nuestro, postura que sigue manteniéndose a día de hoy, aunque ya no ha vuelto a pasar ninguna ridiculez como la de aquella noche.
Con Taylor todo va bien también, nuestra amistad ha seguido como si nada, de igual forma con Rosé, aunque bueno, todavía no saben que las vi teniendo un poco de acción en el gimnasio, no encontré la oportunidad y tampoco la busqué para ser sincero, supongo que nunca les diré, por mi bien espero nunca se enteren.
He seguido hablando con mi amiga Glorland, al parecer en su escuela también le va bastante bien, y poco a poco va perdiendo sus prejuicios contra los furries, tratándose de ella creí que no cambiaría nunca, pero veo que Devin le ha ayudado con eso, esos dos se llevan de maravilla, todavía no dan el siguiente paso, lo bueno es que siguen juntos al menos.
Mis notas van bien, no me quejo, increíblemente he podido manejarlo bien todo este tiempo, nunca he tenido ni un sobresalto en ese aspecto, lo que sí me ha matado son los desvelos que he tenido varios días, por cosas de la vida me he dormido super tarde varias veces, y al siguiente día estaba muerto, a duras penas podía mantenerme despierto entre clases, el café se había vuelto obligatorio para mí, sin él no podría afrontar mi rutina diaria en absoluto.
Y así como si nada han pasado ya 3 meses, el primer trimestre de clases había llegado a su fin, y como es costumbre a estas alturas del año, el instituto organizó un campamento en una reserva natural que hay en la ciudad, está bastante alejada del centro por lo que dicen, nunca he ido, así que desconozco por completo si es verdad o no, supongo que lo averiguaré pronto.
Nos dieron la instrucción de que llegáramos antes de la hora habitual de llegada, porque el recorrido sería largo y por lo mismo debíamos salir temprano para no pasar todo el día de camino en lugar de en el sitio en cuestión. Me encontraba con Anya, Taylor y Rosé en el punto de salida del instituto esperando poder salir.
—Te gustará el Parque Nacional Redwood, es totalmente increíble —comentó Anya.
—¿Ya has ido?
—Si, fui con mis padres cuando era pequeña, es impresionante, tiene unos bosques increíbles, ecosistemas variados, una fauna diversa, una zona de praderas, y la costa tiene unas vistas espectaculares.
—Wow ¿En serio tiene todo eso?
—Si, créeme, será una gran experiencia para ti, Dante.
—Bueno, si tú lo dices te creo.
—Después de esa reseña me decepcionaría mucho si no me la paso de maravilla —dijo Taylor.
—Ya verás que sí, además, con Rosé pudiendo unírsenos sin duda la pasaremos genial.
—Es verdad, agradezco que permitan que las secciones se mezclen, así no va a haber problema en que esta lobita esté con nosotros.
—E-Es genial, estoy emocionada por este campamento —dijo Rosé tímidamente.
—Jeje, eso es, nos merecemos esto después del trimestre que hemos tenido, una recompensa no viene mal de vez en cuando.
—Tay tiene razón, ya era hora que hiciéramos algo entretenido para variar.
—Sobre todo tú, Dante, que tienes una vida jodidamente aburrida.
—No me jodas, Taylor, soy un estudiante de preparatoria, ¿Qué clase de vida crees que voy a tener?
—No me refiero a eso, me refiero a que si de ti dependiera te la pasarías solo metido en la casa, en el instituto y ya, tienes suerte de habernos conocido a nosotras, gracias a nosotras tienes una vida social medio decente.
—Jajaja como digas, no sabía que necesitabas sentirte una especie de salvadora.
—Me siento tu salvadora porque lo soy.
—Jajaja creo que ese honor le pertenece a otra persona —dije mientras tomaba la mano de Anya y notaba como sus orejas se ponían rígidas.
—Jeje podría decir lo mismo de ti, mi amor —respondió Anya mientras se sonrojaba levemente.
—Pasan los meses y se les olvida abstenerse de hacer eso frente a mí.
—A estas alturas es mejor que cierres los ojos y te tapes las orejas.
—Si Taylor, o podrías buscarte a alguien, no sé ¿Acaso no estás enamorada de alguien?
—¿Enamorada? ¿Yo? Bueno…
Al decir eso vi como Taylor se ponía un poquito nerviosa, su cola se empezaba a mover de forma inquieta y sus orejas también se habían puesto rígidas, ella volteaba esporádicamente a ver a Rosé, pero luego apartaba la mirada, obviamente Anya no sabe lo que yo sí sé, y es que estas dos ya intimaron, pero supongo que tampoco han definido su relación.
—Pues…no sé…o sea, me gusta alguien, pero…es complicado.
—¿En serio? No tenía ni idea, debes contarnos todos los detalles.
—Eh…sí, claro…cuando vayamos en el autobús de camino al parque.
