- Pero aún no entiendo … ¿Por qué piensan que son de nuestras clase? ¿Hay alguna evidencia?
- … Algunos que pasaron por el lugar donde encontraron a los estudiantes inconscientes vieron pasar a estudiantes que vestían uniformes de la clase R de primer año burlándose y riendo sobre ya saben que … aunque no hay cámaras que hayan registrado lo sucedido, los rumores comenzaron a circular a causa de eso. - explicó Ofelia.
- Entonces no hay pruebas y los profesores o instructores no les imparto lo que está pasando … ¿están siendo sobornados? - preguntó Daniel.
- Tal vez … no lo sabemos con certeza, pero algunos conocidos que tengo estamos viendo sobre este tema … sin embargo, no tenemos más pistas que desconfiar en los estudiantes repitentes … además, hay otro rumor …
Daniel y Renato pusieron atención a lo que diría la joven.
- Dicen que no son solo los de nuestra clase lo que están implicado en este tema, también hay de otras especialidades quienes abusan de otros estudiantes.
Aquel día pasó con la intrigante escena encontrada cerca del anfiteatro de la ARET y los rumores no se demoraron en escucharse sobre aquel hallazgo y quienes habían sido los primeros en avistarlos.
Aunque la ARET poseía un personal de limpieza y de seguridad, se podía entender que estos no eran omnipresentes para estar en todos lados; sin embargo, las quejas por la seguridad de los alumnos realizada por los organismos estudiantiles comenzaron a escucharse pronto.
Por otro lado, la infamia recibida por aquellos de la clase R quienes no tenían protección del exterior crecía cada vez más; no obstante, parecía no importarles mucho a los estudiantes repitentes de primer año. Todo había llegado a tal punto que el resto de estudiantes de la clase R comenzaban a ser acosados por otros alumnos.
Dentro de una habitación en la mansión Beltrán, un joven quien descubría el mundo del internet a través de su smartphone comenzó a pensar en algo más.
- … Siento que … me estoy olvidando de algo … Ya me puse en contacto con Russel, ayudé a Emily y ahora tengo que esperar que traigan mi ataúd desde Loarre … ¿Qué me estoy olvidando? … ¡Ah, es verdad! Mi cuadernillo …
Al buscar dentro de su cómoda, Aren sacó un pequeño cuaderno de apuntes anidado y, al abrirlo, revisó los apuntes que tenía.
Cosas para hacer durante la primavera. (1era Revisión)
Comer un tacoIr con Emily a la notaría y firmar el contrato de Hermano Jurado.Visitar a Russel y preguntarle sobre la piedra.Regresar a Loarre y ver la forma de recuperar mi poder. (En 2 meses)Encontrar la extraña flor en la casa de Emily.
- Es cierto … ¿Cómo pude olvidarlo? … Debo ir a comprar un taco … y luego ir a donde vivía Emily … … debo encontrar esa flor … pero ahora que lo pienso … ¿Dónde era que ella vivía? … Iré a preguntar …
Dejando su teléfono en la cama, el joven salió de su habitación.
Saliendo de su última clase del día, todos aquellos que pertenecían a la clase R de primer año se sentían deprimidos por la infamia de su reputación. Sin embargo, una joven pelirroja armada de valor junto con su grupo al igual que Leandro con su gente decidieron poner fin a estos rumores.
- ¿Estás seguro de meterte en esto, Leandro?
- Sí … es inaudito que estas cosas estén pasando, nadie de nosotros confiesa estar metido en esto y se escuchan rumores de que también están inmiscuidos estudiantes de otras facultades, además parece que no somos los únicos que están cansados de esto. - respondió el joven haciendo referencia a las joven pelirroja, Anna Eleonor.
- Entonces hay que dejárselos a ellos. - respondió otro de los jóvenes.
- No, si tú hubieras visto lo que vimos ayer, estarías determinado a acabar con todo esto.
- …
- Yo apoyo a Leandro. - dijo Alexia.
- Igualmente … además, las clases son aburridas, tal vez encontremos algo interesante en esto. - dijo otro joven de mirada astuta.
