Llego a la oficina demasiado temprano porque no quiero volver a encontrarme con sorpresas, como me pasó el día anterior. Dejo mis cosas encima del escritorio y me paseo un poco por el ventanal mientras mi laptop enciende.
- Veo que llegaste bastante temprano. - Me dice Christofer sorprendiéndome al estar parado en la entrada de mi oficina.
- Me asustaste Christofer. - Le digo al mirarlo.
- Porqué te estás escondiendo de mí?. - Me dice al cerrar la puerta.
- Yo no me estoy escondiendo, es solo que tengo mucho trabajo retrasado por los días que estuve en el hospital, eso es todo. - Respondo lo más tranquila posible, aunque he de confesar, que estoy completamente nerviosa por dentro.
- Tanto que ni siquiera me puedes contestar una llamada o un mensaje que a estas alturas ni siquiera has mirado?. - Me dice mientras comienza a caminar hacia mí, como si fuera un depredador, completamente serio.
- mmm… Me llamaste?, perdón, no me di cuenta. De hecho, solo cogí el celular para meterlo al bolso esta mañana, ni siquiera lo revisé. - Le digo al caminar hacia el bolso para sacar el celular y hacerme la que no sabía de qué está hablando.
- Es cierto, tengo tres llamadas tuyas de anoche y un mensaje. Perdóname, creo que a esa hora ya estaba dormida, es que estaba un poco cansada. Ayer fue un día algo pesado. - Le digo al revisar el celular supuestamente.
- Porque no te creo Stefania?. - Me dice al estar a unos centímetros de mí.
- De verdad... déjame mirar el mensaje que me dejaste anoche. - Le digo tratando de alejarme un poco de él, pero Christofer me coge de la cintura y me obliga a mirarlo de nuevo.
- Después lo miras. - Me dice al ejercer presión en mi cintura con sus brazos para que no me escape.
- Christofer... - Intento decir pero él me interrumpe al poner sus labios en los míos para empezar a besarme de una manera muy tierna y dulce, pero sin dejar de ejercer presión en mi cintura, y al ver que evidentemente no me puedo deshacer de su agarre, termino dejándome besar para finalmente disfrutar el estar completamente en sus brazos. Después de un rato nos separamos para tomar un poco de aire.
- No te vuelvas a alejar así de mi por favor, yo sé que estás así por Ximena, pero te juro que lo que llegué a tener con ella, está completamente en el pasado y ahora es solo mi amiga. Ya hablé con ella para que sus expresiones algo desmedidas de cariño, las controle. - Me dice mientras me sigue abrazando.
- Christofer, no tenías que hacer eso, yo no soy tú...
- Pero yo quiero que en el futuro si lo seas. Seas mi novia, mi pareja y que no tengas ningún otro pretexto para querer alejarte de mí. Que confíes en mí y que no dudes nunca más de mis sentimientos hacia ti que son completamente verdaderos. Yo hace mucho tiempo que no hablaba con Ximena, por lo que ella no sabía de algunas novedades, como que me había vuelto a enamorar. Así que ella me trato hasta el día de ayer, como lo hacía desde siempre, incluso después de que termináramos nuestra relación, con demasiada efusividad. Ya le explique y ella lo entendió y se alegró mucho por mí y prometió cambiar la forma de tratarme porque ahora hay alguien que me importa y a la que quiero darle su lugar y el respeto que se merece.
- Te lo repito, no tenías que hacerlo. Yo soy la que tengo que aprender a lidiar con mis inseguridades de otra manera. - Le digo algo avergonzada.
- Lo sabía!!!, si te estabas escondiendo de mí. - Me dice muy divertido y yo solo trato de deshacerme de su agarre, pero él lo intensifica más.
- Christofer… Ya suéltame, esto ya es demasiado vergonzoso. - Le digo y él se ríe.
- Estás completamente celosa y eso me encanta, porque eso quiere decir, que me quieres más de lo que me muestras y yo no tengo problema, ni con tus celos, ni con tus inseguridades, como las quieras llamar. Pero lo que si te voy a pedir, es que no te vuelvas a quedar callada, quiero que lo hables conmigo para que no haya malentendidos y los podamos resolver juntos porque yo también siento celos cuando veo a Gregor muy confianzudo contigo, pero ahora sé que lo más sano, es hablarlo contigo. Te parece que lo hagamos así?. - Me pregunta mientras aún me abraza sin dejar de mirarme a los ojos.