—Hecho.
Después de esa charla la directora ordenó a todas las secciones para que de forma organizada subiéramos a los autobuses que nos llevarían a nuestro destino. Iríamos todas las secciones, al menos las de primer año, aun así, éramos muchísimos, en cada sección hay en promedio 30 personas, ocupábamos un bus cada sección.
Una vez todos estábamos abordo en los buses, estos arrancaron y emprendieron camino hacia el parque en cuestión, por suerte, pude irme sentado junto a Anya, Taylor y Rosé iban también juntas, pero no iban cerca de nuestro asiento, ellas iban en otra parte.
—Oye ¿No has notado a Taylor un poco rara? —me preguntó Anya.
—¿Rara? Pues así es ella ¿No?
—Jajaja no tontito, me refiero a que ha estado actuando diferente a lo usual.
—Ah, eso, bueno…ahora que lo dices, si la he notado un poco rara.
—¿Verdad? ¿Qué crees que le esté pasando?
Pensé inmediatamente en que podría tener que ver con lo que vi el día de celo, al no poder hablar de eso con ellas no puedo saber en qué estado se encuentran, no sé qué pasó a continuación, que sigan siendo amigas es buena señal, aunque no sé con exactitud qué estaba pasando con ellas.
—No sé la verdad, sea lo que sea, espero nos cuente pronto.
—Si, que sepa que puede contar con nosotros para todo.
—Claro, espero que esté bien.
El trayecto fue relativamente tranquilo, la mayoría iba platicando con sus amigos, escuchando música, jugando, viendo alguna serie o película, o simplemente viendo sus redes sociales. Casi siempre yo opto o por platicar o dormir, siento que así aprovecho mejor el tiempo.
Seguí platicando con Anya un poco más hasta que ambos decidimos descansar un rato, me eché una buena siesta, justo cuando estábamos llegando al lugar me desperté poco a poco, he adquirido esa habilidad con el paso del tiempo.
—Preciosa, ya llegamos —le dije a Anya que todavía seguía dormida, tenía su linda cabecita apoyada en mi hombro— Bebé, ya estamos en el parque.
Poco a poco ella fue reaccionando y abriendo sus bellos ojos, al encontrarse con los míos pude disfrutar de ese brillo tan especial que tienen, ella soltó un leve bostezo y se reincorporó enseguida.
—¿Cuánto tiempo dormí? —preguntó Anya un poco somnolienta.
—Bastante, vamos, pronto llegaremos a la entrada principal, o eso parece.
A decir verdad, la fachada del lugar era impresionante, el camino parecía un sendero oculto por todos los árboles que había ahí, eran enormes, casi ni se podía ver el cielo, la luz del sol apenas atravesaba sus ramas, era una cosa asombrosa.
Cuando los buses se detuvieron, al ver por la ventana, podíamos ver la entrada principal, el maestro que iba con nosotros en el bus nos dio la instrucción de que empezáramos a bajar de forma ordenada, y así lo hicimos, una vez abajo, veíamos como los demás de los otros buses también bajaban, Taylor y Rosé se reunieron con nosotros al bajar.
—Holis muchachos, ¿Qué tal el viaje? —preguntó Taylor.
—Bien, pude echarme una buena siesta jajaja.
—Y luego me dices que no eres aburrido.
—Yo también me eché una siesta, Taylor.
—Ah bueno, contigo está bien Anya, yo sé que eres una chica divertida, tu noviecito no.
—Que chistosa eres ¿Desayunaste payaso o qué?
—Claro que no, aunque una linda payasita si se me antoja.
—No mames, pinche calenturienta que eres, espero no hagas una locura en este lugar.
—¿Cómo qué?
—Eh…nada, no dije nada.
—Ah no, perro, ahora dime ¿A qué te referías?
—Shhhhh, silencio, la directora va a hablar.
Cuando ya todos habían bajado de sus respectivos buses, la directora se dirigió a todos los presentes, junto a ella estaba un ciervo, usaba un uniforme, imagino que será algún empleado de este parque.
—Atención alumnos, antes de poder ingresar a las respectivas cabañas, quiero presentarles a Ryan, es un trabajador del Parque Nacional Redwood, él estará a cargo del recorrido del día de hoy, les pido de favor que presten atención y acaten todas las indicaciones para que nuestra experiencia aquí sea satisfactoria. Ahora bien, los dejo con Ryan.
—Gracias directora, hola a todos, como bien les dijo la señorita Pearson yo estaré a cargo de ustedes en este campamento, me encargaré de que conozcan todas las áreas que comprenden esta reserva natural, las formas en que deben cuidar la flora y la fauna presente en este hábitat, la distribución de las cabañas y demás cosas para garantizar su seguridad y bienestar ¿Entendido? —todos respondieron afirmativamente— Bueno, entonces andando, que comience el recorrido.