—Él es solo un poco malhumorado, pero no es una mala persona. No tiene intenciones de hacerte daño, es solo su estado de ánimo hoy, así que... —Yan Shaoqing era consciente de la verdadera razón.
Pero no era para que Qiao Mianmian lo supiera.
De otra manera, Segundo Hermano lo despellejaría vivo si se enteraba.
—Está bien. —Qiao Mianmian dejó escapar una sonrisa magnánima—. No me importa.
Yan Shaoqing se sorprendió al escuchar eso.
—Cuñada, ¿de verdad no te importa? —Qiao Mianmian asintió—. Mmm, todos tenemos días malos. Entiendo eso.
Eso fue lo que dijo, pero en el fondo simplemente pensaba que de todos modos no iba a encontrarse con Gong Zeli muy a menudo.
No importaba si le caía bien o no.
—Gracias por entender, Cuñada. —Yan Shaoqing ya tenía una buena impresión de Qiao Mianmian cuando vio sus hoyuelos antes. Pero ahora, descubrió que no solo era bonita, sino que también era una persona amable.