—No... —Qiao Mianmian estaba un poco atónita e inmediatamente lo negó.
¿Por qué iba a ser una vergüenza?
Él era un hombre tan destacado.
Pero precisamente porque era demasiado destacado, ella no quería que estuviera cerca.
Su aparición en estos dos días ya la había hecho más odiada en la escuela que antes.
Mo Yesi abrió la puerta y dijo, sin dejar lugar a discusión:
—Entonces déjame acompañarte hasta allí. Vamos.
*
Cuando bajaron, Mo Yesi tomó su mano.
Su palma era tan grande y cálida. Se sentía segura con su mano en la de él.
Era como si fueran a mantener sus manos unidas de esta manera para toda la vida.
Caminaron hacia el campus.
Mo Yesi iba en traje y vestido como un élite profesional. Su rostro guapo y su encanto inconfundible llamaban la atención.
Sin mencionar esas piernas largas y figura perfecta.
Casi medía 1.90 m de altura y destacaba en cualquier contexto.
Un buen número de chicas chillaron y le echaron ojeadas por el camino.