- ¿Te nos unirás, Carlo? - preguntó Leandro.
- Por supuesto.
Todo esto era escuchado y visto por Liam y el resto, así como por la infanta real y los demás descendientes de aristócratas perteneciente a la clase.
Habiéndose puesto de acuerdo, los dos grupos comenzaron a revisar las escenas reportadas hasta el momento donde se encontraron aquellos estudiantes y, como era de esperarse, aquellos lugares eran de poco tránsito, escondidos de la vista pública y ocultos de las cámaras de seguridad.
Aunque la idea era ingenua, todos se pusieron a revisar en turnos aquellos lugares; sin embargo, no hubo por varios días pista alguna de aquellos casos.
Estando dentro de la sala de la residencia Valdelomar, una acalorada conversación se hallaba sucediendo.
- ¡¿Pensaron que de verdad no nos enteraríamos de lo que planeaban?! - exclamó Victoria.
- …
- ¡¿No van a responder?!
Nadie hablaba.
- Creo que es suficiente, alcaldesa. Espero que ya hayan entendido. Nadie sale de aquí hasta que recibamos la noticia por parte de la princesa. - comentó Lois quien parecía más calmada, pero deprimida a la vez.
- ¡Entonces! ¡¿Qué responden?!
- E-Entendemos … - contestaron Lorenz, Eric, Lirio y Alexander al haber sido descubierto su plan para estas fechas.
Saliendo de la sala, Lorenz y Eric miraron amenazantemente a Alexander y Lirio.
- Les dijimos que no hablaran descuidadamente, ¿no es así?
- …
- También les avisamos que actuaran naturalmente, ¿no es así?
- …
Tragándose sus enojos, Eric y Lorenz suspiraron.
- Entonces, ¿Qué hacemos? - preguntó Eric.
- Ni locos podemos salir pronto, Hayato nos estará vigilando … por otro lado, parece que Thomas y el resto se están recuperando rápidamente … - respondió Lorenz.
- ¿Y …?
- Solo faltan tres semanas más para que sean dados de alta … Creo que es mejor esperar … Además la princesa Lisbeth no ha informado ningún avance o hallazgo sobre el lugar del incidente …
- … Está bien …
Mientras tanto, en la residencia de la familia Beltrán, terminando de almorzar todos juntos, Aren estaba algo pensativo; esto hizo que ni siquiera notara que estaba siendo visto por Emily.
«¿Por qué me habrá preguntado cómo era mi vida antes de conocernos? … ¿Acaso le ha interesado saber algo? … O, tal vez, está siendo más consciente de su papel como ahora miembro de la familia Gutiérrez … Bueno, cualquiera sea el caso, me siento feliz de que se esté interesando en mí … Digo, que esté interesado en la familia que ahora forma parte … … Por otro lado, ¿Qué sucede con Melissa? Estos días la he notado algo … desatinada … »
Por otro lado, Aren también estaba pensando en sus propios asuntos.
«… Avenida de Movera … 173 … antes era una antigua hacienda … Me pregunto si todavía tendrán algunos caballos … Como sea, debo ir a ese lugar … la pregunta es cuándo y cómo … »
Entendiendo de que ni Emily o Roger lo dirigirían a aquel lugar ni le darían dinero para el viaje y no queriendo involucrar a Melissa en su condición actual o a su sirviente, Russel, dejaba a Aren solo una opción.
- Aló, Glen. - dijo el joven estando solo en su habitación sin que nadie lo escuchara.
A la mañana siguiente, Aren salió temprano diciéndole a todos que solo iba por cigarrillos a la tienda, una técnica enseñada por Glen ayer mismo la cual no entendía Aren su significado.
Caminando siendo casi de noche por el extenso campus de la ARET, cinco jóvenes parecían estar patrullando la zona.
- … Pensé que esto sería emocionante … ahora pienso que es estúpido.
- Cállate, Carlo. - dijo Alexia.
- Vamos, pero si solo digo la verdad. Además, no soy el único que piensa así, ¿no es así, Liam? - dijo Carlo.
- … Sin comentarios.
- Como sea, ¿Qué hay de tus amigos? ¿Por qué no vienen con nosotros?