- Me parece... - Le respondo algo nerviosa porque este hombre, hace que mi mente se ponga en blanco con solo tenerlo cerca.
- Quiero invitarte a cenar esta noche, será que me puedes abrir un campo en tú apretada agenda?. - Me pregunta al jugar con mi cabello y sonriendo un poco.
- Tonto. - Le digo y él de inmediato suelta una carcajada y vuelve a abrazarme con fuerza.
- Qué dices?, sales hoy en la noche con este hombre que solo piensa en ti?. - Me dice al rozar mis labios con los suyos.
- Si, está bien. - Contesto con los ojos cerrados al sentir su aliento acariciar mis labios.
- Gracias... - Me dice y luego vuelve a besarme. Pero esta vez, mucho más apasionado que antes.
- Mejor me voy, antes de que pierda el control contigo... - Me dice algo agitado y al mismo tiempo que se separa de mí.
- Te recojo a las ocho en tú departamento. - Vuelve a decirme al acercarse a la salida.
- De acuerdo. - Le digo al recuperar un poco el aliento.
Una vez que ya estoy sola, tomo asiento en mi silla para tratar de calmarme y retomar el control de mi cuerpo, al mismo tiempo que voy recuperando el aire. Miro hacia la mesa de mi escritorio y veo mi celular, lo tomo y abro el chat para leer el mensaje que Christofer me dejo anoche y que yo no quise leer por estar celosa.
- Sueña conmigo como yo lo hare contigo. No dudes de mi por favor, te quiero. - De inmediato, suelto un suspiro al leer su mensaje, definitivamente estoy locamente enamorada de este hombre y eso me da mucho miedo, he de confesar. Por eso decido que debo hablar de esto con mi psicóloga en mi próxima sesión.
La mañana después de mi encuentro con Christofer, transcurre de manera normal. Hasta que empecé a escuchar algunas voces afuera de mi oficina, prácticamente a la hora del almuerzo. Me levanto rápidamente de mi asiento para dirigirme hacia la puerta y al abrirla, me llevo una enorme sorpresa.
Al asomarme al pasillo, puedo ver como dos hombres que trabajan en el departamento de seguridad de la empresa, van caminando al lado de Mark Hazzard hacia la salida y como este les grita cuando los hombres lo intentan coger por el brazo para que apresure el paso, el escandalo no se hace esperar.
- Suéltenme desgraciados!!!, esto no te lo pienso perdonar nunca Scott. - Grita furioso, dando un espectáculo al pasar por todos los puestos de trabajo porque todos se quedan viéndolo.
No sé qué me pasa, pero salgo por completo al pasillo y camino algunos pasos hasta llegar hacia ellos.
- Caballeros, yo sé que ustedes están haciendo su trabajo, pero suéltenlo por favor. - Les digo al llegar y todos me ven muy sorprendidos, incluyéndolo a él.
- Stefania Hayden... - Escucho que él susurra mi nombre muy sorprendido.
- Estoy completamente segura, de que él señor Hazzard va a salir de la empresa sin poner más resistencia… Porque él necesita salir de esta empresa con dignidad, orgullo y con la frente en alto como lo necesita su ego, porque él en el fondo, entiende que los errores cometidos por sus hijos son demasiado grandes como para dejarlos pasar, verdad señor Hazzard?. - Le digo al estar frente a él y cuando él sale un poco de su asombro, sonríe de medio lado.
- Como me hubiera gustado haber tenido una hija como usted, señorita Hayden. - Me dice y luego sigue su camino con total calma, mientras los dos hombres de seguridad lo siguen a una distancia algo prudencial sin hacer más escándalos.
- Muchas gracias por tú ayuda Stefania. - Me dice Scott.
- No se preocupe, solo creí que hablar con él, era lo mejor. Tocar el ego y el orgullo de alguien como él, es lo mejor para evitar problemas.
