—Solo te estaba tomando el pelo. No pensé que te lo tomarías tan en serio —no hubo respuesta—. ¿Entonces, él realmente no se pasó el semáforo en rojo? ¿Y ella realmente le creyó tan ingenuamente?
—Mo Yesi, tú... —Ella se mordió el labio frustrada—. ¿¡Esto era divertido!? Qué hombre tan molesto. Iba a devolvérsela cuando lo viera.
—¿Ya pensaste en qué quieres para el almuerzo? —Ella pensó en cómo él acaba de engañarla y dijo por despecho:
— Sí, tengamos hot pot. Quiero hot pot. El que fuimos la última vez estuvo bastante bien, ¿qué tal ese?
—¿Hot pot? Claro —El hombre aceptó fácilmente. Sonó gentil al decir:
— Lo que tú quieras, te acompañaré.
—Qiao Mianmian se sintió un poco mal porque él aceptó tan rápido—. Pero, tú no toleras la comida picante.
Él había vomitado después de la comida la última vez.
—Mm, no tolero la comida picante. Pero si a ti te gusta, la comeré contigo —Qiao Mianmian se quedó sin palabras.
¿Y ahora qué?