Max se queda conmigo un rato más para acompañarme y no dejarme sola, cuando entra mi padre como un huracán a la habitación, cerrando la puerta algo duro una vez adentro.
- Ya vieron el escándalo que hay con los Hazzard y los Hoffman?. - Comenta papá.
- Buenos días papá, cómo amaneciste?. - Le digo algo divertida porque entró de una manera tan repentina y apresurada, que ni saludó.
- Buenos días hija, perdóname. Soy un padre horrible. - Me contesta un poco avergonzado y luego se acerca para darme un beso en la mejilla y me sonríe.
- Y Christofer?. - Pregunta al mirar a su alrededor.
- Le pedí que se fuera a apoyar a su familia, sobre todo a su padre. - Le respondo.
- Aún no puedo creer lo que está pasando, definitivamente esa familia Hazzard son toda una sorpresa y definitivamente todo esto me preocupa un poco. - Comenta mi padre al sentarse al borde de la cama.
- Cómo que preocupado papá?. - Pregunto sorprendida.
- Si hija, con todo lo que ha estado pasando con esa familia Hazzard y con los Hoffman, me da la sensación de que cometí un error al hacer negocios con ellos y que tal vez deberíamos terminarlos. - Me contesta y yo lo miro con mis ojos completamente abiertos.
- Jhonatan, creo que lo que estás diciendo no es correcto. - Le dice Max.
- Estoy totalmente de acuerdo con Max y no me parece justo que dudes del profesionalismo de los Hoffman. El problema es de los Hazzard y nosotros no tenemos negocios con ellos. El único pecado que han tenido los Hoffman, bueno, Scott Hoffman. Es ser una persona demasiado leal con sus amigos y haber confiado ciegamente en ellos, y créeme que en este momento, ese señor debe estar sintiéndose muy mal por las traiciones de su amigo y su familia.
- Es que es difícil creer que esa familia sea tan... mezquina y él no se haya dado cuenta de nada, es difícil de creer.
- Y te entiendo, pero por favor, terminemos el trabajo con ellos, por favor... yo confío plenamente en ellos. - Le digo un poco desesperada.
- Jhonatan, yo he hecho mis averiguaciones y te puedo garantizar que los Hoffman son personas de fiar, que no son como los Hazzard y que ellos solo han sido utilizados por ser demasiado confiados. - Interviene Max para ayudarme con mi padre.
- Está bien, está bien, pero igualmente voy a hablar con Hoffman para saber qué piensa de esta situación y así poder sacar mis propias conclusiones. - Dice mi padre algo derrotado.
- Pero vamos a terminar el trabajo con ellos, verdad?. - Le pregunto.
- Si hija, si... - Me contesta y yo solo lo abrazo.
- Gracias papá, ya verás que no te vas a arrepentir.
- Eso espero... pero sí que te dio duro...
- A qué te refieres?. - Le pregunto algo confundida.
- Al amor, que te dio muy duro el amor. Sé que esto también lo haces por defender a la familia del hombre que amas.
- Papá!!!. - Le digo al sonrojarme.
- Te conozco y sé que estás completamente enamorada de Christofer, así que no intentes ocultarlo. - Me responde con una enorme sonrisa.
- Yo siendo usted, mejor ya no digo nada, porque está completamente descubierta. - Me dice ahora Max completamente divertido.
- Ahora tú también Max... - Le respondo y me hago la seria.
Al verme la cara, los dos se ríen con todas las ganas que tienen, escuchándose sus carcajadas por toda la habitación, hasta creo que se escuchan en los pasillos cercanos.
Después de un rato más, Max y mi padre salen de la habitación para que las enfermeras me puedan ayudar a bañarme y a cambiarme de ropa. Una vez que ya estoy lista y desayunada, escucho que mi celular comienza a sonar, lo cojo de la mesa que hay al lado de la cama y miro quien me está llamando.
- Hola Christofer, cómo están las cosas por allá?. - Le pregunto al contestar.
- La verdad, estoy bastante sorprendido porque mi padre está totalmente decidido a romper lazos con los Hazzard en todo sentido y no quiere saber absolutamente nada de ellos tampoco. Nos pidió perdón a todos, sobre todo a mí por todas las veces que confío más en la palabra de ellos que en la de nosotros y por no darse cuenta de muchas cosas que estaban ocurriendo y que ahora están saliendo a la luz.
- Me alegro por ti, porque sé que eso es un gran paso para que la relación con tú padre cambie y se puedan acercar como debe de ser.
- Si, es un gran paso para el cambio y tu cómo estás?.
- Yo estoy bien, de veras. - Le respondo con tranquilidad para que me crea.
- mmm... y has pensado en mí, así sea un poquito?. - Me pregunta un poco coqueto.
- Por supuesto... - Le respondo algo nerviosa y avergonzada.
- En cuanto me desocupe, voy a verte por que te extraño y ya quiero verte.
- Eres un tonto, si me viste esta mañana y solo nos hemos dejado de ver por unas horas nada más. - Le contesto sin poder evitar reírme.
- Imagínate como te extraño, me tienes completamente embobado y quiero estar contigo todo el tiempo.
- Christofer, no exageres. - Le contesto aún más divertida que antes.
- Si supieras lo que provocas en mí, no te estarías riendo, sino sonrojándote. Te mando un beso, nos vemos más tarde, tengo que colgar ahora. - Me dice y luego suspira.
- Está bien, cuídate por favor. - Le contesto y luego colgamos los dos al mismo tiempo.
