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—Creo que la Señora Qin puede comprender este sentido de la propiedad. Después de todo, para la corte imperial, los minerales son como los granos y la sal. Todos son materiales controlados y no cualquiera puede tenerlos. Si no quieres meterte en problemas, lo mejor es mantenerse alejado.
—Sin embargo, si la cantidad es muy pequeña, no es que no pueda dártela dentro del alcance de mi autoridad. Es solo que no hay almuerzo gratis en el mundo. Incluso si no lo digo, la Señora Qin debería entenderlo.
Duanmu Xize sabía que Mo Ruyue tenía una personalidad directa, por lo que no anduvo con rodeos cuando habló con ella. Incluso no evitaron a Qing Xi, quien estaba presente.
—Padre, estamos en mi casa ahora mismo, ¿y aún así quieres regatear con mi salvador? ¿Todavía estás planeando tu propio esquema?
Qing Xi, que había estado escuchando en silencio, de repente entró en cólera. No le importó para nada la imagen de Duanmu Xize y directamente estalló frente a él delante de Mo Ruyue.
