—Rourou —susurró la señora Mo con pesar—, si tan solo fueras mi nuera, qué bonito sería… No tendría que preocuparme tanto. Eres tan buena, tan destacada, ¿por qué Ah Si…
—Tía Mo, no podemos forzar los asuntos del corazón. Me alegra mucho que me aprecies tanto, pero… —Shen Rou sonaba un poco desanimada.
La señora Mo se alteró al darse cuenta de que Shen Rou parecía estar lista para renunciar. —Rourou, ¿ya no te gusta Ah Si? ¿Estás pensando en renunciar a esta lucha?
Shen Rou guardó silencio por un momento antes de decir, —Tía Mo, no es que quiera renunciar, es que no tengo más opción que hacerlo. He pensado mucho estos últimos días. Ah Si ya está casado y ahora es feliz. No debería esperar nada de él. Soltar es la mejor opción para todos.
—No, Rourou… —La señora Mo estaba sorprendida y preocupada—. No puedes rendirte. ¿No dije que te ayudaría a encontrar una solución?