En el gran Hall de la Ciudad Gato Feline, se estaba llevando a cabo una reunión. La propia Ciudad era una verdadera maravilla de arquitectura y diseño, reflejando la grandeza y elegancia dignas de un encuentro de tal importancia. La razón de la reunión era una llamada del hijo de Oberon, Félix Felino, quien había convocado a todos los líderes de clan influyentes para discutir un asunto importante.
Las paredes del hall estaban adornadas con tapices intrincados, que mostraban escenas de la rica historia de la ciudad. Banderas coloridas, representando a cada clan, colgaban de las vigas, añadiendo un toque vibrante al majestuoso entorno. El hall estaba bañado en un cálido resplandor dorado, cortesía de los meticulosamente elaborados candelabros que colgaban del techo.