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Ahora, nadie decía nada. Si se trataba de una enfermedad ordinaria o no era una emergencia especial, todos estarían naturalmente dispuestos a buscar a un Doctor Amable. Se sentían aún más tranquilos y pensaban que era más confiable.
La Tía Beizi tomó una yarda después de tomar una pulgada. Resopló con orgullo y dijo:
—Hace unos días, el hijo de la Tía Liang, Dan Wa, tuvo diarrea. Era tan grave que su cara y labios estaban verdes. Estaba a punto de desmayarse y fue llevado a la ciudad para ver al Doctor Amable. Tomó dos dosis de medicina y estuvo bien después de unos días. ¡El Doctor Amable es tan capaz! Incluso fue contratado por los oficiales. Es muy confiable. ¿No es mejor que el sexto hijo de la familia Guan?
