Da Bao fue el primero en salir corriendo. Inmediatamente entendió cuando vio la carretilla detrás del hombre.
—¿Has venido a pagar el alquiler, verdad? ¿De qué familia? ¿Cómo te llamas? —Él sostenía un libro de cuentas en su mano, su cara llena de emoción e impaciencia apenas disimulable por intentarlo.
—Soy el Viejo Li del este del pueblo. He cultivado tres acres de tierra del lado de la familia principal, y este año he cosechado un total de nueve piedras de maíz. Según el contrato que firmé con el dueño, tengo que pagar seis piedras de alquiler, así que debo pagar 5.4 piedras de maíz. Estas son cuatro piedras, el resto se entregará mañana —El Viejo Li respondió seriamente.