Narra Taylor
Después de que Dante nos diera nuestros boletos a mí y Rosé ambas nos dirigimos a nuestros respectivos asientos, la verdad fuimos bastante afortunados al obtener asientos en un buen lugar, hubiera sido horrible que solo hubiera lugares en la fila O, literal la pantalla te queda hasta arriba del todo y más que seguro que te da torticolis.
Ya sentadas esperamos a que la película empezara, aunque como era habitual primero iban a pasar publicidad y tráilers de otras películas, normalmente casi nadie les presta atención, aunque por lo visto Rosé era una excepción a la regla.
—Mira, esa película se ve genial.
—¿Cuál? —dirigí mi mirada hacia la pantalla para ver el tráiler en concreto, por lo visto era una cinta de una escritora de novelas de espías y agentes secretos y que ve como sus personajes se vuelven de carne y hueso— Wow, esa se ve interesante.
—¿Te gustaría venir a verla conmigo?
—Claro Rosé, sólo elige el día y ahí estaré.
—Me encanta que siempre estés disponible.
—Jajaja eso es lo mío —le guiñé el ojo.
Y si, casi siempre estaba disponible para salir con mis amigos, la mayoría de personas tienen un lugar al que llegar al final del día, un lugar donde los esperan, no era mi caso, una de las pocas ventajas que tenía esa situación era el que no tenía que llegar siempre a casa o al menos no pasar tanto tiempo metida ahí.
—Se ven bien juntos ¿Verdad?
—¿Ah? —la voz de Rosé me sacó de mis pensamientos— ¿Quiénes?
—Dante y Anya.
—Ah, sí, se ven bien juntos.
—Me gustaría tener algo así algún día...
—Seguramente lo tendrás Rosé, eres una chica linda, adorable y divertida, cualquiera sería afortunado de estar contigo.
—No lo sé...no creo que muchos piensen de esa forma.
—Vamos chica, no te me deprimas ¿Sí? Que no haya llegado ese alguien especial todavía no quiere decir que no lo hará nunca, somos jóvenes, sé paciente.
—E-Está bien...
—Mira, la película está a punto de empezar.
La película comenzó, lo bueno de que no había visto ni tráiler ni adelantos ni nada sobre la peli es que podía llevarme la sorpresa directamente al verla, lo único que sabía es que era de terror, de ahí en más no tenía ni idea.
Luego de unos minutos entendí de qué iba más o menos, el tipo era paranoico, sufría de ataques de ansiedad básicamente, y al verlo todo desde su punto de vista íbamos a poder ver su paranoia de forma más gráfica.
A medida iba avanzando la peli me di cuenta que esta peli no daba miedo en lo absoluto, era bastante bizarra en mi opinión, me parecía más una tragicomedia más que una película de terror, digo, si tiene escenas que pueden afectar a alguien sensible, bastante estridentes y eso puede hacer que algunos se perturben, pero a mí me daban risa.
Sin duda lo que más me mató fue lo de que el padre del protagonista haya muerto en el orgasmo de cuando él y su esposa concibieron al protagonista, ¿A quién se le ocurrió que eso daría miedo? En fin, no soy experta en cine de todas formas.
En medio de la película de vez en cuando veía a Rosé para ver su reacción a la película, debo decir que se veía un poco incómoda y asustada, lo dicho, hay personas que asimilan estas escenas de forma diferente, fue ahí cuando decidí seguir el consejo de Dante y hacer algo.
Viendo que Rosé tenía un poco de miedo hice la clásica de poner mi brazo sobre su hombro para abrazarla y acercarla a mí, era entrar por la puerta grande o ir directo a la enfermería, al hacerlo pude notar como Rosé se estremeció de la sorpresa para después acomodarse junto a mí y corresponder el gesto.
Y así pasamos el resto de la peli, las dos abrazadas mientras dirigíamos nuestra atención a los últimos momentos que quedaban de la cinta. En términos generales la película estuvo bien, no será de mis favoritas pero pues es pasable.
