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Esta vez, Ye Lulu y Guan Chibei perdieron completamente su capacidad de hablar.
La cara de Ye Lulu se quedó congelada e inmediatamente sintió como si hubiera perdido la vida...
¿¡Qué había hecho?!
Su mano estaba completamente llena al tacto. Se sentía suave y delicado, pero también era extremadamente elástico. Era como agarrar la mejor masa para amasar. Esa sensación era increíble.
Guan Chibei era un hombre, pero tenía unas nalgas firmes. Su figura no estaba mal.
Ye Lulu pensaba atontada y se olvidó de moverse. Mantuvo su agarre en las nalgas del hombre, sintiéndose extremadamente feliz...
¡Además, toda la casa estaba en silencio!
El bebé, que estaba jugando boca abajo, parecía pensar que la escena frente a él era muy interesante. De repente se rió felizmente. "Jejeje..."
El bebé se reía alegremente.
Estaba feliz.
La risa feliz de su segundo hijo rompió el aire sofocante de la habitación.
Los dos volvieron en sí. Guan Chibei lentamente giró la cabeza...