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—¿¡Qué están haciendo?! —de repente sonó una voz fuerte.
Todo el mundo se dio la vuelta y subconscientemente abrió un camino. Vieron aparecer al alto y apuesto Lin Yuchen. Él tenía un grupo de oficiales detrás de sí, por lo que todos sabían que él era el alcalde del condado.
La escena estaba en silencio. Todo el mundo definitivamente aguantaría la respiración cuando viera al alcalde del condado. Sin embargo, la dinastía Shang no tenía la regla de arrodillarse y saludar frente a los oficiales dondequiera que fueran. Además, había muchos comerciantes en Ciudad Yuan, así que era especial. Por lo tanto, todos los presentes solo se contuvieron y miraron a Lin Yuchen conteniendo la respiración.
Lin Yuchen avanzó y se encontró con el caos en el suelo. El carrito de madera ya estaba destrozado y el suelo estaba lleno de ingredientes aplastados.
—¿¡Quién está causando problemas?!
