La sangre salpicó por todas partes en la tienda.
Había también sangre en el jefe y la jefa.
Aquellas criadas lo habían planeado a propósito. Miraron directamente al jefe y a la jefa, pero en sus rostros aparecieron sonrisas de alivio. Al final, colapsaron.
—El jefe y la jefa estaban atónitos —completamente paralizados en el lugar.
No podían reaccionar a lo que había sucedido.
Después de recuperar sus sentidos, todo su cuerpo se contrajo como si hubieran recibido una descarga. Los pelos de su cuerpo se erizaron, y de repente sintieron un frío extremo en la espalda. De repente se sintieron entumecidos...
—El jefe y la jefa temblaban. Casi se vuelven locos de miedo por la escena frente a ellos...