—Tianyun... No, ¡Lu Ming zongzi!
Los dos hombres de la secta del Amuleto Talismán se sorprendieron gratamente al ver a Lu Ming.
—¡Lu Ming, eres tú!
Las caras de Kong Mingshang y los demás cambiaron cuando vieron a Lu Ming.
En aquel entonces, la fuerza de combate de Lu Ming ya era muy aterradora en la reunión social.
Kong Mingshang y los otros tres no pudieron evitar agruparse. Miraron a Lu Ming con expresiones graves.
—¿Qué pasa? ¿Creen que mi secta del Amuleto Talismán no tiene a nadie?
La expresión de Lu Ming se volvió fría. Una intención asesina brilló en sus ojos.
Somos cuatro. ¿Por qué deberíamos tenerle miedo? Además, nuestra cultivación y habilidades han mejorado a pasos agigantados durante este período de tiempo. Podríamos mejorar incluso más rápido que Lu Ming. ¡Si los cuatro nos unimos, podremos matarlo!
Un destello de perversidad y avaricia brilló en los ojos de Kong Mingshang.