—Pregunté si ya habéis comido —dijo Nux con curiosidad.
—¿Estáis dispuestos a ser mis esclavos? —preguntó con una sonrisa burlona.
—Sí —al responder los asesinos, una gran sonrisa apareció en el rostro de Nux. Al ver esa sonrisa, Thyra también entendió lo que sucedía. Recordó que solo habían respondido con un sí antes de que esa extraña energía entrara en sus cuerpos y fue entonces cuando todo sucedió.
«Haah… No puedo creer que exista una habilidad tan absurda», pensó Thyra suspirando interiormente; no obstante, notó que su sonrisa se había desvanecido y fue reemplazada por un ceño fruncido.
«No funcionó…» —Nux murmuró para sí mientras se daba cuenta de que su plan no había funcionado. Esto prueba que no puede engañar a otros con esto. El objetivo tiene que saber de qué está aprobando. Simplemente decir sí no funciona.
Nux tomó nota y asintió interiormente.