Da Bao no mostró intención de rechazar, así que Mo Ruyue siguió abrazándolo.
Quería que este torpe muñeco se acostumbrara a tener intimidad con la gente. Quería que se acostumbrara a estar involucrado, a no estar lejos.
Esperaron y observaron desde lejos.
Después de dejar que Mo Ruyue lo abrazara por un rato, Da Bao se inclinó ligeramente hacia atrás, indicando que quería marcharse.
Mo Ruyue también soltó su agarre en el momento adecuado, permitiéndole "liberarse" de su abrazo.
Este era un proceso paso a paso. Ya había mejorado mucho, así que aún debía dársele tiempo y espacio para adaptarse.
—Ejem, ¿volvemos a empacar nuestras cosas ahora y nos preparamos para salir? —Da Bao apretó su mano derecha en un puño y se tapó la boca con una tos. Hizo su mejor esfuerzo por parecer tranquilo, pero sus orejas enrojecidas y su mirada ligeramente evasiva revelaban sus verdaderas emociones.