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El rostro ya ligeramente enrojecido de Qiao Mianmian se puso aún más rojo.
Incluso sus pequeños lóbulos de las orejas estaban ligeramente rosados.
La forma en que el hombre estaba comiendo ese pastel... era demasiado sexy.
Especialmente cuando mantuvo su mirada en ella todo el tiempo. Qiao Mianmian sentía como si fuera ella la que se estuviera comiendo, no el pastel.
Ante ese pensamiento, su corazón comenzó a latir rápidamente otra vez.
Sus mejillas también se calentaron más.
Lo que empeoraba la situación era cómo el hombre lamía la crema del lado de sus labios, donde ella había tocado accidentalmente con la cuchara.
La forma en que lamía era tan sexy como podría ser.
Era un auténtico coqueto.
Qiao Mianmian se preguntaba si lo estaba haciendo a propósito.
Cuando Mo Yesi terminó de lamer la crema, dijo —Está bueno—. Luego mordió ligeramente la cuchara y dijo —Amor, sigue dándome de comer.
Qiao Mianmian se quedó sin palabras.
No veía lo furiosa que estaba Shen Rou.