- Pues eso fue muy inteligente de tu parte, ahora sé por qué mi hijo está tan interesado en ti. A parte de ser hermosa, eres muy inteligente y sensata. - Me dice el padre de Christofer y yo no puedo evitar avergonzarme un poco.
- Estás bien?. - Me pregunta Christofer al llegar a mi lado con Gregor y Terry.
- Si, estoy bien.
- Tú novia actuó como toda una negociadora y logro su objetivo, porque Mark se terminó de ir sin hacer más escándalos. - Comenta Scott Hoffman y yo no puedo evitar sonrojarme al escuchar sus palabras y al sentir todas las miradas sobre mí.
- Papá, todavía no es mi novia, pero estoy seguro de que eso cambiara muy pronto. - Responde Christofer y luego me da un beso en la mejilla, haciendo que me avergüence aún más.
- Me voy a mi oficina a seguir trabajando. Gregor, pide comida para hoy también por favor. - Digo al darme la vuelta para regresar a mi oficina.
- De inmediato. - Me responde Gregor.
Al cerrar la puerta de mi oficina al ingresar, no puedo evitar repetir las palabras de Mark Hazzard en mi cabeza una y otra vez, haciéndome finalmente llorar porque durante muchos años en mi adolescencia, las había deseado escuchar hasta con desesperación.
- Stef, ya pedí el almuerzo y... porqué estás llorando?. - Me dice en voz baja al acercarse a mí, algo asustado.
- Cuando me acerque a Mark Hazzard para que dejara de hacer el ridículo y darle un poco de orgullo para que se fuera sin hacer más escándalos, me dijo antes de irse, que le hubiera gustado tener una hija como yo.
- Maldito, si supiera... nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y más con ese par de hijos que supuestamente tiene. - Dice Gregor al soltar un bufido.
- Sabes cuantas veces había soñado con que él me dijera esas palabras y se sintiera orgulloso de mi?, miles de veces Gregor.
- Si Stef, pero ahora tienes a uno que se ha sentido orgulloso de ti y te ama desde que entraste a su vida y ahora esas son las palabras, que te deben de importar. Además, no quiero ser cruel, pero él no se las dijo a su hija, él se las dijo a Stefania Hayden quien es realmente hija de Jhonatan Hayden.
- Créeme que eso ya lo sé... - Y diciendo esto me pongo a llorar mucho más.
- No, no llores Stef... - Me dice Gregor al arrodillarse al lado de mi silla para abrazarme.
- Tranquila, todo seguirá mejorando. Tiempo al tiempo... - Me dice al oído mientras me sigue abrazando.
- Mejor cuéntame si ya arreglaste las cosas con Christofer. - Me dice al limpiarme las lágrimas.
- Si, eso creo. Está mañana vino igual de temprano que yo a la oficina y me hizo una pequeña encerrona. - Le digo riéndome un poco.
- Me alegro y me gusta que sea un tipo de armas tomar. - Me dice riéndose y luego alguien toca la puerta.
- Adelante. - Digo al tratar de limpiarme por completo el resto de lágrimas que tengo en el rostro.
- Ya llego la comida?, tengo hambre. - Dice Christofer al entrar.
- Vas a comer aquí con nosotros?. - Pregunto algo sorprendida.
- Si, pensé que Gregor te lo había dicho. – Me Responde.
- No alcancé, voy a mirar el estado del domicilio. - Dice Gregor antes de salir y haciéndome una señal para que me termine de limpiar el rostro.
- Te molesta que coma contigo aquí en la oficina?. - Me pregunta al acercarse.
- Por supuesto que no, pero me siento mal que te vayas a quedar encerrado con nosotros aquí.
- Me encanta estar en donde tu estés. Porqué tienes los ojos rojos?, estuviste llorando acaso?. - Me dice al mirarme con preocupación.
- No, tranquilo, es solo que tengo los ojos algo irritados y se me acaba de meter en el ojo una basura. - Le digo para que se tranquilice.
- Menos mal, porque no me gusta verte llorar y si alguien te hace algo, se las va a ver conmigo desde ahora en adelante porque yo te voy a proteger de quien sea y cuando sea. - Me dice y yo solo sonrío.
- Eres un gran hombre.
- Tú me inspiras a ser cada día mejor. - Me dice y luego me besa.