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—Hermano, ten cuidado. Esta persona es la más fuerte en los Páramos Salvajes. Su cultivación está en medio del Gran Maestro de artes marciales 8-dan. ¡Ha superado a los tres genios de la batalla y es extremadamente poderoso! —gritó Xiao Haoyu.
—Jeje, es demasiado tarde para saberlo ahora. ¡Gran puño divino de la desolación! —rugió el joven corpulento y lanzó un puñetazo.
Este puñetazo hizo que el mundo entero se estremeciera. Era como si una cadena montañosa continua se estuviera estrellando hacia Lu Ming.
Además, una vasta montaña flotaba sobre la cabeza del joven corpulento, y cinco chakras de plata brillaban intensamente.
La explosión de su linaje hizo que su puñetazo fuera aún más poderoso.
—¡Nueve Dragones pisoteando los cielos! —Lu Ming inmediatamente ejecutó los pasos del cielo de los nueve dragones.
¡BOOM! Un puñetazo y una patada, chocaron juntos.
