—No puedo creer que esto haya pasado... —Alistair murmuró con una mirada perdida en su rostro. La presión que lo mantenía postrado finalmente había desaparecido. No podía moverse como deseaba.
Sin embargo, la serie de eventos que había presenciado delante de sus ojos… Las personas que vio hoy, los dos grandes nombres, parados justo enfrente de él… Solo los recuerdos de estos eventos eran suficientes para dejarlo congelado de miedo.
Inconscientemente, Alistair recordó los días que no deseaba recordar y todo su cuerpo tembló de miedo.
Él era considerado uno de los niños más talentosos cuando nació, los otros miembros de su clan lo trataban bien y él tampoco los decepcionó, se convirtió en el primer Cultivador de la Etapa de Santo de su Clan, rompiendo todos los límites y elevando a su Clan a nuevas alturas, sin embargo, estas nuevas alturas eran más aterradoras de lo que imaginaba, su Clan no estaba preparado para lo que estaba a punto de sufrir.