Una vez terminó la función todos los presentes fuimos desalojando la sala poco a poco, al salir nos encontramos con Anya en el pasillo.
—¿Dónde está Dante?
—Está en el baño.
—Ah ok. ¿Qué tal te pareció la película?
—Pues...no me gustó mucho.
—¿Aburrida, verdad?
—¿Aburrida? ¿Una película donde hay una mujer tragándose un bote de pintura entero te parece aburrida? —dijo Anya mientras sus orejas se ponían rígidas.
—Oh...supongo que te pasó lo mismo que a Rosé.
—¿Qué le pasó a ella?
—A ella le perturbó eso también, en general la mayoría de la película.
—Al parecer a Taylor no le dio miedo... —comentó Rosé.
—Eso veo...a ver, admito que la peli está medio cagada, hay escenas que si dan risa, pero joder, hay algunas que hacen que se te erice el pelaje y no por las razones correctas.
—Seh, supongo que es diferente para todos. ¿Y Dante se asustó?
—Nah, se mostró estoico la mayor parte de la película, pero quiero creer que le gustó o que al menos se entretuvo.
—Contigo al lado es seguro que sí jajaja.
—¿Qué insinúas mujer?
—¿Yo? Nada...simplemente que sabes lo que las parejas suelen hacer en el cine.
—No mames Taylor, estábamos en la fila L.
—Ah ¿O sea que hasta tienes la fila en la que debes sentarte para eso? Cochina.
—¡No me refiero a eso! —dijo mientras se sonrojaba levemente.
—Jajaja tranquila, no te esponjes, solo te molesto.
—Irónico, porque podría decir lo mismo con ustedes dos.
—¿Nosotras? —preguntó con curiosidad Rosé.
—Si, dime Rosé ¿Taylor hizo algo o trato de pasarse contigo, cariño?
—N-No...se portó bien conmigo —respondió Rosé mientras noté como su cola se movía de un lado a otro.
—¿Ves Anya? Soy una niña buena, nunca haría nada que incomodara a esta niña.
—Como digas, al menos sé que estuvo a salvo de tus garras.
—Mis garras son lindas —dije para modelar mis manos, y en efecto, tengo lindas garras.
Justo en ese momento Dante salió del baño y se acercó a nosotras para saludarnos.
—Hola Tay ¿Cómo les fue? ¿Les gustó la película?
—A mí me dio risa, a Rosé le dio un poco de miedo.
—Ah bueno, es entendible, había escenas raras en esa peli.
—Lo mismo le dije a Anya, me comentó que ella también se perturbó un poquito.
—¿Un poquito nada más, eh? —dijo Dante mientras miraba a Anya arqueando una ceja.
—Si Dante, solo un poquito —respondió Anya mientras le hacía pucheros a Dante.
—Jajaja vale vale, ya lo creo. En fin, las botanitas no me llenaron mucho ¿Quieren ir por algo para cenar?
—Yo sí, aún tengo hambre jajaja —respondió Anya.
—Bueno, yo creo que nos uniremos ¿Tú qué dices Rosé?
—C-Claro...me gustaría comida china.
—Oye, pues si se me antoja, vamos chicos.
—Bueno, pues comida china será, aunque yo no conozco ningún lugar.
—Tranquilo Dante, yo conozco uno, podemos ir ahí sí están de acuerdo.
—Dale Anya, te seguimos.
...
Después de unos minutos llegamos al lugar que Anya recomendó para comer comida china, por suerte había una sucursal de esta cadena de restaurantes en un centro comercial que estaba algo cerca del cine Majestic.
Una vez entramos pedimos una mesa para 4 y de inmediato nos llevaron a dicha mesa. Estando ahí la mesera nos dio un menú a cada uno y nos dispusimos a verlo para elegir qué ordenar.
—Está más vacío de lo que me imaginé que estaría.
—Es un restaurante de comida china, rara vez se llenan.