- Están estudiando … parece que no les va bien en las practicas escritas. - respondió Liam.
- ¿Ah, sí? Ahora que lo mencionas, dicen que los han visto últimamente acompañados de la hermana menor de la duquesa de Minerva.
- …
- Suficiente, Carlo. - habló Leandro.
- Por otro lado, parece que las victimas siguen sin decir nada; inclusive se le ha tratado de dar incentivos, pero nada sirve. - comentó Remus.
- Siendo así, ¿no creen que estamos buscando en vano? ¿Cuántos días o, menor dicho, semanas ya han pasado desde que empezamos? - comentó Carlo sarcásticamente.
Ya sea por molestia o por ser la verdad, nadie respondió. Hasta el momento, aún había estudiantes siendo intimidados, pero ya no se había registrado casos extremos de encontrar a alumnos inconscientes. Todos sabían de que al menos esto se había detenido, pero no por mucho; en el momento en que ellos dejaran de estar revisando, volvería a suceder nuevamente.
Los representantes estudiantiles también habían hecho su parte; pero tanto para Leandro como para Liam era evidente saber que esto era solo la calma antes de la tormenta.
Mientras aún caminaban en vano cerca de la cancha trasera a las afueras del polideportivo, Carlo inhaló y, luego, exclamó.
- ¡Si no pasa nada guay en menos de 10 segundos, juro que se pueden ir a chingar a su madre!
Al escucharse el eco de aquel grito, otro sonido no se demoró en hacerle compañía.
El chirrido de una puerta del polideportivo fue escuchado dejando ver pasar a un grupo de jóvenes quienes hablaban amenamente entre ellos.
Por inercia, todos se escondieron detrás de una pared.
- Oigan … ¿Por qué nos escondemos? - preguntó Carlo.
- ¿Qué no te puedes callar? - respondió Alexia.
- ¿Qué? ¿Por qué … ?
Sin terminar de hablar, Carlo se percató de la mirada fija de Leandro, Remus y Liam. Aquellas miradas se dirigían en donde estaban aquel grupo de estudiantes quienes estaban saliendo del polideportivo.
Al verlos salir, pudieron notar que no eran alumnos de la clase R, pero ningún alivio se mostró en ellos, pues al poco tiempo vieron salir a un grupo de estudiantes detrás de ellos.
El aspecto de estos últimos era de temor y pánico. Sus miradas estaban siempre agachadas, mientras los que iban delante de ellos hablaban y reían. En las manos de los tres temblorosos jóvenes llevaban uniformes deportivos sucios, era como si fueran sirvientes de los reían.
Las ropas desgastadas y sucias de uno de los escuálidos alumnos se ensuciaron más cuando se tropezó cayendo en la vereda dejando caer lo que llevaba.
Una burlesca risa se escuchó de los alumnos que parecían deportistas y nadie, ni siquiera el débil grupo se atrevió a levantar al caído.
- Escuchen … mañana tengan limpio nuestras ropas y vengan a dejarlas antes de las 4 pm. - dijo uno de los rudos jóvenes quien ignoraba al estudiante que trataba de levantarse.
Todos asintieron y se fueron cada grupo por su camino.
- Están muertos. - dijo Carlo con una sonrisa llena de rabia quien al ver toda la escena estaba preparado para pelear.
- No … ellos no son nuestros objetivos. - dijo Leandro.
- ¡¿Qué?! ¡¿No era por esto que hemos estado buscando por días?!
- Escúchame primero … lo que haremos es seguir a las víctimas, lo otro se los dejaremos a 'ellos'.
- ¿Ellos?
- Mira hacia allá. - dijo Liam.
Escondidos al igual que ellos, pero entre las maquinas expendedoras puestas a unos metros de aquella entrada, estaban dos jóvenes quienes también estaban viendo todo lo que sucedía.
- Ellos son …
Al alejarse aquel vandálico grupo, aquel par los siguieron sin que ellos se den cuenta.
Sin discutirlo más aquellos cinco muchachos fueron detrás de los abusados.
