—Presidente Mo, ¿se refiere a la villa de la familia Qiao? —preguntó Wei Zheng.
—Sí.
Wei Zheng dijo educadamente:
—Está casi resuelto. Ya conseguí a alguien para negociar con la familia Qiao. El valor es bueno, pero los Qiao no parecen inclinados a venderla.
—Dijeron que es su hogar y propiedad, y que el Feng Shui allí es bueno para ellos. No están dispuestos a venderla sin importar el precio.
—El Presidente Mo mencionó que si el procedimiento normal no funciona, puedo usar otros medios. Así que, causé algunos problemas para Qiao Ruhai. No tendrá más opción que vender la casa para resolver esa cuestión.
—Mm, lo hiciste bien. Recuerda, lo que sea necesario. Necesitas conseguir esa villa en nuestras manos —Mo Yesi entrecerró los ojos al recordar cómo la familia Qiao había tratado a Qiao Mianmian.
No tenía interés en esa villa.
Insistió en conseguirla solo por Qiao Mianmian.
Había algo que ella valoraba en ese edificio.
