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—Además, el estado de este pequeño edificio junto al río era tan pobre —nadie se preocuparía por el precio de cien taeles de plata.
—Esta era también una de las razones más importantes por las que esta tienda había estado vacía durante tanto tiempo y no se podía vender en absoluto.
—Sin embargo, el corredor también estaba amargado —realmente no le mintió a Ye Lulu esta vez—. El precio que el oficial había dejado atrás hace seis o siete años era de quinientos taeles de plata. Y como nadie había mostrado interés en el edificio durante los últimos años, su casa de corredores incluso había enviado una carta a ese oficial.
—Por eso ese oficial había respondido para reducir el precio —este edificio realmente era un edificio de cuatro pisos—. Con el precio que les había dado el oficial, no tenían otra opción.
—Por lo tanto, no es de extrañar que esta tienda fuera tan problemática para la casa de corredores —Ye Lulu dijo:
— "Lo compraré".