El resto del día fue algo más tranquilo, aunque los canales de televisión siguen hablando del mismo tema y ya he escuchado tanto, que a lo último prefiero apagar la televisión y leer un poco, ya que mi padre me trajo un libro de los que yo leo para entretenerme un poco. Así que con una mano, cojo el libro y leo y con la otra voy acariciando el pelaje de Dastan, quien también vino nuevamente de visita a acompañarme.
Cuando ya comienzo a sentirme un poco entumida por llevar tanto tiempo en la misma posición, observo a mi alrededor y veo que Dastan está completamente dormido en uno de los sofás y que el timbre de la enfermera esta algo lejos para presionarlo y pedir ayuda para poder pararme. Así que analizo mis posibilidades, luego me pongo de pie tratando de poner todo el peso de mi cuerpo en los brazos, después hago un movimiento para tratar de alcanzar la cama con una de las manos para luego tratar de jalarme con las manos, pero mientras intento hacer el plan que tengo en mi cabeza, mis fuerzas me fallan y termino resbalándome. Cuando mentalmente me preparo para el golpe que me voy a dar, este no llega y siento como alguien me abraza por la cintura con fuerza. Abro mis ojos y me topo con los ojos de Christofer que me miran también.
- Estás bien?. - Me pregunta serio.
- Si, gracias a ti no me caí. - Le respondo algo sorprendida por verlo.
- Porque eres tan terca y sigues queriendo hacerlo todo sola sin pedir ayuda de nadie?. - Me dice al ejercer un poco más de presión con sus dos brazos alrededor de mi cintura.
Yo solo me quedo en silencio, sin poder dejar de mirarlo y viendo mi reflejo en sus ojos azules.
- Me asustaste. - Me dice al acariciar una de mis mejillas.
- Perdón. - Es lo único que logro decir. Definitivamente, no sé qué me pasa con este hombre que pone mi mente de vacaciones cada vez que lo tengo cerca y ahora que lo tengo más cerca, no puedo pensar en absolutamente nada.
Christofer suelta un suspiro y luego me pone en el borde de la cama con mucho cuidado, después se arrodilla un poco para que su rostro quede a la misma altura que el mío, para finalmente colocar sus dos manos al lado de mis costados para hacer como una especie de jaula. Él me mira y luego me sonríe mientras se mantiene en silencio.
- Como acabo de salvarte, no te parece que me merezco un premio?. - Me pregunta mientras empieza a jugar con un mechón de mi cabello.
- Y cómo te puedo premiar?. - Le pregunto por qué no le entiendo y él, al solo ver mi reacción, se carcajea.
- Veo que no entiendes, eres tan ingenua que me da hasta ternura. Voy a decirlo de otro modo… puedo besarte?... - Me dice algo divertido, pero al final se queda mirándome los labios.
De inmediato me sonrojo y empiezo a morder mi labio inferior algo nerviosa, por lo que él se ríe aún más.
- Por favor... - Me pide y yo solo asiento con mi cabeza.
Él se comienza a acercar muy lentamente, hasta que sus labios se empiezan a rozar muy suavemente con los míos, humedeciéndolos, invitándome a que los abra y así lo hago porque una necesidad en mí, comienza a crecer. A medida que la lengua de Christofer vuelve a explorar toda mi boca de manera demandante, apasionada y dulce a la vez. Yo intento hacer lo mismo porque quiero saber también como es sentirse estar en su boca cuando el cede un poco su control en la mía, siento que él se sonríe y me acerca aún más para dejarme besarlo y jugar en su boca, pero cuando su lengua empieza a jugar con la mía, los dos no podemos dejar de gemir hasta que finalmente, tenemos que separarnos para poder respirar.
- Nunca había disfrutado tanto besar a alguien, vas a matarme... - Me dice algo agitado mientras su frente toca la mía y puedo sentir y escuchar su respiración al mismo tiempo.
- Yo... - Intento decir, pero él me coloca un dedo en los labios.
- No digas nada, no te presiones. Es solo que a veces pierdo mi autocontrol un poco contigo y te pido perdón por eso. Mejor dime a dónde querías ir cuando impedí que te cayeras?. - Me dice al alejarse un poco de mí.
- Quería acostarme en la cama. - Le respondo al recobrar el aliento.
- Muy bien. - Me responde con una sonrisa.
Christofer me ayuda a acostarme y luego corre una silla para sentarse al lado de mi cama.
- Cómo están las cosas en tú casa?. - Le pregunto para cambiar de tema.
- Bien, como te dije ahora cando te llamé, mi padre me ha sorprendido mucho y para bien, y pues Mark está totalmente desesperado por que Joey tiene cargos tan delicados, que no podrá salir bajo fianza como lo hizo Virginia.
- Y cómo te sientes con respecto al tema de Virginia?.
- La verdad, ya no me preocupa mucho, ella ya no puede acercarse a mí y por lo que me llegó a comentar mi padre un par de días después de la denuncia. Mark decidió que se fuera a su casa de campo mientras pasa todo y que supuestamente le había prohibido intentar comunicarse conmigo. - Me responde muy tranquilo.
- Me alegro verte tan contento y tan tranquilo, a pesar de lo que está pasando en este momento.
- Lo estoy y todo te lo debo a ti Stefania Hayden. Desde que llegaste mi vida, todo es mucho mejor. - Me dice y luego me da un beso en el dorso de mi mano derecha.