El Pabellón del Ejército Celestial, un lugar en el mercado de la Ciudad del Viento Ardiente donde se vendían armas. Tenían tanto armas para ciudadanos ordinarios como armas espirituales para artistas marciales.
Armas espirituales, forjadas a partir de materiales preciosos, eran tan afiladas como navajas, tan fuertes que podían cortar fácilmente el metal como si fuera barro. Eran las armas perfectas para artistas marciales ya que también podían mejorar las habilidades de lucha de sus portadores.
Armas espirituales como la espada del padre de Lu Ming, la misma que había sido tomada por Lu Chuan.
Las armas espirituales estaban categorizadas en nueve Niveles diferentes, y dentro de cada Nivel, se clasificaban en calidad Inferior, Mediocre y Superior.
En esta ocasión, Lu Ming tenía la intención de comprar un arma espiritual para practicar su técnica de espada.
Lu Ming y Qiu Yue entraron juntos al Pabellón del Ejército Celestial.
Fueron recibidos por la vista de hermosas jovencitas en dos filas - vendedoras encargadas de atender a los clientes.
Sin embargo, cuando Lu Ming y Qiu Yue entraron a la tienda, estas vendedoras fruncieron el ceño. Nadie se adelantó para atenderlos.
Lu Ming y Qiu Yue no iban vestidos de manera costosa. Lu Ming llevaba ropa sencilla de tela burda mientras que Qiu Yue llevaba ropa de sirvienta. Tan experimentadas como eran estas vendedoras, ya podían decir que los dos que acababan de entrar no eran adinerados.
Nadie quería atender a estos dos.
Lu Ming frunció el ceño ligeramente y luego procedió a revisar los artículos vendidos, sin inmutarse.
La mayoría de los artículos vendidos en el Pabellón del Ejército Celestial eran armas ordinarias. Las armas espirituales de Primer Nivel que se vendían eran escasas y mayormente de calidad Inferior. Solo había unas pocas de calidad Mediocre. Después de buscar en toda la tienda, Lu Ming solo encontró tres armas espirituales de calidad Mediocre.
A Lu Ming no le gustó ninguna de ellas. Si iba a hacer una compra, quería algo un poco mejor.
—¿En qué puedo ayudarlo, Joven Señor? Podría recomendarle algo —una voz tímida resonó.
Lu Ming se volvió y vio a una vendedora joven de cara redonda y mejillas sonrosadas, aunque algo agitada, enfrentándolo.
Ella era nueva en su trabajo como vendedora en la tienda. Era tímida por naturaleza y tenía un pobre desempeño en ventas. Había reunido el coraje para adelantarse ya que vio que nadie quería atender a Lu Ming.
—La chica no ha tenido ventas este mes. Para estar atendiendo a este tipo de personas, debe estar desesperada —comentó una de las vendedoras experimentadas—. Con mis años de experiencia, sería una sorpresa si ese chico pudiera incluso pagar por una espada de metal que valga diez taeles de plata.
—¿No es así? Prefiero quedarme parada y descansar aquí que atender a campesinos como él —asintió otra vendedora con desdén.
No muy lejos, unas cuantas vendedoras miraban en dirección a Lu Ming y cuchicheaban entre ellas.
No era muy alto, pero no escapó a los oídos de Lu Ming y Qiu Yue.
—Joven Señor —Qiu Yue tiró de las mangas de Lu Ming.
—Está bien —Lu Ming le dedicó una sonisa a Qiu Yue—. Estos son solo gente común y no quiero rebajarme a su nivel.
Cuando estaba a punto de preguntarle a la vendedora de cara redonda si había armas espirituales de mayor calidad, fue interrumpido por una voz poco armoniosa.
—¡Huy huy huy, no es ese Lu Ming, el Mayor Joven Señor Lu? ¿Qué te trae por aquí? —La voz fue seguida por un chico y una chica que entraron caminando.
El chico tenía la cara marcada por la viruela, no era muy alto de estatura, pero lucía una glamorosa túnica plateada.
La chica lucía un poco más que promedio pero tenía un aire de arrogancia a su alrededor cuando entró con las fosas nasales levantadas.
—Lu Bing, Lu Mei —Las expresiones de Lu Ming cambiaron.
La Familia Lu consistía en ocho ramas, que eran la Rama Principal y las otras siete Ramas Secundarias.
Lu Ming conocía a estas dos personas, uno de ellos era el hijo de la Quinta Rama Secundaria, y la otra era la hija de la Sexta Rama Secundaria. El que habló fue Lu Bing.
Lu Bing evaluó a Lu Ming y dijo con desdén:
—Vaya, Lu Ming, oí que fallaste en despertar tu meridiano de sangre y ni siquiera puedes cultivar el Qi Esencial, pero aquí estás queriendo comprar un arma como los demás. ¿Estás buscando un cuchillo de cocina para matar pollos? ¡Jajaja!
—Muévete de lado, Lu Marcado por Viruela, estás bloqueando el camino —Lu Ming respondió indiferente.
—¿Qué-qué dijiste, Lu Ming? —Ser llamado marcado por viruela era la mayor molestia de Lu Bing, y ser dirigido por Lu Ming de esa manera delante de tantas jóvenes y hermosas vendedoras, especialmente delante de Lu Mei, lo enfureció inmediatamente.
—¡Cara de viruela, dije que te muevas de lado! —Lu Ming exclamó fríamente.
—¿Buscas morir, Lu Ming? ¿Todavía crees que eres el joven señor de la Rama Principal? Una vez que la Reunión de la Casa termine, la Señorita Yao'er será la Señora de la familia. No eres nada, ¿me entiendes? ¿Te atreves a ofenderme? Vamos, adúlame ahora mismo, arrodíllate y pide disculpas. Aún podría concederte un tazón de arroz entonces —Lu Bing ladró como un perro salvaje angustiado.
