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Esta vez, Ye Lulu abrazó a Guan Chibei con fuerza. Guan Chibei se dio la vuelta... y Ye Lulu, que estaba colgada en su espalda, siguió el movimiento. Ella flotaba en el aire con una mano rodeando firmemente su cintura.
Los dos parecían personas conectadas en la casa.
¡Los tres bebés los miraban con los ojos bien abiertos!
Guan Chibei se dio la vuelta en vano y miró hacia atrás a Ye Lulu con sus oscuros ojos. Había una pregunta en su mirada.
—¿No acabas de decir que me tratas como a un bebé y me abrazaste por accidente? Entonces ahora... ¿? —dijo Guan Chibei.
Después de que Ye Lulu abrazó fuertemente a Guan Chibei, ese inexplicable impulso fuerte finalmente se aplacó.
Sin embargo, cuando su cuerpo se sintió satisfecho, su mente de repente reaccionó y... ¡Esta postura...!
Ye Lulu se aferraba al hombre y una lenta sonrisa temblorosa se extendía por su rostro.
—Debería morir en el acto —murmuró Ye Lulu.