—Lo sé pero igual, no pensé que estuviera tan falto de gente.
—Quizás sea porque vinimos día de semana —comentó Dante.
—Si, ahora que lo pienso eso puede influir.
—¿Tú que pedirás Anya?
—No sé... —dijo mientras miraba el menú detenidamente— Oh, ya sé, este —dijo señalando el platillo en cuestión en su menú.
—A ver... —dije mientras veía el menú que Anya sostenía frente a mí— Arroz oriental mixto tamaño grande, pues se ve delicioso ¿Segura que puedes comértelo todo?
—Si, no creo que sea tan grande, y si me queda comida tengo a Dante para que él se lo coma.
—No me gusta que me veas como tu vertedero de comida.
—No digas eso cariño, no es así.
—Gracias...
—Eres eso y mucho más jajaja.
—¡Oye!
—Jajaja.
Ese arroz oriental se veía rico, pero creo que pediré algo más, veamos, pasaré a la siguiente página del menú...¡Genial! Creo que ya sé que voy a ordenar.
—Yo pediré este —dije señalando el platillo en el menú mientras lo enseñaba a los demás.
—Un Chop Suey con camarones...no te mentiré, se ve bastante bueno.
—¿Verdad? Deberías pedirte ese Dante.
—Nah, me pediré un...Combo de 2 sabores con pollo y carne.
—¿2 sabores es por los tipos de carne o por las salsas? —preguntó Anya con curiosidad.
—No estoy seguro, pero lo averiguaré jajaja.
—¿No crees que es de mal gusto que comas res y pollo frente a nosotras?
—Nop ¿Por qué lo sería?
—Porque es carne animal, por si no lo habías notado tus amigas son parte animales.
—No creo que sea de mal gusto, es más, debería ser un halago para ustedes, a fin de cuentas estoy denotando que los animales son deliciosos, es más que probable que ustedes también lo sean.
—¡Oye! La única carne que puedes saborear soy yo —respondió Anya haciendo un berrinche de broma.
—No creo que comer a una murciélago tan linda sea buena idea, sabes lo que pasó la última vez que un humano se comió a un murciélago...
—Ni me lo recuerdes, el peso de saber que uno de tus antepasados causó una pandemia no es fácil de llevar.
—Descuida, yo tomaría el riesgo comiéndote a ti, preciosa.
—¡Dante! —quejó Anya mientras se sonrojaba por el comentario.
—Jajaja ¿No era eso lo que querías?
—¡No!...Bueno, sí pero no de la forma que crees.
—No debí hacer ese chiste —susurré mientras me lamentaba por haber provocado involuntariamente otro episodio meloso de estos dos.
...
Después de un par de horas todos habíamos terminado nuestra comida, que nos perdonen nuestros compatriotas pero eso sí que estuvo delicioso, supongo que la parte humana que teníamos nos permitía disfrutar de ese tipo de platillos, aunque prefiero no pensar mucho en ese dilema.
Luego de pagar la cuenta nos fuimos del restaurante, Dante y Anya se fueron por su lado ya que la madre de Dante llevaría a Anya a su casa. Por mi parte yo me iría con Rosé, sus padres pasarían por ella y ellos aceptaron darme un aventón, gesto el cual por supuesto agradecí.
Pasados los minutos los padres de Rosé llegaron así que nos subimos al auto con ellos para emprender camino hacia nuestros destinos.
Mientras nos dirigíamos a casa de Rosé vimos por la ventana a un auto que iba a toda velocidad por la calle, no estábamos en la autopista todavía y ese carro iba a toda estopa como si lo fueran persiguiendo o algo así.
—¿Viste eso, cariño? —le preguntó la madre de Rosé a su esposo.
—Si amor, un maníaco debe ir al volante de ese auto, solo espero que no mate a nadie.
—No me explico quién podría ir con tanta prisa a esta hora de la noche.
—Ni yo...solo espero que no sea una mala señal... —comentó Rosé.
—Eso espero yo también.