Lu Ming lo miró fríamente, como si estuviera mirando a un idiota.
—Espérate, Lu Ming.
Los ojos de Lu Bing relampaguearon con una fría furia siniestra, tomó una profunda respiración en un intento de calmarse.
Justo después, —Lu Ming, tenía razón acerca de que querías comprar un cuchillo de cocina para matar pollos, ¿no es así? Si eso es verdad, ¿qué artículos de calidad puede alguien como tú permitirse? —Lu Bing se burló.
—Joven Maestro Lu Bing, gracias por honrarnos con su presencia. Por favor, permítame asistirlo en absolutamente cualquier cosa.
Lu Bing ya estaba rodeado por varias vendedoras, todas con sonrisas aduladoras en sus caras.
—¡Jeje!
Al ver a la única vendedora de cara redonda al lado de Lu Ming, Lu Bing se burló con orgullo y dijo en voz intencionadamente alta, —Hoy es el cumpleaños de mi hermana Lu Mei, y me gustaría comprarle un arma espiritual como regalo. Dime, ¿qué armas espirituales tienes para recomendar?
Puso énfasis extra en las palabras «arma espiritual».
—¡El Joven Maestro Lu Bing quiere comprar armas espirituales!
Al instante, los ojos de las vendedoras brillaron y le ofrecieron sus recomendaciones a Lu Bing con todo lo que podían.
—Joven Maestro Lu Bing, ¿qué le parece esta Espada de Pino? Un arma espiritual de Primer Nivel Inferior con marcas de pino en su interior…
—Esta Espada de Hielo Plateado también está bastante bien hecha…
Al mirar estas armas espirituales, Lu Mei sacudió la cabeza con un gesto de disgusto, indicando que no le gustaba ninguna de ellas.
Lu Bing apretó los dientes y exclamó, —¡No me engañen con estas armas espirituales de Primer Nivel Inferior, saquen sus armas espirituales de Primer Nivel Mediocre!
—¿El Joven Maestro Lu Bing desea comprar armas espirituales de Primer Nivel Mediocre? —Las vendedoras temblaron de emoción y sus ojos brillaron tanto como el sol. Rodearon a Lu Bing y promocionaron locamente, como si sus vidas dependieran de ello.
Un arma espiritual de calidad Mediocre valía al menos ochocientos taeles de plata, y la comisión no sería pequeña. ¿Cómo no iban a estar emocionadas?
Del lado de Lu Ming, la vendedora de cara redonda miró con envidia. Ella era naturalmente tímida y retraída, nunca podría competir con esas vendedoras.
Después de rondas de intensa promoción, Lu Bing eligió la Espada Brisa Ligera, un arma espiritual de Primer Nivel Mediocre que valía mil taeles de plata.
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Lu Bing ondeó dos notas de plata de quinientos taeles en el aire intencionalmente mientras miraba a Lu Ming con un gesto de desdén en su cara, y pagó el monto completo con un dolor sordo en su corazón.
—¿Y bien? ¿Aún no eliges las armas que quieres comprar, Lu Ming? ¿O son de muy baja calidad para ti? ¡Jajaja! —se rió Lu Bing con arrogancia.
—Por supuesto, Hermano Lu Bing, es el Joven Señor de la Rama Principal, ¿cómo podrían gustarle las armas espirituales de Primer Nivel Mediocre? —se rió entre dientes Lu Mei mientras inspeccionaba su Espada Brisa Ligera con gran cariño.
—¿Cómo sabíais vosotros dos? Sinceramente pensé que las armas aquí son de muy baja calidad —dijo Lu Ming de repente, fingiendo sorpresa.
Se dirigió a la vendedora de cara redonda y dijo —Señorita, ¿tienen alguna arma espiritual de Primer Nivel Superior? Déjenme echarle un vistazo.
—¿Qué? —Un silencio sepulcral se extendió por toda la tienda. Todos, incluyendo a la vendedora de cara redonda, Qiu Yue, las demás vendedoras, Lu Bing y Lu Mei miraban a Lu Ming con la boca abierta.
—¿Qué? Lu Ming, ¿quieres comprar un arma espiritual de Primer Nivel Superior? ¿No sabes cuánto cuesta? No hables solo por hablar, ¿puedes permitírtelo? —Los ojos de Lu Bing chispearon mientras le gritaba a Lu Ming.
Un arma espiritual de Primer Nivel Superior fácilmente valía varias veces el monto de un arma espiritual de Primer Nivel Mediocre; él se negaba a creer, incluso si su vida dependiera de ello, que Lu Ming pudiera permitirse tal cosa.
—Joven Señor, ¿dijo que quiere comprar un arma espiritual de Primer Nivel Superior? —preguntó la vendedora de cara redonda con incredulidad.
—¿Por qué, no tienen armas espirituales de Primer Nivel Superior aquí? ¿O temen que no tenga suficiente dinero? —Lu Ming sonrió y sacó un montón de notas de plata, cada nota de plata valía quinientos taeles, y había al menos diez o más notas de plata.
—¿D-de dónde sacaste tanto dinero? —Al mirar el montón de notas de plata en la mano de Lu Ming, los ojos de Lu Bing casi se salen de sus órbitas.
Lu Mei y las demás vendedoras tampoco podían creer lo que veían.
Qiu Yue abría la boca asombrada mirando a Lu Ming.
—Parece que el Joven Maestro sí tuvo un encuentro sobrenatural —pensó Qiu Yue.
[1] El autor escribió 唐枫 que es Tang Fang, pero por el contexto el autor debería estar refiriéndose a Lu Ming.
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