Mo Ruyue lo miró con disgusto antes de apartar la mirada. No tenía nada que decirle a ese tipo de persona irrespetuosa y desagradecida. Era solo una lástima que la anciana todavía fuera razonable y supiera agradecer, pero que tuviera un hijo así. No sabía cuán difíciles serían sus futuros días.
Sin embargo, este era un asunto familiar de otra persona. Mo Ruyue no estaba dispuesta y no tenía derecho a interferir. Su silencio hizo que Nie Wu se relajara. Parecía que ella no lo iba a exponer.
—Señora Qin, tengo que agradecerle por salvar a mi madre. Estuve mal antes. No debería haber dudado de su habilidad. Simplemente no esperaba que usted tuviera una verdadera habilidad. Estaba ciego y la menosprecié. ¡Por favor, perdóneme! —Al final, Nie Wu se armó de valor y abrió la boca. Al menos si se disculpaba ahora, seguiría siendo una persona agradecida a ojos de los demás. Nadie pensaría que haría algo como abandonar a su propia madre.
