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De Sacrificio, Sangre y Muerte © +18

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Synopsis
La encrucijada de una joven princesa que intenta darle sentido a la profecía de los corrompidos de su familia y pretende sobrevivir a un matrimonio político sanguinario. La presencia del soberano de Itia en tierra Ytegoyena va a ponerlo todo de cabeza cuando se encuentre frente a la belleza valiciana y goyena. ¿Ella podrá evitar que la sangre se deslice de sus manos? ¿Alcanzará la grandeza de ser el orgullo de un rey poderoso y elogiado por las casas más importantes? ¿Los muertos... ejecutados por su familia... serán capaces de verla como una soberana inmaculada? Dominio Valiciana, princesa integra de Gran Ruina de la Muerte e hija única del conquistador corrompido del continente, Dagomar II Yruretagoyena. Seguirá con la cabeza en alto, aunque las circunstancias la pongan de rodillas y la obliguen a ceder sus derechos. ¿Qué profecía es la que susurran en la Bahía de Boca de Dragón? ¿Qué será de Sangre? Y ¿Cuál es el destino de Muerte? © K. SPENCER || TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS © || La Dirección Nacional del Derecho de Autor (DNDA) protege las obras intelectuales de los autores y ayuda a evitar, entre otros delitos, el plagio y piratería.
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Chapter 1 - De Sacrificio, Sangre y Muerte © +18

La historia De Sacrificio, Sangre y Muerte ocurre en el continente de Ytegoyena donde se posicionan numerosas Casas a lo largo de su territorio. Se trata de tierras fértiles, bosques templados, en el Norte; tundra, en el Sur; bosques mediterráneos, en el Este y un desierto de sal, en el Oeste.

El prestigio del continente se debe a la primera familia, emigrante, en asentarse en sus tierras, Yruretagoyena. Su emblema es una mano envuelta en líneas negras y sobre ella se divisa el humo oscuro que en ellos predomina. La grandeza de esta Casa recibe en el vínculo que tienen con la sangre de las personas y la muerte de estas. Se trata de humanos robustos, de cabellera negra y cuerpos señalados con marcas oscuras. Ellas en representación de la vida de los individuos que asesinaron y se caracterizan por tener los ojos de una tonalidad rojiza, no tan intensa, o rosada.

Son mal llamados por las otras familias, hijos del Diablo. Su dominio en el continente Ytegoyena duró más de 100 años antes de la Caída, ya que no se guardan registros de los primeros cimientos.

Los seguidores leales del rey son conocidos como la Casa Corvetatis repleta de eruditos. Su emblema es un cuervo que posee un pergamino envuelto en la pata y pasa detrás del animal. Se trata de hombres y mujeres de cabellera ónix y ojos profundamente negros poco agraciados. Pero con un intelecto superior en cuanto a estrategias y estudios. Estos destacan por favorecer al rey tomando el rol de consejeros.

Por otro lado, en la Sur, habita el Clan Torrence.

En un principio, estaba compuesto por simples pescadores y comerciantes de melena escarlata como el mismo atardecer. Ellos se asentaron en Ytegoyena 50 años a. C. Sin embargo, más adelante, se convirtieron en jinetes orgullosos de bestias que recibirían el nombre de dragones. El emblema pasó a ser un dragón rojo de costado con fuego en la cola. Esta familia se posicionó rápidamente en el poder gracias a la extraña aparición de monstruos que lanzaban fuego por la boca. Esto produjo la Caída de Yruretagoyena, quienes fueron derrocados de Gran Ruina de la Muerte.

No obstante, un punto de partida diferente, alejados de pleitos y guerras, es la Casa Valiciana ubicada en una gran isla. Son conocidos por un emblema poético de color blanco con los bordes plateados, en el medio destaca una lira dorada y un pincel sobre esta. Ya que se consideran amantes de las artes y la política, se encargan de llevar la historia a través de cánticos a lo largo del continente y más allá de los océanos.

Es una casa imparcial, por lo que está lejos de tener enemigos. También se conoce como el santuario de mujeres inmaculadas de rasgos preciosos. De mirada perlada afilada y melena albina, labios carnosos, de piel suave y cuerpos delicados.

Se dicen que es un pecado ver a las mujeres a los ojos.

En cuanto a las otras familias, más pequeñas a comparación de los cuatro pilares, ayudan a abastecerlas, ya que no poseen tal grandeza a menos que deseen rebelarse y competir por el poder.