—Llevémoslo al centro médico de la ciudad para echarle un vistazo. Hay veterinarios en Ciudad Yuan. Su aura no es débil, pero está gravemente herido. Deberíamos poder salvarlo —dijo Guan Chibei con calma.
—De acuerdo —Ye Lulu tampoco odiaba a las criaturas peludas. Además, ella venía de la era moderna, así que le gustaban más los gatos.
Extendió la mano y recogió al gato herido. El gato había sido muy feroz justo ahora. No se sabía si estaba demasiado débil o si necesitaba la ayuda de Ye Lulu, pero no se movió mucho y dejó que Ye Lulu lo cargara.
Ye Lulu miró sus extremidades sangrientas y pensó por un segundo antes de metérselo en los brazos a Guan Chibei.
—… —Guan Chibei se quedó sin palabras.
Su pecho se tiñó al instante de polvo y sangre. Guan Chibei la miró. Ye Lulu sonrió. Guan Chibei se quedó sin palabras.