Ya era de noche y el seguimiento los había hecho llegar hasta los dormitorios perteneciente a los de la facultad de ingeniería biomédica.
Al ingresar al patio del gran edificio de ocho pisos de altura, los jóvenes pudieron ver a aquellos tres jóvenes deprimidos cerca de ingresar al edificio.
- ¡Rápido! ¡Quítense los uniformes! - susurró Leandro.
Nadie a excepción de Liam había entendido la razón de aquella orden y al demorarse en cumplirla, Liam les dijo que se quedaran ocultos.
A punto de ingresar al edificio, una voz detuvo a aquellos tres muchachos.
- Disculpen … somos de cuarto ciclo y estamos haciendo unas encuestas, ¿podrían darnos de su tiempo, por favor? - dijo Leandro con una voz inusualmente suave y amigable.
- … ¿Quiénes … son ustedes? - respondió uno de los jóvenes.
- Somos de la facultad de psicología y estamos realizando una encuesta de satisfacción estudiantil anónima.
- … N-No estamos interesados.
Entrando Liam, también habló.
- Con las encuestas realizadas, realizaremos un sorteo con tres premios … no les tomará mucho tiempo. - habló el joven con una voz aniñada que iba con su apariencia, además se había quitado el parche manteniendo su ojo cerrado.
- No … hoy no es … un buen momento … adiós.
- … Escapar no les servirá de nada … hoy es su oportunidad para hablar. - dijo aquella voz madura de Liam.
Todos, tanto como Leandro como los que se escondían se sorprendieron de escucharlo hablar.
Al voltearse, los tres jóvenes vieron algo que los amedrentó. Un ojo de color dorado con extraños signos en su interior era lo que contemplaban, aunque ellos estaban a casi un metro de distancia.
- T-Tú eres un …
- ¿Q-Qué quieren de nosotros?
- Que nos cuenten qué está pasando exactamente. - dijo Liam.
Aquel par quienes habían seguido a los tipos que salieron del polideportivo con aires de grandeza habían llegado hasta uno de los pabellones que eran aulas de estudios donde no había nadie más que ellos en los pasadizos.
- ¿Por qué han venido hasta acá? - dijo uno de ellos.
- Ni idea, pero hay que informales a lady Anna.
Al retroceder y regresar, las luces se apagaron.
Los dos jóvenes quedaron sorprendidos, pero de inmediato salieron corriendo a las afueras del edificio.
Llegando hasta el patio, pudieron ver a un grupo reunidos de personas donde dos estaban arrodilladas llorando.
- ¡Son ellos! - fue lo que murmuraron ambos al ver la escena.
Al acercarse lo suficiente, algo que era impensable para ellos ocurrió.
Uno de los estudiantes que estaba arrodillado extendió su mano señalando a los dos varones que se acercaban.
- Son ellos … ellos nos estuvieron golpeando desde la tarde. - dijo la victima.
- ¿Qué?
Al ver aquellos dos muchachos a los demás que estaban alrededor notaron que eran estudiantes con rostros de preocupación y enojo. De alguna forma, no sintieron que eran los abusadores que ellos buscaban.
- ¡Esa ropa … son los de la clase R! - exclamó uno de ellos.
- ¡Los sabíamos, eran ellos después de todo!
- ¡Es de primer año! ¡No tengan miedo! ¡Atrápenlos!
Aquel par quedó impactado y demoraron en reaccionar. Luego, aunque trataron de escapar, fueron atrapados pronto y, aunque tuvieran mayor fuerza y resistencia, no pudieron hacer nada contra más de diez personas que iban tras de ellos.
Por otro lado, el rostro enojado de un joven por escuchar las confesiones de aquellas tres víctimas hizo que salieran de su escondite a Alexia, Remus y Carlo.
- Así que era cierto … no pensé que ese grandísimo idiota se atreviera a tanto. - eran las palabras de Leandro.
- Ya pueden irse … nosotros no diremos nada de lo que vimos hoy hasta resolver esto. - comentó Liam a aquel grupo que se adentró a sus dormitorios.
Aquella noche pasó, pero las noticias de lo sucedido en uno de los pabellones no se demoraron en salir a la mañana siguiente.