—Frente a semejante ataque, ¿cómo estaba el Simio Volador?
Cientos de pares de ojos miraban hacia abajo, esperando el resultado.
Pronto, el humo y el polvo se dispersaron, revelando la escena debajo.
Primero, una enorme huella de palma que tenía decenas de metros de ancho entró en la vista.
En la gigantesca huella de palma, el Simio Volador yacía allí como un perro muerto. Varias largas lanzas condensadas de energía verdadera atravesaron su cuerpo y lo clavaron al suelo.
Los ojos del Simio Volador estaban bien abiertos. Estaban llenos de rencor, pero ya no tenía el más mínimo aliento de vida.
—¡Estaba muerto!
El Simio Volador fue asesinado. Este era el experto más fuerte de esta región, un genio que solo había ganado tres batallas. Sin embargo, fue asesinado así como así.
Todo el mundo contuvo el aliento y sintió frío.
Incluso en grandes regiones y grandes imperios, los genios que habían ganado tres batallas eran extremadamente raros. Eran excepcionalmente poderosos.