En las calles de la capital, la familia Liu se convirtió en la noticia más importante en las casas de té de la capital durante un tiempo.
Transeúnte A invitó a Transeúnte B a una casa de té para charlar.
—Todavía no lo sabes, ¿verdad?
—Escuché que la hija de la familia Liu se ha convertido en la emperatriz…
En este punto, Transeúnte A hizo una pausa y miró nerviosamente a su alrededor para ver si había alguna persona sospechosa escuchando. Lo que iba a decir a continuación no debía ser escuchado por nadie, pero aún así se acercó a Transeúnte B y susurró.
—Su conducta no es buena. Desde que entró en el Palacio, la familia Liu ha estado en problemas. Ahora, la reputación de las hijas de la familia Liu es aún peor.
—¡Ahora, hasta el gran almacén en casa se ha incendiado!
—Si me preguntas, esta chica de la familia Liu no es adecuada para entrar en el palacio y ser emperatriz. Ya no lo soporto. ¡Esta familia es toda malvada!
—¡Cómo puedes ser la madre del mundo!
