Melia echó un vistazo a Aiden, que se dirigía hacia ella a toda prisa, y luego, el anillo en su dedo brilló y una larga espada blanca apareció en su mano.
—No pensé que fueras un Cultivador Corporal —murmuró Aiden al ver que Melia sacaba su espada en lugar de preparar un hechizo.
—No lo soy. Soy Cultivadora de Maná —respondió Melia con una mirada tranquila en su rostro.
—Heh. ¿Y planeas luchar contra un Cultivador Corporal cara a cara? Quizás te sobreestimé —Aiden, que ya estaba frente a Melia, se rió.
—¿Tus amigos todavía no se están moviendo? —sin embargo, Melia parecía inusualmente tranquila.
Esta actitud calmada de ella puso a Aiden en alerta, su espada se movió y cortó, intentando decapitar a Melia de un solo golpe. Después de todo, no había manera de que un Cultivador de Maná pudiera luchar contra él cara a cara.
—¿Por qué se molestarían en unirse? ¡Si es una batalla cuerpo a cuerpo, yo solo soy suficiente! —exclamó.
*Clank*
