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—Hmmmm. Es un hechizo bastante interesante —dijo el hombre con el rostro ligeramente arrugado, exudando un aura recia y curtida en batalla—. Es curioso que no utilice el Mana circundante sino algún otro tipo de energía, bastante misterioso.
El hombre, de musculatura entrenada y rasgos toscos que mostraban las penurias de la guerra, tenía ojos avellanados, profundos y penetrantes que revelaban una mezcla de confianza, despreocupación y al mismo tiempo, implacabilidad. Su cabello era castaño negro y estaba vestido con un abrigo que parecía estar hecho de material rico.
Movió su mano alrededor mientras tocaba el Portal desde diferentes ángulos, intentando comprender este hechizo. Solo vino aquí por venganza, ¿quién iba a saber que encontraría algo tan interesante?
Si de alguna manera pudiera hacerse con esta habilidad, su fuerza aumentaría a pasos agigantados.
—De todos modos, ¿dijeron algo? —preguntó el hombre—. Estoy seguro de que saben cómo usar esta cosa.
